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13.11.06

Matar a un ruiseñor


Y finalizo esta serie de posts que han resultado todo un homenaje a una de las mejores películas de la historia del cine, con la ficha tecnica y la sipnosis del film. Quien haya tenido el gusto de verla no podrá negar el encanto de esta cinta,y quien no, espero que al menos le pique la curiosidad y sobre todo disfrute de una auténtica obra maestra del celuloide.

AÑO 1962 DURACIÓN 129 min. PAÍS:EEUU
DIRECTOR Robert Mulligan
GUIÓN Horton Foote (Novela: Harper Lee)
MÚSICA Elmer Bernstein
FOTOGRAFÍA Russell Harlan (B&W)
REPARTO Gregory Peck, Mary Badham, Brock Peters, Phillip Alford, John Megna, Frank Overton, Rosemary Murphy, Robert Duvall
PRODUCTORA Universal. Productores: Alan J. Pakula & Robert Mulligan
3 Oscar: actor (Gregory Peck), guión adaptado, dirección artística / Drama. Racismo / SINOPSIS: Gregory Peck es Atticus Finch, un abogado sureño que defiende a un hombre negro acusado de violación en esta adaptación al cine de una novela de la escritora Harper Lee galardonada con el premio Pulitzer. En una ciudad del sur de los Estados Unidos, en la época de la Gran Depresión, una mujer blanca acusa de violación a un hombre negro. Aunque la inocencia del hombre resulta evidente, el resultado del juicio es tan previsible que ningún abogado haría nada para evitarla... excepto Atticus Finch, el ciudadano más respetable de la ciudad. Su compasiva defensa le cuesta muchas amistades, pero le otorga el respeto y la admiración de sus dos hijos, huérfanos de madre.
Suprimido el video.Parece ser que youtube me ha pillado manía.

12.11.06

Gregory Peck

Era de esos actores que caían bien a todo el mundo. Quizás porque, en la mayoría de sus películas, interpretó a hombres rectos, íntegros, nobles. Pero también supo encarnar con solvencia a personajes radicalmente opuestos: ¿se puede interpretar a alguien más sádico y despiadado que el Doctor Mengele en Los niños del Brasil?

Gregory Peck nació el 5 de abril de 1916 en La Jolla, California. Hijo de padres divorciados, se crió con su abuela, gran amante del cine, quien seguramente sembró en él esa primera semilla de pasión por la interpretación. Inició estudios de medicina en la Universidad de Berkeley, pero los abandonó para ingresar en la Neighborhood Playhouse de Nueva York, donde comenzó su formación como actor.

Tras un breve paso por Broadway —que resultó exitoso— debutó en el cine en 1944 con Días de gloria. Su consagración llegó pronto: por su segunda película, Las llaves del reino, fue nominado al Oscar, iniciando una de las trayectorias más brillantes del Hollywood clásico.

A lo largo de más de 70 películas, trabajó con algunos de los más grandes directores de su época y protagonizó títulos esenciales del cine del siglo XX:

  • Recuerda (1945) de Alfred Hitchcock

  • Duelo al sol (1946) de King Vidor

  • La barrera invisible (1947) de Elia Kazan

  • El proceso Paradine (1948) de nuevo con Hitchcock

  • Las nieves del Kilimanjaro (1952) de Henry King

  • Vacaciones en Roma (1953) de William Wyler

  • Moby Dick (1956) de John Huston

  • Horizontes de grandeza (1958)

  • Los cañones de Navarone (1960)

  • El cabo del terror (1962), junto a Robert Mitchum

  • La profecía (1976), un clásico del terror

  • Los niños del Brasil (1978), donde interpretó al mismísimo Mengele

Pero fue en 1962, con Matar a un ruiseñor, cuando logró su merecido Oscar por interpretar al abogado Atticus Finch. El personaje, símbolo de la integridad moral y la justicia, fue elegido años después por el American Film Institute como “el mayor héroe cinematográfico de todos los tiempos”. El propio Peck siempre afirmó que era su papel favorito, y no es difícil entender por qué: Finch encarna valores que hoy más que nunca siguen siendo imprescindibles.

Respetado, querido y admirado dentro y fuera de la industria, Gregory Peck fue una figura alejada de escándalos y siempre mostró una elegancia natural, tanto en sus interpretaciones como en su vida personal. En sus últimos años, se mantuvo activo impulsando campañas culturales y animando a los jóvenes a leer, participando en programas de lectura en bibliotecas públicas. De esa etapa se sentía particularmente orgulloso.

Su última gran aparición en cine fue en Viejo Gringo (1989), junto a Jane Fonda y Jimmy Smits. Años después, participó en un breve cameo en el Cabo del miedo (1991), dirigida por Martin Scorsese, remake de la película que él mismo protagonizó en 1962.

Gregory Peck falleció en la noche del 11 al 12 de junio de 2003, en Los Ángeles, a los 87 años. Nos dejó uno de los rostros más nobles y auténticos que haya dado el cine.

Descanse en paz uno de los grandes. Descanse en paz Atticus Finch.


