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14.12.08

Ryan White

Esta tarde, mientras intentaba combatir con todos los medios posibles un incipiente catarro que casi me derriba en el primer asalto, leía en un periódico regional un artículo sobre la discriminación que aún hoy sigue sufriendo la enfermedad del SIDA, tanto en el ámbito laboral como en el social, donde todavía abundan los prejuicios y, sobre todo, la ignorancia.

Al instante me vino a la cabeza la figura de Ryan White, un personaje que en España apenas tuvo trascendencia, pero que en Estados Unidos alcanzó gran repercusión mediática.

Para quienes no lo conozcáis, Ryan White era un joven hemofílico que, a causa de una transfusión de sangre contaminada con el virus del SIDA, contrajo la enfermedad. Fue diagnosticado en 1984, cuando todavía las vías de transmisión no estaban del todo claras y existía una gran confusión y desinformación generalizada.

Ryan comenzó a sufrir la discriminación y el rechazo de los padres de los otros alumnos y de la mayoría de los profesores del colegio donde estudiaba. Incluso llegaron a manifestarse frente al centro para evitar que pudiera seguir educándose con el resto de jóvenes. Aunque los médicos emitieron un comunicado asegurando que no había riesgo de contagio, Ryan tuvo que abandonar el colegio. Además, recibió amenazas, insultos y desprecios, y una orden judicial le prohibió volver.

En su entorno más cercano, en su barrio, se propagaron mentiras y bulos terribles: que Ryan mordía y arañaba a otros jóvenes, que escupía en alimentos de supermercados y restaurantes de comida rápida. La presión llegó a tal punto que un día una bala atravesó el cristal de una ventana de su casa, lo que forzó a toda su familia a mudarse a otra localidad.

Esto desencadenó una larga y sufrida batalla legal que pronto fue recogida por los medios de comunicación. Ryan fue requerido en numerosos programas, entrevistas y periódicos. Poco a poco fue superando su timidez para participar en campañas educativas sobre la enfermedad, actos benéficos y se convirtió en un auténtico abanderado en la lucha contra el SIDA. Fue el primero en mostrar que se podía convivir con los enfermos sin problema, aunque siempre con las precauciones necesarias para evitar contagios.

Su causa llamó la atención de numerosas personalidades del deporte, el cine y el espectáculo que se unieron a su lucha. En 1989 se rodó un telefilme basado en sus vivencias, en el que el propio Ryan tuvo un pequeño cameo interpretando a otro enfermo.



Aunque a Ryan, cuando le diagnosticaron la enfermedad en 1984, le dieron tan solo seis meses de esperanza de vida, logró llevar una vida —más o menos normal— hasta la primavera de 1990, cuando su salud comenzó a deteriorarse. A finales de marzo de ese año fue ingresado por una infección respiratoria.

Ryan White falleció el 8 de abril de 1990, con apenas 18 años.

Unos meses después de su muerte, el Congreso de los Estados Unidos firmó una ley conocida como Ryan White CARE Act, que establecía ayudas económicas para las comunidades más desfavorecidas y afectadas por el SIDA, tanto para los enfermos como para sus familiares más directos, con el fin de hacer un poco más llevadera esta terrible y absurda enfermedad.


Fueron muchos los homenajes y reconocimientos que Ryan recibió tras su muerte. Michael Jackson, que en vida le regaló un Ford Mustang descapotable rojo con el que iba al instituto, le compuso la canción “Gone Too Soon” (Se ha marchado demasiado pronto), que es la que suena de fondo para quienes os tomáis la molestia de leer este post.

Elton John donó parte de los derechos de autor de una de sus canciones más célebres para la lucha contra el SIDA. Su madre creó una fundación con su nombre que aún hoy sigue recaudando fondos para ayudar a los más necesitados a combatir esta enfermedad.

Leía este artículo esta tarde y me doy cuenta de que la lucha de Ryan continúa. A pesar de cientos de campañas publicitarias y avances médicos, todavía persisten la ignorancia, el prejuicio y la discriminación. Y, como él mismo decía, nunca se debe bajar la guardia contra esta enfermedad.

8.12.08

El Andrea Gail

Por desgracia, y sobre todo en esta época del año, no es raro que nos lleguen noticias de tragedias relacionadas con esos héroes del mar que son los pescadores. En especial, los miembros de las tripulaciones de los pesqueros de altura, esos barcos que se alejan decenas de millas de la costa, durante semanas, con el único objetivo de ganarse el chusco, jugándose la vida a diario frente a un mar implacable.

