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1.7.17

La araña de Penón


Transcurridos más de ochenta años desde el terrible e injusto asesinato de Federico García Lorca, todos, más o menos, tenemos claras las circunstancias, los hechos y hasta los personajes principales que formaron parte de aquel despropósito acaecido en la Granada de los primeros días de la guerra civil española.
Durante este largo periodo de tiempo han sido muchos los investigadores, libros, documentales, programas debate, películas y hasta obras de teatro que han tratado el tema del desaparecido más célebre de nuestra historia. Desaparecido en cuanto a lograr encontrar su cuerpo acribillado a balazos por un pelotón de fusilamiento una madrugada de verano de 1936 en la carretera, por aquel entonces medio camino de cabras, que conecta las localidades de Alfacar y Víznar, pues que Federico no salió aquella noche con vida es algo que está fuera de toda duda.
En la España posterior a la guerra, el tema de el asesinato de Lorca fue tabú para cualquier medio o ciudadano que hubiese tenido la osadía de intentar, al menos, esclarecer la realidad de los hechos, que con tanta falsedad publicaron los afines al régimen del carnicero dictador.
Como suele pasar en este país, tienen que venir de fuera a echarle un poco de huevos a los asuntos más turbios de nuestra reciente historia, comenzando por Gerald Brenan, el cual en 1950 publicó el libro "La faz de España" en el cual se trata por primera vez, de manera breve, el asesinato de Federico.

Años después, en la década de los sesenta, Ian Gibson profundizó en este asunto, entrevistando a casi todos los participantes, directa o indirectamente, implicados en la muerte de nuestro poeta más universal. A día de hoy, Gibson sigue siendo el mejor biógrafo y experto en la figura de García Lorca, dando buena muestra de ello en los innumerables libros que ha publicado de todas y cada una de sus facetas, tanto humanas como artísticas, y en las conferencias y entrevistas que sigue ofreciendo.
En aquellos días de investigación de Gibson en Granada y alrededores, casi siempre aparecía la figura de un tal Agustín Penón. Practicamente toda persona que era interrogada por el Irlandés, en cualquier momento de la charla sacaba a relucir el nombre de Penón, recordando que lo mismo que Gibson estaba intentando averiguar ya lo intentó un Español con nacionalidad Norteamericana durante algo más de un año residiendo en Granada.
¿Quien era Agustín Penón? Se preguntó Gibson en aquellos tiempos. Agustín Penón fué un Barcelonés hijo de inmigrantes afincados en Costa Rica. Agustín, algunos años después se trasladó a Nueva York, donde entabló amistad con el escritor William Layton, con el cual elaboró el guión de una serie radiofónica con la que obtuvieron un gran beneficio económico que decidieron utilizarlo para pasar una larga temporada en España. 
Penón, ferviente admirador de la obra de Lorca, ya masivamente publicada fuera de nuestras fronteras, decidió viajar a Granada junto a Layton en 1955 para intentar esclarecer y resolver lo que aquí era algo impensable; el asesinato de Federico García Lorca.
Durante más de un año, Penón recopiló innumerables testimonios, entrevistas, fotografías, recorrió una y otra vez todos los lugares de aquella noche de agosto de 1936. Incluso llegó a localizar el certificado de defunción del poeta y entrevistarse en Madrid con el principal responsable de su asesinato.
Todo esto, la famosa maleta de Penón donde guardó durante años todo este material y que jamás llegó a publicar, sus miedos, sus temores, su huida de Granada, su prematuro final en Costa Rica en 1976 y de como en 1995 llega a Manos de la escritora de cuentos infantiles Marta Osorio, a la que había conocido en ese periodo de tiempo en España y con la cual mantuvo comunicación hasta sus últimos días, trata el espléndido cómic de Enrique Bonet titulado "La araña del olvido", aunque más que espléndido me atrevo a calificar de obra maestra del género, de obligado visionado  y lectura, porque tan importante son aquí las viñetas como la historia que nos narra, para los que quieran profundizar un poco más en aquellos años más oscuro de una de las ciudades, además de hermosas, más conservadoras, oscuras y reaccionarias de la época.

2 comentarios:

Enrique Bonet dijo...

Muchas gracias por tus comentarios sobre mi tebeo, Alberto. Enhorabuena por el blog. ¡Un saludo desde Granada!

Alberto López Cordero dijo...

Gracias Enrique¡¡¡ Un abrazo¡¡