11.11.06

Robert Mulligan


Robert Mulligan nació en Nueva York el 23 de agosto de 1925, estudió en la Universidad de Fordham antes de servir en la Marina norteamericana durante la Segunda Guerra Mundial. Al finalizar ésta, trabajó en el departamento editorial del diario New York Times, aunque lo abandonó pronto para comenzar su carrera en el mundo de la televisión.

Empleado por la cadena CBS, Mulligan se forjó en la televisión en puestos auxiliares, trabajando como “chico de los recados”. Perseveró en su trabajo, aprendiendo los entresijos del medio, de tal forma que en 1948 ya se encontraba dirigiendo importantes series dramáticas. En 1959 ganó un Premio Emmy por su trabajo de dirección en "The Moon and Sixpence", una producción televisiva que supuso el debú televisivo en los Estados Unidos de Sir Laurence Olivier.

En 1960 Robert Mulligan dirigió su primera película para la gran pantalla y dos años después recibió un enorme reconocimiento así como sendas nominaciones como mejor director en los Premios Oscar y el Directors Guild of America por su obra "Matar un ruiseñor" (To Kill a Mockingbird) basada en la novela de Harper Lee.Gregory Peck se hizo merecedor del único Oscar de su carrera. La película también ganaría el Oscar al mejor guión adaptado. En 1972 sería nominado también para recibir un Globo de Oro como Mejor Director y un nuevo Directors Guild Award por su exitosa "Verano del 42” (Summer of '42).
Director con una carrera irregular otros títulos destacados de su filmografía son "Camino de la jungla"(1962), "La rebelde"(1965) y "Bésame y esfúmate"(1982).Su último trabajo como director data de 1991,"Verano en Luisiana".

10.11.06

Harper Lee




Nelle Harper Lee nació el 28 de abril de 1926 en Monroeville, Alabama: la menor de los cuatro hijos del editor periodístico y abogado Amasa Coleman Lee (modelo del ya legendario Atticus Finch de "Matar a un Ruiseñor) y de Frances Finch. Al morir prematuramente la madre, el padre se hizo cargo de los chicos. En la escuela primaria, Harper se hizo amiga de un chico que vivía con unas tías, Truman Person, quien años después, adoptado por su padrastro, cambiaría ese apellido por el de Capote y se haría muy famoso como escritor y como personaje.

Harper, en la huella de su queridísimo padre, estudió abogacía, pero seis meses antes de graduarse dejó la universidad para ir Nueva York con la idea de dedicarse a la literatura. Se instaló en un modesto apartamento sin agua caliente que pagaba con su sueldo de empleada en dos aerolíneas, al tiempo que empezaba a emborronar una serie de historias inspirada en personajes y situaciones de su infancia. Estos textos pasaron por las manos de dos editores antes de ser publicados, en 1960, bajo el título" Matar a un ruiseñor". Exito de público y de crítica, Premio Pulitzer en 1961, magistralmente llevada al cine en 1962 por Robert Mulligan con un excelente Gregory Peck, la novela generó a Harper Lee una fama que no deseaba y a la que trató de sustraerse por todos los medios.
Este libro ha generado un culto que se mantuvo a lo largo de décadas y en la actualidad sigue interesando sobre todo a los lectores más jóvenes de EE.UU. Anualmente se realizan en Alabama concursos de ensayos sobre "Matar a un Ruiseñor", a cuya entrega de premios suele asistir la escritora, actualmente una dama jovial de 80 años que sigue negándose a aparecer en televisión o a dar reportajes a la prensa gráfica (resultó un acontecimiento que hace poco le concediera una entrevista al New York Times). Lee se siente muy agradecida por esta devoción y le encanta escuchar a chicos y chicas que le dicen que ella es una persona muy importante de sus vidas, que su libro les enseñó a tener principios y a defenderlos, que su relato no ha perdido vigencia.

9.11.06

Atticus (y IV)


Atticus tiene razón. Los Ruiseñores no se dedican a otra cosa que a cantar para alegrarnos. No devoran los frutos de los huertos, no anidan en los arcones del maíz, no hacen nada más que derramar el corazón, cantando para nuestro deleite. Por eso Atticus dice que es pecado matar a un Ruiseñor.

Harper Lee (Matar a un Ruiseñor,1960) Fotografía del film dirigido por Robert Mulligan en 1962.

8.11.06

Atticus (III)



A la luz de una lámpara sin pantalla, Atticus estaba sentado, recostado contra la puerta de la fachada.Se sentaba en una silla de su oficina y leía, sin prestar atención a los insectos nocturnos que danzaban sobre su cabeza.

Harper Lee (Matar a un Ruiseñor,1960) Fotografía del film de 1962.

7.11.06

Atticus (II)


Miré abajo y vi a Atticus deambulando por allí con las manos en los bolsillos. Después de dar una vuelta por las ventanas siguió a lo largo de la baranda hasta el recinto del jurado.Miró al interior, inspeccionó al juez Taylor en su trono, y regresó al punto de partida.Yo capté su mirada y le saludé con la mano. Él correspondió a mi saludo con un movimiento de cabeza, y reanudó el paseo.