El viernes por la noche, ya de madrugada, cuando estaba a punto de irme a la cama, comenzó en un canal digital una película que me impactó profundamente cuando la vi por primera vez en el cine hace ya unos ocho años: “La tormenta perfecta”, dirigida magistralmente por Wolfgang Petersen y protagonizada por George Clooney y Mark Wahlberg, entre otros. Como al día siguiente no tenía ninguna obligación que me hiciera madrugar, decidí quedarme a verla de nuevo, a pesar de que el reloj ya pasaba de las dos.

La película cuenta la historia real del barco pesquero Andrea Gail y su tripulación, entre los días 24 y 31 de octubre de 1991. Tras una mala racha de capturas, deciden lanzarse a una última salida de pesca en la temporada, con la esperanza de recuperar algo de dinero y aliviar sus economías, ya bastante tocadas.

La travesía hacia una zona más lejana de lo habitual se desarrolla con cierta normalidad, más allá de algún susto laboral y los inevitables roces humanos. Pero, sin que ellos lo sepan, dos tormentas colosales comienzan a formarse: una fría, cerca de la costa; otra caliente, en las inmediaciones de la isla Sable, destino final del Andrea Gail. La unión de ambas da lugar a un fenómeno meteorológico de proporciones inéditas, tan extraordinario que los propios meteorólogos, asombrados, deciden bautizarla como “La tormenta perfecta”.

Mientras tanto, el Andrea Gail, ajeno al monstruo que se está gestando, logra llenar hasta arriba sus bodegas de pescado. Pero justo entonces, la máquina de hielo que debía conservar la captura se avería, lo que pone a la tripulación en una encrucijada fatal:

¿Dar un rodeo para evitar la tormenta y echar a perder toda la pesca? ¿O arriesgarse a atravesar el temporal, aún sabiendo que están poniendo sus vidas en juego?



Esa es, más o menos, la sinopsis de la película. Una historia basada en hechos reales, porque el Andrea Gail y sus tripulantes —Michael Moran, Dale Murphy, Alfred Pierre, Robert Shatford, David Sullivan y el patrón de la embarcación, Frank Billy Tyne Jr.existieron, y los principales hechos narrados sucedieron tal y como recoge el film, entre los días 24 y 31 de octubre de 1991.

El final fue tan trágico como inevitable: el Andrea Gail jamás regresó a puerto. Su última comunicación con otro pesquero tuvo lugar el 31 de octubre, justo cuando la tormenta perfecta alcanzaba su punto máximo de furia. Nunca más se supo de ellos.

Historias como esta, tan frecuentes también en nuestro país, nos recuerdan lo dura que es la vida para quienes trabajan en el mar, jugándose la vida una y otra vez para poder llevar alimento a casa. Mientras tanto, los demás —yo el primero— muchas veces nos quejamos de vicio, sin darnos cuenta del privilegio que supone una vida sin riesgos extremos.

Las fotografías que acompañan este texto no son de la película. Son imágenes reales del Andrea Gail y de sus hombres, tomadas unos meses antes de su desaparición.

Sirva este post como un pequeño homenaje a todos esos héroes de la mar que jamás regresaron a casa, y cuyo recuerdo, como las olas, nunca termina de romper del todo.

6.12.08

Viernes 13. Otro remake más

Que sí, que es verdad, que no es broma. Un remake —o sea, una nueva versión— de ¡¡Viernes 13!!, la primera película de la saga que, si no recuerdo mal, data de 1980.

Yo no entiendo cómo los guionistas de Hollywood están planteándose volver a la huelga, si para el poco estrujamiento de cerebro que se traen últimamente ya tenemos una ristra interminable de remakes y nuevas versiones: unas estrenadas, otras en pleno rodaje y muchísimas más en preproducción.

No es que a mí me disguste, todo lo contrario. Me encanta de vez en cuando agasajarme con una sesión doble, viendo primero la versión original de una película y acto seguido el remake moderno, más que nada para comprobar que, en la mayoría de los casos, estas nuevas adaptaciones aportan poco o casi nada, más allá de actualizar la historia con las ventajas tecnológicas de hoy en día.

En fin, ahí os dejo el cartel y el tráiler para que os hagáis una idea. Solo espero que no se animen también a hacer remakes de las diez o doce secuelas que tuvo Viernes 13, llegando al extremo de situar a Jason —el tipo de la máscara y aficionado a los cuchillos— ¡en el espacio exterior!

