28.11.08

Concierto de Ismael Serrano


Pues sí, ayer fue otro de esos jueves memorables. Y la razón no fue otra que pude disfrutar, después de más de cuatro años, de un concierto de Ismael Serrano, y de nuevo en el teatro López de Ayala de Badajoz, como en las dos ocasiones anteriores.

La novedad de esta vez fue que pudimos ver a este genio de la canción —la canción con LETRAS— unos momentos antes del concierto y hacernos unas fotillos para el recuerdo.

En cuanto al concierto, pues como siempre, genial. Ya casi a punto de terminar la gira de su disco Sueños de un hombre despierto, dejó claro que no será la última vez, ni muchísimo menos.

26.11.08

Fanboys

En 1998, un grupo de amigos fanáticos —y sobre todo muy frikis— de la saga Star Wars se marcan un objetivo bastante especial: colarse en el célebre Skywalker Ranch, la finca de George Lucas, para robar una copia del episodio uno de la serie, Star Wars: La amenaza fantasma, aún sin terminar de editar ni montar. ¿La razón? Un fin muy humanitario: que uno de sus amigos, también gran seguidor de la saga y gravemente enfermo de cáncer, pueda verla antes de su muerte, ya que el estreno oficial no estaba previsto hasta casi un año después (creo que en junio de 1999).

Este es el argumento de Fanboys, una película que hará las delicias de cualquiera que sea seguidor, admirador o simplemente aficionado a cualquier saga cinematográfica, porque —seamos sinceros— todos nos sentimos un poco identificados.

El film cuenta, entre otras curiosidades, con multitud de cameos de personajes que participaron en la primera trilogía y en otras sagas. El tráiler, aunque en versión original, seguro que os provoca alguna que otra sonrisa.

A ver si con este post me voy entonando un poco en cuanto a la actualidad cinematográfica se refiere.

24.11.08

Algunas fotillos de la conferencia de Ian Gibson


Bueno, pues ahí están algunas de las fotos que tomé el pasado jueves en la conferencia de Ian Gibson. La foto en la que aparezco la tomó amablemente un señor que desconozco y que esperaba también a que le firmara un libro. Después de esa instantanea fué cuando me invitó a recitar los célebres versos de Machado:

Yo, para todo viaje
—siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera—,
voy ligero de equipaje.

"Ligero de equipaje" es el título de el ejemplar que me está firmando y ni que decir tiene que aborda la vida y obra del inmortal poeta sevillano. Insisto, una gran noche y todo un honor compartir esos momentos con un gran escritor, investigador, hispanista, antifascista y sobre todo, la sensación que me dió, un tipo excelente.

21.11.08

Ian Gibson


Hay ciertas ocasiones en la vida en las que uno intuye, casi con certeza, que se arrepentirá profundamente si no acude. Son esas citas marcadas por una sensación extraña, difícil de explicar, como si el tiempo te estuviera advirtiendo: “Si no vas, te lo vas a reprochar”. Ayer por la mañana, al leer en el periódico que el escritor e hispanista Ian Gibson iba a dar una conferencia en Badajoz, supe de inmediato que ese era uno de esos momentos. Lo supe con esa clase de certeza que no admite debate interno. Y así fue como, sin pensarlo demasiado, decidí recorrer los más de 120 kilómetros entre ida y vuelta. ¿Mucho para una simple conferencia? Puede. Pero no era una conferencia cualquiera. Era una oportunidad. Y no quería dejarla escapar.

Mi entusiasmo tenía razones bien fundadas. Este año había leído dos de sus obras más brillantes: Ligero de equipaje y Cuatro poetas en guerra, ambas tan apasionantes como esclarecedoras. También había disfrutado de su participación en el documental Lorca, el mar deja de moverse, y revivido en un suspiro la extraordinaria serie de televisión Lorca, muerte de un poeta, cuyo guion contó con su colaboración. Así que la ocasión se presentaba como una forma de cerrar —o quizá de abrir— un ciclo personal de descubrimiento y admiración hacia su figura.

Me presenté con tiempo en el Palacio de Congresos de Badajoz, con la esperanza de encontrar un buen sitio. Lo encontré. Primera fila. Desde ahí, con una cercanía casi simbólica, pude escuchar y observar al hombre que durante décadas ha buceado en los silencios de nuestra historia, que ha perseguido incansablemente las huellas de Federico García Lorca por barrancos, archivos y cunetas, con una mezcla de rigor académico y pasión humana difícil de igualar.