Harper Lee (Matar a un Ruiseñor,1960) Fotografía del film de 1962

6.11.06

Atticus


Atticus no hacía las mismas cosas que los padres de nuestros compañeros, nada que pudiera despertar la admiración de nadie: jamás iba de caza, no jugaba al póker, ni pescaba, ni bebía, ni fumaba... Se sentaba en la sala y leía.


Harper Lee (Matar a un Ruiseñor,1960) Fotografía del film de 1962.

2.11.06

The Wicker man

Película floja, previsible y saturada de tópicos que hemos visto mil veces. Tenía potencial para desarrollar algo mucho más interesante, pero lamentablemente se queda en una historia que a los diez minutos ya empieza a aburrir.

Se trata de un remake del film británico de culto de 1973 —que aún no he visto, pero que espero sea bastante más sugerente y perturbador que esta versión insípida—. La premisa podría haber dado lugar a un thriller inquietante, pero lo que encontramos es una historia deslavazada sobre una secta que actúa impunemente en una isla, en pleno siglo XXI, con una impunidad más propia de un relato fantástico que de una narración mínimamente creíble.

Nicolas Cage, en uno de sus muchos papeles fallidos de esa época, ofrece una interpretación muy lineal, sin matices ni credibilidad. El resto del reparto no ayuda a mejorar el resultado, y se limita a cumplir sin destacar.

Tal vez pueda tener cierto atractivo para una lectura simbólica sobre el matriarcado extremo o el enfrentamiento entre géneros —que podría gustar a algunos sectores más radicales del feminismo—, pero incluso esa línea está tratada de forma torpe y sin profundidad.

En definitiva: una película fallida que deja con la sensación de haber desperdiciado una buena idea.


El monte de las ánimas

Jesús Lozano, entonces profesor del colegio Salesianos y actualmente director de la coral Fontanesa de Fuente del Maestre —con quien tuve el placer de coincidir en un par de ocasiones el último año—, fue quien nos leyó por primera vez aquella leyenda de Bécquer. Fue en cuarto de EGB, cuando aún creíamos que los fantasmas eran cosa de las películas de sábado por la tarde y no de los rincones oscuros de la literatura.

No recuerdo con certeza si fue por estas fechas, aunque algo me dice que sí. Lo que sí tengo grabado es que aquella lectura nos dejó en silencio, absortos, en un estado de fascinación que pocas veces se conseguía en una clase de lengua. Su voz pausada, su manera de entonar cada frase, de suspender el tiempo justo antes de una aparición espectral, hizo que aquella leyenda se nos quedara clavada como un alfiler invisible en la memoria.

Y es que esta noche —ya lo era entonces y lo sigue siendo ahora— es la más propicia para volver a leer a Bécquer. Una noche de vísperas, de sombra larga, de susurros que viajan entre las rendijas del tiempo. Las leyendas del poeta sevillano, llenas de romanticismo oscuro, de amores imposibles, de ecos de ultratumba, cobran vida propia en veladas como esta, en las que el otoño parece detenerse a escuchar.

La leyenda que nos leyó —quizá El Monte de las Ánimas, quizá Maese Pérez, el organista— no importa tanto por su título como por lo que nos hizo sentir: esa mezcla de escalofrío y belleza, de temor y admiración, de no saber si querías seguir escuchando... o taparte los oídos.

Gracias, don Jesús, por aquella lectura. Y gracias a Bécquer, por escribir para todas las noches como esta.

1.11.06

Halloween

Según he podido saber, la fiesta de Halloween se remonta a más de 2.500 años, cuando el calendario celta marcaba el final del año al concluir el verano, precisamente el 31 de octubre. Era el momento en que el ganado era recogido de los prados y conducido a los establos para pasar el invierno. Se creía que, esa noche, los espíritus de los muertos salían de los cementerios y buscaban cuerpos vivos donde reencarnarse. Para evitarlo, los pobladores celtas ensuciaban sus casas y las decoraban con huesos, calaveras y otros elementos siniestros para espantar a los espíritus y evitar ser poseídos. De ahí viene la tradición de decorar las casas con motivos macabros y también los disfraces terroríficos.

Sin embargo, Halloween como fiesta de masas no empezó hasta 1921, cuando se celebró el primer desfile oficial en Minnesota. A partir de ahí, otros estados se fueron sumando, y ya en los años 80 la televisión hizo el resto: casi toda serie americana que se preciase tenía su capítulo especial de Halloween. En poco tiempo, la calabaza con cara de pocos amigos se convirtió en un icono tan reconocible como la botella de Coca-Cola.

Hoy en día, Halloween es una de las fechas más importantes del calendario festivo en Estados Unidos y Canadá. Y, cómo no, desde hace años estamos asistiendo a su importación progresiva por estas tierras. A base de especiales de televisión, películas de terror “de temporada”, secciones enteras de disfraces en grandes superficies y fiestas temáticas en pubs y discotecas, nos la están metiendo doblada con bastante habilidad.

Anoche, sin ir más lejos, escuché petardos por mi zona. Y no, no era San Juan ni ningún equipo local había ganado la Champions. Me pregunté, no sin cierto temor, si también eso tendría que ver con la fiestecita en cuestión.

