
Al final del año, cuando las hojas caen y el calendario se agota, una pregunta se repite en el aire, silenciosa pero persistente: ¿alguien cumple lo prometido?
Las promesas que nacen con ilusión, con el brillo de los primeros días, a menudo se desvanecen en el tiempo como el humo que se escapa entre los dedos. Se multiplican, se olvidan, o simplemente se arrinconan en los rincones donde la rutina las oculta.
Pero, ¿cuántas de esas promesas resisten el paso de las estaciones? ¿Cuántas se convierten en actos, en realidades palpables que transforman nuestro presente y nos acercan a lo que anhelamos?
Quizás, al final del año, no importe tanto si se cumplen o no. Tal vez lo verdaderamente valioso sea la intención, el impulso que nos lleva a querer mejorar, a mirar adelante. Porque cumplir una promesa es también un acto de valentía, de constancia, de fe en uno mismo y en el tiempo.
Así que al final del año, cuando el frío se instala y las luces titilan en la oscuridad, pregúntate: ¿qué promesas quiero mantener vivas? ¿Qué sueños merecen mi esfuerzo para no quedar en un simple deseo?
Porque en ese ejercicio reside la esencia de seguir adelante, con la esperanza intacta y la voluntad firme, listos para abrazar el nuevo ciclo que se abre ante nosotros.
10 comentarios:
Yo lo prometo, prometo que mis propósitos se medio cumplan a lo largo del año... jo... jajajjaja
besitos
Tronco.. yo no..
Feliz año y gracias por los piropos, jejeje... este año es el de nuestra apuesta de Indiana Jones... Fijo que gano esa mariscada...
Besicos mañicos... ya os echaba de menos.
Siempre se acaba prometiendo algo.. pero día a día nos vamos olvidando de lo que decidimos..
Saludos y feliz 2008
Yo los cumplo cuando no me los propongo.
No me hago promesas porque luego no las cumplo. Lo que pueda hacer bienvenido sea, pero sin agobios de plazos ni obligación.
Besos.
jo pues yo sí que los he cumplido... pecaré de exceso de responsabilidad?
Nadie!!!!!!! jajajajajajajajaja
Feliz año nuevo.
Muám
Buena pregunta, Alberto,
yo nunca prometo nada, dicen que las promesas se convierten en deudas y mejor es no deberle nada a nadie, ni siquiera a mí misma :)
Un abrazo con cariño para tí
Al final del año estamos todos demasiado borrachos como para ponernos a echar cuentas.
Y luego no nos acordamos de nada.
Pues para eso está los propósitos...para no cumplirlos...¿no?
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