Y luego se quejan del regreso de Rambo e Indiana Jones.
Me gusta al menos que hayan conservado la partitura original de la banda sonora, con ese icónico "chiu, chiu, chiu, chiu" que tanto acojonaba en aquel primer y mítico film. Eso sí que es un guiño que funciona y que no deberían tocar jamás.

4.12.08

Di que sí. Trailer y cartel

En Mentiroso compulsivo, Jim Carrey interpretaba a un abogado sin escrúpulos que, debido a una maldición, se veía obligado a decir siempre la verdad sobre todo lo que pensaba.

Ahora, en Di que sí (Yes Man), da vida a Carl Allen, un tipo bastante negativo que se apunta a un curso de autoayuda personal con un único objetivo: decir que sí a todo. Al principio, el increíble poder del “sí” cambia y trastoca la vida cotidiana de Carl de una manera que nunca habría imaginado. Pero pronto se dará cuenta de que responder afirmativamente a todo lo que se le presenta también puede tener consecuencias no tan buenas.

Pues bien, esta es la nueva película de Jim Carrey, un estreno típico de la temporada navideña. Un film ideal para disfrutar sin muchas exigencias, perfecto para pasar un rato divertido y ameno en estas frías y gélidas tardes de invierno. tardes-noches que tenemos por delante.

Para ver la página oficial de la película en Español pinchar AQUÍ

3.12.08

Patrick, ahora te toca a tí


Hace unos meses publicaba la noticia de la milagrosa recuperación del actor Patrick Swayze, a quien todos recordareis por películas como "Dirty Dancing", "Ghost", "Le Llaman Bodhi" (posible secuela en camino) o "La ciudad de la alegría", de un nefasto cáncer de páncreas. Pues bien, aunque ha tenido la enorme suerte de ser uno de los pocos que salen de una tan gorda, aunque la batalla continúaba en cierta medida y cuando parecía que todo volvía a la normalidad en la vida de este actor, que nunca se ha caracterizado por llevar una vida díscola ni escandalosa, casado desde hace 32 años con la misma mujer.
Hace un par de días me disgustaba la noticia de el repentino empeoramiento de su enfermedad y, según publicaciones que considero serias, como había empezado a despedirse de todos sus allegados por el más que inminente fatal desenlaze. Una pena, pensaba yo, que con 56 tacos y un tío en plena forma, la vida le joda de esta manera. Pero esto es así, y a quien le toca, simplemente le toca.

Pues bien, tocarle, le ha tocado, pero no el momento del final, afortunadamente.
En unas declaraciones de hoy mismo el actor desmiente dicha noticia afirmando que "Me molesta mucho que las mezquinas e imprudentes informaciones de estos periódicos den una sombra de negatividad a la pelea positiva y esperanzadora que estoy dando. Para mí, mi familia y aquellos cercanos a nosotros, esto se ha convertido en crueldad emocional. Me enfada mucho que pase esto en un momento en que la esperanza es tan importante". Además añade :"El cáncer de páncreas es una enfermedad agresiva y así lo he asumido desde que me fue diagnosticada: en ese momento supe que estaba protagonizando una guerra por mi vida. Es una batalla, pero hasta ahora he ido ganando. Soy de los pocos con suerte que respondemos bien al tratamiento".

Efectivamente, le ha tocado ser el blanco de la prensa más cruel y carente de verguenza. De esos carniceros que aprovechando la delicada situación de una persona hacen carnaza y regocijo del dolor y de la tragedia. Lo vemos a diarío aquí mismo, no hace falta cruzar el charco. Una cosa es la noticia sensacionalista, la prensa amarilla, la mal llamada noticia del corazón y otra este tipo de salvajadas sin razón ni fundamento con una mala leche emocional que roza la barbarie. Después están los que pagan suculentas fortunas a delicuentes por entrevistas que carecen de cualquier tipo de rigor informativo referente al caso que los llevó a chirona, pero esa es otra historia y hay que darle de comer aparte.
Ahora le ha tocado a Patrick Swayze, que sigue trabajando en la nueva serie de televisión en la que andaba antes de sufrir la enfermedad. A ver quien es el siguiente.