A este paso, Santa Claus mandará a los Reyes Magos a la cola del INEM, celebraremos el Día de Acción de Gracias con pavo relleno, sacaremos banderitas con barras y estrellas el 4 de julio, nombraremos rey y reina del baile en las fiestas de fin de curso, y cambiaremos la tostada con cachuela por un donut con pepitas de chocolate. Y sin rechistar.

Que no se me malinterprete: todo lo que sea celebrar, bienvenido sea. Pero estaría bien que, al menos de vez en cuando, también pusiéramos en valor nuestras propias tradiciones, esas que tienen siglos de historia y no vienen con envoltorio de plástico made in USA.


31.10.06

Infiltrados

No es habitual que comience diciendo que acabo de ver una película excelente, y menos aún que me haya dejado la misma sensación de satisfacción que me provocaron en su día Uno de los nuestros o Casino, también dirigidas por Martin Scorsese, quien sin duda es uno de los mejores directores de la historia del cine, al menos para mí.

Esta nueva obra de Scorsese es muy completa y consigue enganchar desde los primeros minutos. Destaca en su guion, en la trama —con algún giro inesperado muy propio de este tipo de films—, en la fotografía, en la acción, en la música y, sobre todo, en un reparto que brilla especialmente, con Leonardo DiCaprio a la cabeza. Es una película de actores, y gran parte de su genialidad reside precisamente en sus interpretaciones, a pesar de la ligera sobreactuación de Jack Nicholson, que en esta ocasión no llega a resultar molesta.

Scorsese imprime su toque de maestro, esa marca personal que solo unos pocos directores saben dar a este género tan particular.

Matt Damon está de nuevo excelente, a la espera de la tercera entrega de la saga Bourne, y la elección de secundarios es muy acertada, con destacadas presencias como Martin Sheen y Alec Baldwin.

En definitiva, me ha gustado mucho la película y sin duda la recomiendo. Si sois amantes del género policíaco puro y duro, no os va a defraudar.

30.10.06

El regreso

Primeras imágenes del proceso de grabación del que será, en 2007, el nuevo y más esperado trabajo de Michael Jackson.
Tanto sus detractores como sus admiradores lo esperan con impaciencia, sabiendo que, cuando el Rey del Pop entra en el estudio, el mundo musical contiene la respiración.

En lo personal, yo me quedo con su música. Porque su música —más allá del ruido mediático, de los juicios paralelos o de las teorías conspirativas— ha formado parte de mi vida durante tantos años que ya no sabría entender ciertos momentos sin su banda sonora de fondo.

En cuanto a calidad, no tengo dudas: Michael nunca defrauda cuando se trata de componer, producir o innovar. Su último álbum de estudio, Invincible (2001), fue un trabajo prodigioso, lleno de matices, fuerza y sensibilidad, que tuvo, sin embargo, la desgracia de ser defenestrado por la todopoderosa Sony Music, en un conflicto contractual que oscureció injustamente su recepción comercial.

Este nuevo proyecto parece representar un nuevo comienzo en todos los sentidos: artístico, personal y espiritual. Un regreso al estudio, pero también una reivindicación. La oportunidad de volver a hacer lo que mejor sabe hacer: música que trasciende épocas, géneros y etiquetas.


24.10.06

La Dalia negra

La comparación entre esta película y L.A. Confidential es inevitable, ya que ambas son adaptaciones cinematográficas de novelas de James Ellroy. No puedo opinar sobre el libro en cuestión, pues no lo he leído, a diferencia de L.A. Confidential, cuya adaptación me pareció bastante fiel a la novela original.

La Dalia Negra está dirigida por Brian De Palma, un director capaz de lo mejor y de lo no tan bueno, pero que casi nunca deja indiferente a nadie a lo largo de su filmografía. Destacan títulos suyos como El precio del poder, Los intocables de Elliot Ness, Corazones de hierro o Misión imposible.

Esta película es, ante todo, un homenaje al cine negro más puro. Aunque no llega a brillar del todo, resulta muy correcta en su planteamiento de suspense e intriga. Es cierto que en algunos momentos puede hacerse un poco lenta y pesada, incluso tediosa, pero mantiene la tensión suficiente para mantener el interés.

La ambientación es excelente, y la banda sonora, aunque suene familiar, encaja a la perfección con la atmósfera que la trama quiere crear. En cuanto al reparto, destaca sobre todo la cada vez más prestigiosa Hillary Swank, sin duda merecedora de otra nominación por este papel. Scarlett Johansson, que está cada vez más omnipresente, cumple con creces, y Josh Hartnett podría estar firmando aquí su mejor interpretación hasta la fecha.

En definitiva, una película aceptable y recomendable para los amantes del buen cine negro de siempre.


23.10.06

Adios a el Kaiser

Michael Schumacher ha disputado hoy su última carrera en el Mundial de Fórmula 1. Personalmente, no soy un gran aficionado a este deporte, aunque debido al auge popular que ha tenido en nuestro país en los últimos años, reconozco que me he tragado más de una carrera. Eso sí, siempre a horas bastante razonables, sin trasnochar ni madrugar, que esas vigilias las dejo para otros eventos como la ceremonia de los Óscars, los Juegos Olímpicos o, hace ya muchos años, los míticos combates de boxeo de Mike Tyson, "el terror del Garden".

