Las fotografías que comparto son de esta pasada Semana Santa, cuando en uno de esos días festivos decidimos pasar la jornada en Olivenza. Aunque no era la primera vez que caminaba por sus calles, disfrutamos de un día muy agradable recorriendo sus rincones más emblemáticos y pintorescos, además de degustar algunos de los platos típicos de la zona, de esos que garantizan no dejarte con hambre si los terminas.
Visitar esta localidad, situada cerca de la frontera con Portugal, merece realmente la pena. Destaca especialmente el alcázar o castillo de Olivenza, que conserva en perfecto estado sus gruesas murallas originales del siglo XIV, un testimonio imponente de la historia que envuelve la villa.
También es muy recomendable el Museo Etnográfico González Santana, que ofrece una espectacular recreación de las actividades tradicionales de la comarca a principios del siglo XX. A través de una cuidada colección de utensilios, muebles, ropa, instrumentos y todo tipo de objetos cotidianos, muchos donados por particulares de la zona, se consigue revivir con detalle la vida de aquellos tiempos, acercándonos a un pasado lleno de encanto y autenticidad.
10 comentarios:
Un sitio interesante y con buena comida, a lo que se ve en las fotos.
Cuanta vida y cuanta luz en tus fotos!
Pues el pueblo es precioso...y la comida...¡madre mía que buena!.
Que ganas de viajar.... Aqui hay un parque acuático que tiene el mismo grifo de esa fuente, pero pintado de rojo... Que hambre me ha dado con esa foto..
Saludos¡¡
Me encanta la fuente del grifo, una vez vi una cosa parecida con una silla, pero no se veía la tubería y era a-lu-ci-nan-te.
Menuda bodega, me pasaba el día allí probando vinos.
Un abrazo.
Que lindo paseo!
Debe ser bonito Olivienza
Oye la penúltima foto, ¿qué onda, la trucaste? o la sacaste desde algún ángulo especial?
Es extraña.
Me encantaron las de las techumbres
Abrazo!
HERMOSO PASEO, ¡sí señor! me encanta conocer lugares, Al. Gracias, leo todos los post que colocas, pero no siempre tengo oportunidad de comentarlos.
BESOS
Hola, estuve en Olivenza hace unos años. Me pareció un buen sitio para vivir. Recuerdo especialmente el Museo Etnográfico: una delicia.
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