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9.7.17

El suspense llevado a su paroxismo



En Phoenix (Arizona), Marion Crane, una bella secretaria y su amante Sam Loomis, se reúnen en la habitación de un motel, aprovechando la hora del almuerzo para hacer el amo. Su situación económica no les permite contraer matrimonio, por lo que Marion decide robar la cantidad de 40.000 dólares que le confía su jefe para depositarla en un banco. Así huye de la ciudad conduciendo su coche, y presa del pánico ante la posibilidad de ser descubierta, duerme en el mismo, pero es despertada por un policía que la sigue hasta un garaje en el que utilizando parte del dinero robado, cambia de automóvil. Esa noche se queda a dormir en el motel Bates y charla brevemente con el gerente, Norman, quien cuida de su madre enferma que vive en la casa que hay junto a el motel. Marion, ya en su habitación decide tomar una ducha, y mientras lo está haciendo es apuñalada hasta la muerte. Tras culpar a su madre de lo ocurrido, Norman limpia la sangre de la ducha, coloca el cadáver de Marion en el maletero del coche y lo hunde en un pantano cercano. La hermana de Marion, Lila, visita a Samy a ellos dos se une Arbogast, un detective privado encargado de recuperar los 40.000 dólares robados. El detective investiga los moteles de la zona e interroga a Norman, pero Arbogast es asesinado cuando intenta contactar con la madre de Norman. Sam y Lila se hospedan en el motel y éste distrae a Norman mientras que Lila explora la casa, dándose cuenta que ocurre algo raro...
Hitchcock explico la manera de dirigir esta película de la siguiente manera: "Usé cine puro para conmover al público. Todo lo hice con intención visual, dirigida por todos los caminos posibles, al público. Por eso, el asesinato en el cuarto de baño es tan violento. En esta historia me importaba poco el tema y los personajes; me interesaba remover al público a través de todos los elementos del filme: la fotografía, la planificación, la banda sonora, etc. Porque lo que le intriga al público no es mensaje ni una interpretación, ni una novela muy apreciada, sino la existencia de una película pura".
El largometraje costó solamente 800.000 dólares. Se rodó con un equipo de televisión únicamente por motivos económicos en las tomas. Por ello, la mayoría de las escenas se rodaron con rapidez, si bien cuando Hitchcock decidía dar un carácter verdaderamente cinematográfico a alguna de ellas, imprimía un ritmo mucho más lento. Así, la famosa escena del cuarto de baño tardó siete días en rodarse. Lo más curioso es que, después de aplicarse todas estas cautelas económicas, la película recaudó en taquilla más de 16 millones de dólares de la época, siendo por tanto, además de una auténtica obra maestra, una de las más rentables de las dirigidas por el maestro del suspense.
Pero al margen de la mítica escena de la ducha, que supuso todo un shock en la época, al ser asesinada la protagonista principal femenina, Janeth Leigh, a los pocos minutos de haber comenzado la película, otra escena del film ha pasado a ser considerada como antológica. La escena del asesinato del detective Arbogast subiendo una escalera.
Otro elemento fundamental en esta historia es la magnifica banda sonora, así como el suspense conseguido en torno a un juego de miradas que consigue cautivar e hipnotizar al espectador.
El guión de la película está basado en una novela de Robert Bloch acerca de un caso psicótico de un joven calvo y regordete, nada que ver físicamente con el personaje que interpretó Anthony Perkins,  que vive en una mansión victoriana del medio oeste americano, y que vive obsesionado por su madre. de tal forma que trasforma sus deseos en asesinatos. Al parecer, Hitchcock escogió esta novela por el carácter inesperado del asesinato bajo la ducha, pero sea como fuere, transformó una vulgar y mediocre novela en una maravillosa película, que alabaron todos los críticos especializados, calificándola algunos como más que admirable, por contener elementos de carácter fantástico, junto a otros propios de melodramas, relatos psicoanalíticos y por supuesto, de terror.
Se rodó en Blanco y negro como un film modesto y de bajo presupuesto cuando ya el color imperaba en cualquier estreno que se preciase, pero hoy en día es más que una joya cinematográfica imprescindible. No hace falta decir de qué película se trata.

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