De todas formas, desde aquí quiero rendirle un pequeño reconocimiento personal a este siete veces campeón del mundo y ganador de incontables pruebas del Mundial. De no haber sido por esa mala suerte que le ha acompañado en esta temporada, quizás hubiese podido lograr su ansiado octavo título.

Por cierto, ha ganado Alonso. ¡Felicidades!


21.10.06

El laberinto del fauno

Mezclar una historia ambientada en los primeros años de la posguerra española con elementos de cuento fantástico a primera vista parece una apuesta arriesgada que requiere mucha valentía e imaginación. Pero viniendo de un director como Guillermo del Toro, se puede esperar eso y mucho más.

Del Toro ha conseguido crear una historia violenta, triste, fantástica y a la vez encantadora, narrada con mesura y buen ritmo, en la que la magia se entrelaza con una de las etapas más grises y oscuras que ha vivido nuestro país en el siglo XX. Desde los primeros fotogramas, la película atrapa y no suelta.

Quien no la haya visto aún, que no se engañe: no es un cuento infantil ni una película para todos los públicos. Es un film frío y duro, que en ocasiones puede resultar excesivamente crudo, pero que a la vez es creíble y se mantiene fiel a hechos históricos similares que marcaron aquella época.

El reparto es sencillamente genial. Maribel Verdú recupera sus mejores dotes interpretativas, Sergi López vuelve a demostrar que cuando encarna a personajes sin escrúpulos está entre lo mejor del cine español, y sin desmerecer el trabajo de Ariadna Gil, la pequeña Ivana Baquero y Álex Angulo.

Si dudas en verla por miedo a decepcionarte, te aseguro que merece mucho la pena. Para mí, es una de las mejores películas que he visto últimamente, una obra profunda y conmovedora que combina con maestría realidad y fantasía.

20.10.06

Vivaldi a la gran pantalla

Para los amantes de la música clásica llegan buenas noticias desde el cine: está en marcha una nueva biografía cinematográfica sobre la vida del célebre compositor Antonio Vivaldi. El encargado de dar vida al compositor veneciano será Joseph Fiennes, conocido por su papel protagonista en la oscarizada “Shakespeare in Love”, junto a Gwyneth Paltrow.

Según la información disponible en diversas webs, la película se centrará en la juventud de Vivaldi, mostrando su faceta como clérigo y su profunda devoción por la música. Además, reflejará su labor como maestro encargado de instruir en el arte musical a un grupo de niños en la Venecia del siglo XVIII, un papel crucial en la formación de su legado.

El reparto principal, junto a Joseph Fiennes, contará con la presencia de actrices reconocidas como Lena Headey, Jacqueline Bisset y Zuleikha Robinson. Además, se baraja la posible incorporación del veterano actor francés Gérard Depardieu, lo que sin duda añadiría un toque de prestigio internacional a la producción.

Aún queda mucho camino por recorrer, ya que el proyecto está en una fase muy inicial de desarrollo. Pero sin duda, para los amantes de la música y el cine histórico, esta biopic promete ser una apuesta interesante y muy esperada.

19.10.06

A la deriva

Si buscas una tarde relajada para ver una película tranquila, esta no es la más adecuada. Lo que comienza como una excursión a bordo de un yate de lujo para un grupo de antiguos compañeros de clase se convierte en una auténtica pesadilla cuando, por un descuido, olvidan bajar la escalerilla antes de lanzarse a nadar.

Tras múltiples intentos fallidos, se encuentran totalmente incapaces de subir de nuevo al barco, quedando a la deriva a millas de la costa. La tensión aumenta cuando una de las integrantes del grupo revela su auténtica fobia al agua, y la situación se vuelve aún más angustiosa al tener a un bebé a bordo.

Cuando finalmente parecen asimilar la gravedad de la situación, el estrés y la desesperación hacen que comiencen a atacarse entre ellos. La lucha por sobrevivir se intensifica, con cuerpos agotados intentando mantenerse a flote mientras la batalla por regresar al yate toma un giro cada vez más oscuro y terrible. Lo que iba a ser una agradable reunión se transforma en una lucha encarnizada por la vida.

Aunque en España la película se titula "A la deriva", ha sido comercializada como la secuela de "Open Water". Y aunque ambas comparten la angustiosa situación de estar atrapados en el mar, las historias son independientes y nada tienen que ver más allá de ese punto.

Para los amantes del cine de supervivencia y situaciones extremas, esta película ofrece lo que se espera: tensión constante y un desafío humano a la desesperada. En resumen, visto lo que se está proyectando últimamente, no está nada mal.

17.10.06

El Misterio de Rudolf Hess

Hace un par de años, en la época en la que mis huesos recalaron en la capital de España, trasteando para matar el tiempo en la sección de libros de unos grandes almacenes situados en pleno centro de la urbe, me topé con un bestseller firmado por un tal Greg Iles que me despertó cierta curiosidad.