P.D: A modo de curiosidad, la canción que suena de fondo,"She´s Like the wind", pertenece a la banda sonora de la célebre película "Dirty Dancing", y fué interpretada por el propio Patrick Swayze. Aunque fué todo un éxito, número uno en un montón de paises, que yo sepa, es lo único que ha grabado en toda su carrera profesional. Una perla ochentera que a los nostágicos nos gusta escuchar de cuando en cuando.

2.12.08

Terminator Salvation. Un cartel innovador

El mundo de internet ha revolucionado por completo cualquier tipo de promoción cinematográfica. Esta última me ha llamado especialmente la atención. Se trata del nuevo cartel promocional de la cuarta entrega de la serie Terminator, ya sin Schwarzenegger y con un Christian Bale en su mejor momento.

Claro, un post hablando de un cartel sin mostrar el cartel puede parecer un poco curioso, pero para que salgáis de dudas no tenéis más que pinchar aquí. Quizá alguno ya lo haya visto por ahí, ya que lleva varios días circulando por la red, y en este mundo virtual las cosas envejecen a una velocidad vertiginosa.

Después de esta genialidad, no me cabe duda de que veremos muchas más variantes a la hora de promocionar cualquier producto, sin necesidad siquiera de que sea cinematográfico.

28.11.08

Concierto de Ismael Serrano


Pues sí, ayer fue otro de esos jueves memorables. Y la razón no fue otra que pude disfrutar, después de más de cuatro años, de un concierto de Ismael Serrano, y de nuevo en el teatro López de Ayala de Badajoz, como en las dos ocasiones anteriores.

La novedad de esta vez fue que pudimos ver a este genio de la canción —la canción con LETRAS— unos momentos antes del concierto y hacernos unas fotillos para el recuerdo.

En cuanto al concierto, pues como siempre, genial. Ya casi a punto de terminar la gira de su disco Sueños de un hombre despierto, dejó claro que no será la última vez, ni muchísimo menos.

26.11.08

Fanboys

En 1998, un grupo de amigos fanáticos —y sobre todo muy frikis— de la saga Star Wars se marcan un objetivo bastante especial: colarse en el célebre Skywalker Ranch, la finca de George Lucas, para robar una copia del episodio uno de la serie, Star Wars: La amenaza fantasma, aún sin terminar de editar ni montar. ¿La razón? Un fin muy humanitario: que uno de sus amigos, también gran seguidor de la saga y gravemente enfermo de cáncer, pueda verla antes de su muerte, ya que el estreno oficial no estaba previsto hasta casi un año después (creo que en junio de 1999).

Este es el argumento de Fanboys, una película que hará las delicias de cualquiera que sea seguidor, admirador o simplemente aficionado a cualquier saga cinematográfica, porque —seamos sinceros— todos nos sentimos un poco identificados.

El film cuenta, entre otras curiosidades, con multitud de cameos de personajes que participaron en la primera trilogía y en otras sagas. El tráiler, aunque en versión original, seguro que os provoca alguna que otra sonrisa.

A ver si con este post me voy entonando un poco en cuanto a la actualidad cinematográfica se refiere.

24.11.08

Algunas fotillos de la conferencia de Ian Gibson


Bueno, pues ahí están algunas de las fotos que tomé el pasado jueves en la conferencia de Ian Gibson. La foto en la que aparezco la tomó amablemente un señor que desconozco y que esperaba también a que le firmara un libro. Después de esa instantanea fué cuando me invitó a recitar los célebres versos de Machado:

Yo, para todo viaje
—siempre sobre la madera
de mi vagón de tercera—,
voy ligero de equipaje.

"Ligero de equipaje" es el título de el ejemplar que me está firmando y ni que decir tiene que aborda la vida y obra del inmortal poeta sevillano. Insisto, una gran noche y todo un honor compartir esos momentos con un gran escritor, investigador, hispanista, antifascista y sobre todo, la sensación que me dió, un tipo excelente.

21.11.08

Ian Gibson


Hay ciertas ocasiones en la vida en las que uno intuye, casi con certeza, que se arrepentirá profundamente si no acude. Son esas citas marcadas por una sensación extraña, difícil de explicar, como si el tiempo te estuviera advirtiendo: “Si no vas, te lo vas a reprochar”. Ayer por la mañana, al leer en el periódico que el escritor e hispanista Ian Gibson iba a dar una conferencia en Badajoz, supe de inmediato que ese era uno de esos momentos. Lo supe con esa clase de certeza que no admite debate interno. Y así fue como, sin pensarlo demasiado, decidí recorrer los más de 120 kilómetros entre ida y vuelta. ¿Mucho para una simple conferencia? Puede. Pero no era una conferencia cualquiera. Era una oportunidad. Y no quería dejarla escapar.

