7.2.07

Niebla en el puente de Tolbiac

Uno de esos pequeños tesoros que uno no recuerda que tiene… y que de repente reaparece. Forma parte de uno de los cómics de la colección que sacó El País, la cual terminé de completar hace un par de años durante mis días laborales en Arroyo de San Serván.

En realidad, el cómic es una adaptación de la novela homónima de Léo Malet, un autor que, por cierto, no estaría nada mal leer algún día en su versión original. La historia sigue al detective privado Nestor Burma, que recibe una misteriosa nota de un viejo amigo citándole en el hospital donde está ingresado. Cuando Burma llega, descubre que su amigo ha muerto a causa de una agresión… aparentemente sin sentido.

La muerte reabre para Nestor las puertas del pasado: aquel París de los años treinta, cuando vivía en una pensión de la calle Tolbiac rodeado de anarquistas, y se planeaba un atentado contra el puente Tolbiac que nunca llegó a materializarse. Ahora, años después, el detective tendrá que buscar respuestas entre los escombros de su propia memoria.

Durante su investigación aparece Belita, una gitana de belleza enigmática, con la que mantiene una relación que va más allá del ámbito profesional. Y como en toda buena novela negra, Burma se apoyará en sus viejos contactos, especialmente en los del periódico El Crepúsculo, para tratar de desentrañar el misterio de la muerte de su amigo.

Una historia con atmósfera, con sombras, con París como telón de fondo y con ese tono melancólico tan propio del género. Una joya recuperada sin querer, que me ha dejado con ganas de ir directamente a por la novela original.


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