El libro planteaba una teoría inquietante: que el famoso prisionero de la cárcel de Spandau, Rudolf Hess, no era en realidad el criminal de guerra y mano derecha de Hitler, sino un doble, un impostor entrenado para ocupar su lugar. Un supuesto que, si bien suena a delirio conspiranoico, ha sido defendido en algunos círculos y sigue generando controversia.

Lo cierto es que, históricamente, en mayo de 1941, Rudolf Hess, que entonces tenía 47 años, voló él mismo su avión hasta Escocia, lanzándose en paracaídas cerca del lugar donde esperaba reunirse con su conocido, el duque de Hamilton. Al ser capturado, declaró que viajaba en misión de paz. Hitler, lejos de respaldarlo, lo tildó de traidor o loco, y la maquinaria propagandística nazi se desentendió rápidamente del asunto.

Durante el juicio de Núremberg, Hess mostró un comportamiento errático y extravagante, lo que llevó a algunos psiquiatras a declararlo mentalmente inestable. Esa aparente locura pudo haberle salvado de la horca. Lo curioso es que, tras el juicio, su comportamiento cambió radicalmente, volviéndose mucho más comedido y racional, algo que avivó las sospechas: ¿había sido sustituido?

Durante sus décadas de reclusión en la prisión de Spandau —más de 40 años—, no se documentaron más excentricidades relevantes, salvo las derivadas del propio aislamiento. Guardias, médicos y familiares aseguraban que su comportamiento era el esperable de un anciano en esas condiciones.

En agosto de 1987, Hess murió a los 93 años. Se dictaminó que se había suicidado, colgándose con un cable eléctrico. Sin embargo, sus allegados lo negaron rotundamente. Alegaban que estaba demasiado débil para hacerlo y que, de ser cierto, habría requerido "ayuda externa". El debate se reabrió: ¿se suicidó realmente? ¿O fue eliminado para evitar que hablase?

La hipótesis de la sustitución cobra fuerza con informes que apuntan a discrepancias físicas: ausencia de cicatrices quirúrgicas previas, incongruencias dentales y documentos clasificados que aún hoy, décadas después, permanecen sin desclasificar. Algunos investigadores incluso aseguran que el doble habría sido entrenado en Noruega antes del vuelo a Escocia.

No obstante, los contraargumentos son también contundentes. En el juicio de Núremberg hubo miles de testigos, entre ellos figuras de peso del nazismo, militares, periodistas y diplomáticos aliados. Si el hombre en el banquillo no hubiera sido el auténtico Hess, alguien —más de uno, probablemente— se habría dado cuenta. Además, su familia, que lo visitó durante años en Spandau, nunca mostró la menor duda sobre su identidad. Si fue un doble, o bien fue una farsa prodigiosamente orquestada, o su familia fue cómplice o, simplemente, la teoría se cae por su propio peso.

En resumen, el misterio persiste. La historia oficial nos dice que Rudolf Hess murió en prisión tras décadas de encierro, que estaba loco, y que intentó, en solitario, una imposible mediación con los británicos. La otra historia, la que alimenta novelas, documentales y foros de Internet, nos habla de dobles, conspiraciones, secretos inconfesables y asesinatos disfrazados de suicidios.

Tal vez, como ocurre tantas veces con los enigmas del siglo XX, nunca sepamos toda la verdad. Pero desde luego, la historia —sea la real o la recreada— da para mucho. Y para una buena película, también.


16.10.06

Misteriosa afición


Mi afición a lo desconocido —lugares encantados, leyendas, ovnis, apariciones y demás temas parapsicológicos— se remonta muchos años atrás, probablemente a aquellos tiempos en los que en televisión se emitía un programa que marcó época: La Puerta del Misterio, dirigido por el recientemente fallecido doctor Fernando Jiménez del Oso, una figura mítica que supo conjugar misterio, ciencia y divulgación como pocos. También recuerdo con nitidez una serie, creo que de origen norteamericano, que aquí se tituló Investigación OVNI, y que alimentó aún más mi imaginación infantil.

Un tiempo después, mi curiosidad se trasladó al papel. Me aficioné a la lectura de las obras de Juan José Benítez, o simplemente J.J., como es conocido por sus lectores. Títulos como Los visitantes, Materia reservada, 100.000 kilómetros tras los ovnis o La punta del iceberg se convirtieron en parte de mi pequeña biblioteca, y aún hoy conservo esos libros con cariño. No solo despertaron mi interés por el fenómeno OVNI, sino que también contribuyeron a mi amor por la lectura.

De todos los temas del mundo del misterio, fue el fenómeno OVNI el que más llamó mi atención, especialmente cuando, siendo aún un crío, escuché de viva voz el testimonio de varios conocidos. Relatos de luces inexplicables cruzando el cielo en la más absoluta oscuridad de la carretera, o de presencias misteriosas durante una noche de pesca en la playa, me dejaron con los ojos abiertos como platos durante muchas noches.

