14.5.20

Jorge Yepes

                                                                

                                                                   
                              Córdoba.
                              Lejana y sola.
                              Jaca negra, luna grande,
                              y aceitunas en mi alforja.
                              Aunque sepa los caminos
                              yo nunca llegaré a Córdoba.  
                              (Federico García Lorca)

Pero en este caso llegamos, y ni lejana ni sola, ni la muerte nos esperaba antes de llegar a Córdoba. Fue nuestra última escapada en condiciones antes de lo que ha venido después y nos ha cogido a todos con el pie cambiado, en nuestro caso con muchas cosas en el tintero, con muchas páginas por emborronar, arrugar y comenzar a escribir de nuevo. Cuatro días que dieron para mucho, con ganas de repetir, pero de una manera más plácida y sosegada. 
Cordoba es una ciudad que rebosa inspiración, talento, genio y el arte que dejaron los poetas y pintores de otros tiempos.
En uno de esos días, justo antes de ir a degustar un exquisito salmorejo, un rabo de toro y unos flamenquines, nos topamos con uno de esos artistas callejeros que forman parte de ese paisaje colorista que dota a toda ciudad cargada de historias y leyendas de una parte cautivadora que en ocasiones son las que llevas con más entusiasmo y satisfacción en la maleta, cuando emprendes el viaje de regreso.
Jorge Yepes, artista Colombiano afincado en España desde hacía más de 10 años, con su bicicleta a modo de expositor, con decenas de dibujos hecho a acuarela, cada cual más encantador y con un ramillete de personajes tanto contemporáneos como con cierta memoria. 
Lógicamente, no puede resistirme a adquirir el retrato de Federico que desde entonces preside y reina el rincón, a modo de pequeño santuario, que le tengo dedicado en casa.  
No está de más en ocasiones pararse por unos minutos a apreciar el valor del trabajo de este tipo de artistas que se ganan la vida en la calle con lo que mejor saben hacer, y que con esa labor nos hacen a nosotros la nuestra un poquito más bella. A Jorge Yepes lo encontramos justo en la entrada de los baños del Alcázar Califal, cuando volvamos, que lo haremos, no dudaremos en buscarlo de nuevo.

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