Mi entusiasmo tenía razones bien fundadas. Este año había leído dos de sus obras más brillantes: Ligero de equipaje y Cuatro poetas en guerra, ambas tan apasionantes como esclarecedoras. También había disfrutado de su participación en el documental Lorca, el mar deja de moverse, y revivido en un suspiro la extraordinaria serie de televisión Lorca, muerte de un poeta, cuyo guion contó con su colaboración. Así que la ocasión se presentaba como una forma de cerrar —o quizá de abrir— un ciclo personal de descubrimiento y admiración hacia su figura.

Me presenté con tiempo en el Palacio de Congresos de Badajoz, con la esperanza de encontrar un buen sitio. Lo encontré. Primera fila. Desde ahí, con una cercanía casi simbólica, pude escuchar y observar al hombre que durante décadas ha buceado en los silencios de nuestra historia, que ha perseguido incansablemente las huellas de Federico García Lorca por barrancos, archivos y cunetas, con una mezcla de rigor académico y pasión humana difícil de igualar.

La conferencia giró en torno a la memoria histórica, el auto del juez Garzón y, sobre todo, a la necesidad urgente —ética, política, cultural— de recuperar los restos del poeta granadino. “Lorca fue y sigue siendo el mejor embajador de España en todos los tiempos, el poeta y dramaturgo más famoso, más amado, más traducido”, afirmó Gibson con emoción contenida. “Y como su biógrafo, quiero saber cómo murió. Tenerlo como un perro en una cuneta todavía me parece una vergüenza para este país”, sentenció con ese acento tan suyo, irlandés y profundamente español a la vez, que ya se ha vuelto familiar para muchos de nosotros.

Al terminar la charla, tuve la fortuna de acercarme a él. Me firmó, con una sencillez conmovedora, mi ejemplar de Ligero de equipaje. Y para mi sorpresa, me pidió que recitara en voz alta unos versos de Antonio Machado que aparecen en las primeras páginas del libro. Lo hice, con el temblor de quien se sabe observado, pero también con la alegría íntima de estar compartiendo unos segundos con alguien que ha sido faro para tantos en la oscuridad del olvido. A nuestro alrededor, otros asistentes esperaban su turno para saludarle o conseguir una dedicatoria. Pero en ese instante breve, sentí que no había nadie más.

Ian Gibson es, para mí, un ejemplo raro y luminoso de claridad, transparencia y compromiso. Un irlandés de nacimiento, pero quizás el español más lúcido que haya conocido en estos últimos tiempos. Su manera de entender nuestra historia, su empeño por dar voz a los que fueron silenciados, su defensa incansable de la memoria... todo en él tiene algo de necesario, de urgente, de valiente.

Hice algunas fotos —que pronto compartiré—, pero más allá de las imágenes, me quedo con la vivencia. Con la emoción de esa noche. Una noche para recordar. Una de esas en las que, al volver a casa por la carretera, sabes que has hecho lo correcto. Que estuviste donde tenías que estar.

18.11.08

El curioso caso de Benjamin Button

Lo sé, tengo muy abandonada la actualidad cinematográfica, pero voy a insistir una vez más: no acabo de volver a acoplarme a la blogosfera. Tengo mil cosas que contar, cientos de imágenes que mostrar, muchas curiosidades y noticias cinematográficas que compartir… pero no me encuentro en el mejor momento para ello. O sea, quiero y no puedo.

De todas maneras, para no enfriarme, no voy a dejar de frecuentar este pequeño espacio de evasión que tantas satisfacciones me ha dado.

Y para retomar la dinámica en cuanto al séptimo arte, aquí tenéis el tráiler de la última película dirigida por David Fincher, responsable, entre otras, de Seven y The Game. En este nuevo trabajo vuelve a contar con Brad Pitt como protagonista, interpretando a Benjamin Button, un personaje que nace siendo una persona de unos 80 años y que, biológicamente, va retrocediendo para rejuvenecer a medida que pasan los años.

No sé vosotros, pero a mí el tráiler me ha resultado, como dice el propio título, curioso y atractivo. Se estrena estas navidades.

Y para terminar, quiero agradecer a todos los que os habéis tomado la molestia de felicitarme por mi treinta y tantos cumpleaños. ¡¡Mil gracias!!