Con los años, confieso que los temas más fantasmagóricos y espectrales fueron perdiendo para mí ese halo de misterio que los rodeaba. Sin embargo, el enigma OVNI nunca desapareció del todo, permaneció como una especie de vigía silencioso. Aunque ya no sigo el tema con la pasión de antaño, reconozco que aún me descubro prestando atención —aunque sea de reojo— a cualquier noticia relacionada que aparezca en los medios, tenga mucha, poca o ninguna credibilidad.

Hoy en día, reconozco que el programa “Cuarto Milenio”, del canal Cuatro y dirigido por Iker Jiménez, ha conseguido reavivar ese viejo interés. Iker sabe manejar con soltura el difícil equilibrio entre el misterio y el rigor, y logra crear esa atmósfera envolvente que tanto me fascinaba de niño. Siempre desde un punto de vista crítico, lógico y racional, pero sin perder esa emoción que convierte lo desconocido en algo atractivo, casi magnético.

Ya van dos temporadas y sigue siendo uno de los programas estrella de la cadena.
Hacía falta un espacio así.
Uno que no se riera del misterio ni del espectador.
Ojalá dure mucho tiempo más.


14.10.06

Lifelines

Uno de los vídeos más impresionantes y hermosos que jamás he visto, acompañado —cómo no— por una magnífica canción del grupo noruego A-ha, a los que tuve el privilegio de ver en directo en Madrid, el 5 de octubre de 2002, en un concierto que aún hoy recuerdo con emoción.

La particularidad de este videoclip es que fue rodado en tiempo real, siguiendo todo el proceso natural del final del invierno, desde el primer deshielo hasta la explosión de vida que anuncia la llegada de la primavera. Un ejercicio de paciencia, sensibilidad y técnica, que se entrelaza con la música de forma casi mágica. En el montaje final, aparecen también Morten Harket, Pal Waaktaar y Magne Furuholmen, perfectamente integrados en ese paisaje que parece latir al ritmo de la canción.

Para mí, A-ha es un grupo intemporal, de esos que no entienden de modas ni etiquetas. De ayer, de hoy y de siempre. Su música forma parte de la banda sonora de mi vida, como una constante en medio de tantos cambios. Y con temas como este queda más que demostrado que A-ha va mucho más allá de “Take On Me” —esa joya pop que todos conocen, sí, pero que solo es la puerta de entrada a una discografía rica, profunda y llena de belleza.

Hay grupos que se escuchan.
A A-ha, se les vive.


13.10.06

"El Tala" nos deja

La primera etapa, hasta mayo de 2004, fue una especie de agujero negro, un limbo laboral, un período de navegación sin brújula. Luego llegó ese extraño lapso entre mayo de 2004 y noviembre de 2005, casi como un paréntesis en el que todo parecía suspendido en el aire. Y después, por fin, comenzó el "después", ese tiempo en el que, sin saber cómo ni por qué, uno empieza a poner orden, perspectiva y hasta cierta ilusión en el día a día.

Ayer nos dieron la noticia: José Manuel Talaverano, “el Tala”, cambia de oficina. Se traslada.
Y no, no es un adiós cualquiera.

“El Tala” ha sido uno de mis compañeros más veteranos desde mis algo lejanos comienzos en esta, hoy mi empresa, allá por los primeros noventa. Un personaje tierno, entrañable y absolutamente singular. En más de una década compartida, se pueden contar con los dedos de una mano —y sobran— las veces que le hemos visto realmente enfadado o fuera de sus casillas. Siempre ha sido un remanso de calma, de bonhomía, de sensatez callada.

Lo que para algunos puede parecer un permanente estado de despiste, es en realidad una brillante fachada tras la que se esconde una mente aguda, culta y tremendamente observadora, que no deja pasar ni un solo detalle de cuanto ocurre a su alrededor. Tiene esa capacidad de oírlo todo, sin necesidad de estar en medio. Y eso, créanme, es un don.

Maestro de vocación, es fácil imaginarlo frente a una pizarra, enseñando con paciencia y sentido del humor. Sin duda, habría sido el profesor ideal para esa infancia que todos recordamos con nostalgia. El tipo de docente que deja huella sin alardes, simplemente por ser como es.

Nos quedarán en el recuerdo muchas cosas.
Las procesiones en las que, entre risas y bromas, lo beatificábamos a su pesar.
Los manteos navideños, a lo Sancho Panza, con servilletas a modo de estandarte y brindis imposibles.
Sus expresiones, sus pausas, sus salidas inesperadas y su forma, tan suya, de estar sin hacer ruido pero estando en todo.

“El Tala” se va.
Y aunque nos deja un hueco que será difícil llenar, nos alegramos por él. Porque los cambios, a veces, son necesarios. Y porque nadie más que él merece una nueva etapa serena, a su ritmo, a su manera.

Buena suerte, compañero.
Y gracias.
Por todo lo que fuiste. Por todo lo que nos dejaste sin apenas darnos cuenta.
Nos veremos, seguro. Porque a la gente como tú, no se la despide. Solo se la recuerda con una sonrisa.


11.10.06

Gratos recuerdos

Fue tal día como hoy, hace ya cinco años. Aprovechando el puente del Pilar, decidimos pasar tres días en una pequeña y entrañable aldea de la comarca zamorana de Aliste: Lober de Aliste.