La conferencia giró en torno a la memoria histórica, el auto del juez Garzón y, sobre todo, a la necesidad urgente —ética, política, cultural— de recuperar los restos del poeta granadino. “Lorca fue y sigue siendo el mejor embajador de España en todos los tiempos, el poeta y dramaturgo más famoso, más amado, más traducido”, afirmó Gibson con emoción contenida. “Y como su biógrafo, quiero saber cómo murió. Tenerlo como un perro en una cuneta todavía me parece una vergüenza para este país”, sentenció con ese acento tan suyo, irlandés y profundamente español a la vez, que ya se ha vuelto familiar para muchos de nosotros.

Al terminar la charla, tuve la fortuna de acercarme a él. Me firmó, con una sencillez conmovedora, mi ejemplar de Ligero de equipaje. Y para mi sorpresa, me pidió que recitara en voz alta unos versos de Antonio Machado que aparecen en las primeras páginas del libro. Lo hice, con el temblor de quien se sabe observado, pero también con la alegría íntima de estar compartiendo unos segundos con alguien que ha sido faro para tantos en la oscuridad del olvido. A nuestro alrededor, otros asistentes esperaban su turno para saludarle o conseguir una dedicatoria. Pero en ese instante breve, sentí que no había nadie más.

Ian Gibson es, para mí, un ejemplo raro y luminoso de claridad, transparencia y compromiso. Un irlandés de nacimiento, pero quizás el español más lúcido que haya conocido en estos últimos tiempos. Su manera de entender nuestra historia, su empeño por dar voz a los que fueron silenciados, su defensa incansable de la memoria... todo en él tiene algo de necesario, de urgente, de valiente.

Hice algunas fotos —que pronto compartiré—, pero más allá de las imágenes, me quedo con la vivencia. Con la emoción de esa noche. Una noche para recordar. Una de esas en las que, al volver a casa por la carretera, sabes que has hecho lo correcto. Que estuviste donde tenías que estar.

18.11.08

El curioso caso de Benjamin Button

Lo sé, tengo muy abandonada la actualidad cinematográfica, pero voy a insistir una vez más: no acabo de volver a acoplarme a la blogosfera. Tengo mil cosas que contar, cientos de imágenes que mostrar, muchas curiosidades y noticias cinematográficas que compartir… pero no me encuentro en el mejor momento para ello. O sea, quiero y no puedo.

De todas maneras, para no enfriarme, no voy a dejar de frecuentar este pequeño espacio de evasión que tantas satisfacciones me ha dado.

Y para retomar la dinámica en cuanto al séptimo arte, aquí tenéis el tráiler de la última película dirigida por David Fincher, responsable, entre otras, de Seven y The Game. En este nuevo trabajo vuelve a contar con Brad Pitt como protagonista, interpretando a Benjamin Button, un personaje que nace siendo una persona de unos 80 años y que, biológicamente, va retrocediendo para rejuvenecer a medida que pasan los años.

No sé vosotros, pero a mí el tráiler me ha resultado, como dice el propio título, curioso y atractivo. Se estrena estas navidades.

Y para terminar, quiero agradecer a todos los que os habéis tomado la molestia de felicitarme por mi treinta y tantos cumpleaños. ¡¡Mil gracias!!

14.11.08

Unidades de medida que advierten...


Me levanto esta mañana, y mientras me tomo el primer café de la jornada caigo en la cuenta que hoy sumo un año más. Inevitablemente me acuerdo de aquella magistral definición de José Luis Coll.
"Años: Unidades de medida que advierten, pero no perdonan.". ¿Tenía razón el maestro?.

11.11.08

Días de cursos

Llevo ya dos semanitas que “pa qué”.

La semana pasada, todas las tardes en Badajoz, haciendo un curso de jefe de equipo. Esta semana, en Villanueva de la Serena, otro curso, esta vez para jefe de oficina. Ya veis: jefe de esto, jefe de lo otro… y yo sin tiempo ni para mandar en mi propio sofá.

Esto supone levantarse cada día a eso de las seis de la mañana (sí, ya sé que eso debería estar penado por la ley), currar hasta las dos y media, llegar a casa con el tiempo justito para comer —o más bien engullir— y salir echando leches para el curso, con unos cuantos kilómetros de carretera ideales para hacer la digestión a 120 por hora.

Luego, panzada de ordenador, charlas, manuales, presentaciones y powerpoints con mucha flecha y poco sentido. Y al final de todo, la gran pregunta: ¿servirá esto realmente para algo? Porque con cómo están las cosas, si nos quedamos como estamos, casi que podemos darnos con un canto en los dientes.

Al terminar el curso, vuelta a casa por carretera y “top manta”, mientras los vampiros ya llevan un rato fuera sin miedo a que el sol les fastidie el after.

