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22.10.07

Juan Antonio Cebrián

Sentí una profunda tristeza y un gran pesar al enterarme de la repentina muerte de Juan Antonio Cebrián. Hablar de él es rememorar cientos de noches junto a su ya mítico programa Turno de Noche, precursor de La Rosa de los Vientos. Corrían los años 1991, 1992 y 1993, cuando era un fiel seguidor de esas madrugadas junto a César Cid y el filósofo Germán de Argumosa, y disfrutaba de secciones inolvidables como Zona Cero o España de Leyenda. La historia, la mitología y los grandes enigmas nos mantenían en vela, fascinados y ávidos de conocimiento hasta bien entrada la madrugada.

Más adelante, por motivos laborales y de horario, dejé de escucharlo con la misma asiduidad, aunque más de una noche de insomnio su voz y sus relatos consiguieron hacerme compañía y hacer más llevaderas esas horas.

La radio pierde a uno de sus grandes referentes de las últimas décadas, y sus cada vez más numerosos seguidores sienten un vacío inmenso, pues ya no habrá más relatos que rescaten pasajes de la historia y enigmas favoritos que Juan Antonio nos contaba con esa pasión única.

Ha fallecido a los 41 años, como sus compañeros de Onda Cero han comunicado con tristeza, “por culpa de un infarto traicionero que llegó esta tarde sin avisar, sin darle ocasión a Juan Antonio de despedirse de ustedes, la familia de los oyentes de Onda Cero y la familia de sus oyentes de La Rosa de los Vientos”.

A Manu Espada, también seguidor en aquellos años de Juan Antonio, le diré que La Rosa no se ha marchitado: se la llevaron los vientos, llevándose consigo la voz inolvidable de un maestro de la radio.

12 comentarios:

Anónimo dijo...

Sentido tu post, mi estimado Alberto. Bello fondo musical y palabras gentiles.

Un abrazo

Luni dijo...

Es una pena ver como a alguien le arrebatan la vida así, sin más. Más bien, es una putada.

Lo siento amigo.
Un besito.
Muám

Manu Espada dijo...

Alberto, cierto, la Rosa no se ha marchitado, lo que ahora queda sin duda más marchito es el panorama radiofónico. Es una lástima que en su día lo cambiaran de horario al considerar el listo de turno demasiado elevados los contenidos de su programa, sustituyéndolo por un bodrio que no tengo palabras. Ahora la radio es más yerma. Creo que no queda ni un solo programa del interés de los que hacía Cebríán, tan sólo mazagines repetitivos y deporte a malsalva. Al menos sus programas quedan ahí, grabados en las cintas, y en la mente de noches en blanco.

Anónimo dijo...

Alberto, cuánto sentimiento se revela en tu post. Es lamentable cuando un amigo se vá. Recuerda que la muerte forma parte de la vida...
Un abrazo con afecto

LlunA dijo...

La verdad..no lo conocia. Pero contigo siempre se aprenden cosas nuevas.
La vida pasa por todos...
Un besote

Anónimo dijo...

Siempre se van lo mejores.

santi dijo...

También yo he pasado muchas noches escuchando sus programas, de lo mejor que había en las ondas a esa hora. Allí donde esté, seguro que está, como él decía en sus presentaciones, "feliz como una lombriz".

Freddy Murphy dijo...

Nunca lo escuché, pero se oye interesante.
Saludos.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Anónimo dijo...

Nos han secuestrado a la niña, piden un rescate de 100 comentarios, siento dejar este llamamiento en una entrada como esta..

S.O.S.

http://adictaljaquemate.blogspot.com/

Calle Quimera dijo...

Precioso y muy merecido homenaje a este astro de la radio. Hay noticias que a veces conmocionan por lo inesperada y por el afecto que se le ha cobrado a quien las protagoniza... Y esta es una de esas.

Un besote, Alberto.

Calle Quimera dijo...

No sabía nada, me enteré por tu página y me quedé de piedra.No somos nada.Salud¡¡¡.