La excusa fue la invitación de alguien que apareció en nuestras vidas de forma tan esporádica como peculiar. Lo conocimos de una manera un tanto rocambolesca: por aquel entonces, hacía apenas un año, era el novio de la hermana de un buen amigo. Una conexión curiosa que derivó en aquel viaje y en algunos momentos inolvidables. Como tantas otras cosas en la vida, ese contacto también siguió su curso... hasta extinguirse. Pero el recuerdo permanece.

Son muchos y muy gratos los recuerdos de aquellos días, más aún sabiendo que conservo casi dos horas de vídeo que atestiguan ese pequeño paréntesis feliz. En ellos podemos revivir escenas tan memorables como aquel desayuno a las siete de la mañana, recién llegados de Zamora capital, con una borrachera tremenda y un menú difícil de superar: mayonesa y Cola-Cao. O aquella excursión nocturna en pleno monte, al más puro estilo Proyecto de la Bruja de Blair, con linterna temblorosa y sustos incluidos.

No faltaron los momentos improvisados: una recolecta de castañas a la buena de Dios, unos megabocatas improvisados con manjares recién salidos de una charcutería —jamón, chorizo, queso curado— que abrían el apetito incluso al más resacoso. Y, cómo no, las pedradas al campanario del pueblo, que aún no sé muy bien si eran ritual iniciático, desahogo juvenil o simple estupidez transitoria.

Imposible olvidar la actuación espontánea de Marta en un restaurante abarrotado, donde se ganó un aplauso sincero y generoso, o el coche atascado en mitad de un barrizal que nos obligó a empujones, resbalones y risas desesperadas. La visita final a Miranda do Douro, ya en tierras portuguesas, puso un broche dulce a aquella escapada.

Prometimos volver. Como se prometen tantas cosas en viajes así, con el corazón inflado de vino, de campo, de amistad y de promesas que suenan a eterno. Pero han pasado cinco años. Aunque con algunos aún mantenemos contacto, la mayoría seguimos caminos distintos. Nos queda, eso sí, el consuelo imborrable de haber vivido aquello. Y como el buen vino —ya que estamos en tierra de Aliste—, esos momentos van adquiriendo con el tiempo más cuerpo, más solera, más sabor.

A veces no hace falta repetir una experiencia para saber que fue única. Basta con saber que sucedió.


10.10.06

Las banderas de nuestros padres

Es una pena —o más bien una injusticia cósmica— que Clint Eastwood tenga ya la nada despreciable edad de 75 años. Y lo digo porque en los últimos 15 nos ha regalado una serie de películas que, sin exagerar, deben ser consideradas auténticas joyas del cine contemporáneo. Para mí, al menos, estas son imprescindibles:

  • Million Dollar Baby

  • Mystic River

  • Medianoche en el jardín del bien y del mal

  • Ejecución inminente

  • Los puentes de Madison

  • Sin perdón

  • Cazador blanco, corazón negro

Y eso sin contar otras obras que, aunque menos reconocidas por el gran público, mantienen una calidad incuestionable, con una narrativa pausada, una fotografía exquisita y un dominio absoluto del tempo cinematográfico. Historias que no solo entretienen, sino que remueven, incomodan y, sobre todo, invitan a reflexionar.

Ahora, Clint vuelve a colaborar con Steven Spielberg —ya lo hicieron en “Los puentes de Madison”, donde Spielberg figuraba como productor— y esta vez lo hacen para llevar a la gran pantalla uno de los episodios más icónicos de la Segunda Guerra Mundial: la batalla de Iwo Jima.

El film en cuestión, titulado Las banderas de nuestros padres (Flags of Our Fathers), se centra en esa imagen histórica y casi mítica en la que varios marines izan la bandera estadounidense en lo alto del monte Suribachi. Una fotografía que dio la vuelta al mundo y que, convertida en estatua, pasó a ser uno de los grandes símbolos del orgullo nacional estadounidense.

¿Americanada? Sí, probablemente. Pero si viene firmada por Eastwood y con Spielberg en la producción, eso no es un defecto, sino una seña de identidad bien llevada. Porque si algo supo hacer Spielberg en Salvar al soldado Ryan fue conjugar la épica y el dolor, la belleza y el horror. Y si a eso le sumamos la sensibilidad narrativa y la sobriedad estética de Eastwood, lo que puede salir de ahí no tiene pinta de defraudar a nadie.

La película se estrena el 17 de noviembre, pero la genialidad no acaba ahí. Lo que me parece una auténtica jugada maestra, y casi sin precedentes en el cine bélico reciente, es que Eastwood ya tiene en marcha una segunda película sobre la misma batalla, pero contada desde el punto de vista japonés. Se titulará Cartas desde Iwo Jima (Letters from Iwo Jima), y su estreno está previsto para principios de 2007.

Genio y figura. Y por muchos años más. Porque no todos los días uno puede seguir disfrutando de la obra viva de un autor que ha sabido envejecer no solo con elegancia, sino con una lucidez creativa envidiable.