Todo esto me impide actualizar como me gustaría. Tengo unos cuantos posts en la recámara, pero uno llega a casa con el único objetivo de cenar algo ligero (si acaso) y meterse en la cama a mirar los párpados por dentro. Echo de menos hasta la siesta de sobremesa.

La foto es de ayer por la tarde, en un descanso de esos que duran menos que un suspiro.

En fin… prometo volver pronto con más frecuencia, y visitar vuestros blogs como Dios manda.

Buenas noches a todos, y cuidadito con los vampiros. 


8.11.08

Guante blanco

Ya he dicho en alguna ocasión que no soy un consumidor asiduo de series de televisión, y mucho menos si tengo que seguirlas en el horario que establezca la cadena que las emita. La razón principal, además del coñazo que supone estar enganchado durante temporadas y temporadas, es la que le ha ocurrido a la serie que RTVE ha estado emitiendo solo durante tres semanas: Guante blanco.

Según parece, no ha suscitado el interés de la audiencia, a pesar de que, en mi opinión y la de muchos otros, es una de las mejores series que he visto en los últimos años, con una calidad sobresaliente tanto argumental como interpretativa.

Pero es que, por misteriosas razones, cuando algo no engancha, no engancha y punto. Poca promoción, el cachondeo de cambiar el día de emisión cuando le sale de las pelotas a quien sea, o porque en este país sigue siendo de mucho más interés general los amoríos de la Duquesa de Alba o darle coba a un delincuente sin ninguna vergüenza, exalcalde de una localidad andaluza, enrollado con una cupletista en el ocaso de su carrera.

Menos mal que, en esta ocasión, ¡bendito internet! Y pese a la retirada, la serie podremos seguir viéndola a través de la web de RTVE, y así no quedarnos en ascuas ese 8% —o 1.700.000 personas— que la seguíamos con cierto interés.

Conclusión: tenemos la televisión que nos merecemos y punto. Así que no me extraña que Anita Obregón y realities como Gran Hermano sobrevivan por los siglos de los siglos.

3.11.08

Obama

Estas dos próximas semanas se presentan frenéticas y ajustadas de tiempo, así que es probable que no pueda actualizar con la frecuencia que me gustaría. Aun así, estoy convencido de que en algún momento de estas jornadas maratonianas conseguiré arañar un huequillo para continuar con alguna crónica pendiente de mi estancia en Madrid.

Hoy, haciendo un pequeño paréntesis en ese resumen capitalino, quería hacer una mínima pero necesaria referencia a las elecciones de mañana en Estados Unidos. Y es que, nos guste o no, el resultado de esos comicios influirá en el rumbo que tome el mundo en los próximos años.

La era Bush pasará a los anales de la historia moderna como una de las etapas más oscuras y desacertadas —en lo político, en lo económico, y ni hablemos de lo ético—. Eso es algo en lo que creo que coincidimos muchos.

No sé si finalmente el vencedor será Barack Obama, como vaticinan prácticamente todas las encuestas. Tampoco puedo asegurar que su mandato vaya a ser brillante. Pero sí sé algo: peor que lo vivido en los últimos ocho años es difícil hacerlo.

Y por eso, aunque mi voz tenga poco peso al otro lado del Atlántico, tengo puestas muchas esperanzas en este hombre. El mundo necesita un cambio real, no solo de discurso. Y desde hace décadas no se había visto tanta expectativa global, tantas ilusiones compartidas desde una esquina del planeta a otra.

Ojalá no nos equivoquemos.
Ojalá no nos defraude.
Ojalá, por una vez, el cambio sea de verdad.


2.11.08

El templo de Debod


Tantas veces lo había visto en televisión, cine, prensa y en todas las ocasiones anteriores que había ido a Madrid, que nunca se me había ocurrido visitar este pequeño trozo de Egipto en el corazón de la capital española.

Este templo, con una antigüedad de unos 2.200 años, fue un obsequio del gobierno egipcio a España como agradecimiento por la ayuda prestada en los años sesenta para salvar el templo de Abu Simbel, que peligraba con sucumbir bajo las aguas tras la construcción de la mastodóntica presa de Asuán. Así, fue laboriosamente desmontado pieza a pieza y trasladado a Madrid, donde fue reconstruido e inaugurado en 1972.

Gracias a la recomendación de mi amigo bloguero Álvaro Dorian Grey (Pensamientos de un Eucariótico —no dejéis de pasar por su blog—), fui a visitarlo al caer la tarde y, además del templo, pude contemplar unas vistas maravillosas de Madrid, especialmente la que podéis ver en la foto inferior, donde se aprecian el Palacio Real y la Catedral de la Almudena.

Ha sido la primera vez que lo visito, pero sin duda no será la última.