14.11.08

Unidades de medida que advierten...


Me levanto esta mañana, y mientras me tomo el primer café de la jornada caigo en la cuenta que hoy sumo un año más. Inevitablemente me acuerdo de aquella magistral definición de José Luis Coll.
"Años: Unidades de medida que advierten, pero no perdonan.". ¿Tenía razón el maestro?.

11.11.08

Días de cursos

Llevo ya dos semanitas que “pa qué”.

La semana pasada, todas las tardes en Badajoz, haciendo un curso de jefe de equipo. Esta semana, en Villanueva de la Serena, otro curso, esta vez para jefe de oficina. Ya veis: jefe de esto, jefe de lo otro… y yo sin tiempo ni para mandar en mi propio sofá.

Esto supone levantarse cada día a eso de las seis de la mañana (sí, ya sé que eso debería estar penado por la ley), currar hasta las dos y media, llegar a casa con el tiempo justito para comer —o más bien engullir— y salir echando leches para el curso, con unos cuantos kilómetros de carretera ideales para hacer la digestión a 120 por hora.

Luego, panzada de ordenador, charlas, manuales, presentaciones y powerpoints con mucha flecha y poco sentido. Y al final de todo, la gran pregunta: ¿servirá esto realmente para algo? Porque con cómo están las cosas, si nos quedamos como estamos, casi que podemos darnos con un canto en los dientes.

Al terminar el curso, vuelta a casa por carretera y “top manta”, mientras los vampiros ya llevan un rato fuera sin miedo a que el sol les fastidie el after.

Todo esto me impide actualizar como me gustaría. Tengo unos cuantos posts en la recámara, pero uno llega a casa con el único objetivo de cenar algo ligero (si acaso) y meterse en la cama a mirar los párpados por dentro. Echo de menos hasta la siesta de sobremesa.

La foto es de ayer por la tarde, en un descanso de esos que duran menos que un suspiro.

En fin… prometo volver pronto con más frecuencia, y visitar vuestros blogs como Dios manda.

Buenas noches a todos, y cuidadito con los vampiros. 


8.11.08

Guante blanco

Ya he dicho en alguna ocasión que no soy un consumidor asiduo de series de televisión, y mucho menos si tengo que seguirlas en el horario que establezca la cadena que las emita. La razón principal, además del coñazo que supone estar enganchado durante temporadas y temporadas, es la que le ha ocurrido a la serie que RTVE ha estado emitiendo solo durante tres semanas: Guante blanco.

Según parece, no ha suscitado el interés de la audiencia, a pesar de que, en mi opinión y la de muchos otros, es una de las mejores series que he visto en los últimos años, con una calidad sobresaliente tanto argumental como interpretativa.

Pero es que, por misteriosas razones, cuando algo no engancha, no engancha y punto. Poca promoción, el cachondeo de cambiar el día de emisión cuando le sale de las pelotas a quien sea, o porque en este país sigue siendo de mucho más interés general los amoríos de la Duquesa de Alba o darle coba a un delincuente sin ninguna vergüenza, exalcalde de una localidad andaluza, enrollado con una cupletista en el ocaso de su carrera.

Menos mal que, en esta ocasión, ¡bendito internet! Y pese a la retirada, la serie podremos seguir viéndola a través de la web de RTVE, y así no quedarnos en ascuas ese 8% —o 1.700.000 personas— que la seguíamos con cierto interés.

Conclusión: tenemos la televisión que nos merecemos y punto. Así que no me extraña que Anita Obregón y realities como Gran Hermano sobrevivan por los siglos de los siglos.

3.11.08

Obama

Estas dos próximas semanas se presentan frenéticas y ajustadas de tiempo, así que es probable que no pueda actualizar con la frecuencia que me gustaría. Aun así, estoy convencido de que en algún momento de estas jornadas maratonianas conseguiré arañar un huequillo para continuar con alguna crónica pendiente de mi estancia en Madrid.

Hoy, haciendo un pequeño paréntesis en ese resumen capitalino, quería hacer una mínima pero necesaria referencia a las elecciones de mañana en Estados Unidos. Y es que, nos guste o no, el resultado de esos comicios influirá en el rumbo que tome el mundo en los próximos años.

La era Bush pasará a los anales de la historia moderna como una de las etapas más oscuras y desacertadas —en lo político, en lo económico, y ni hablemos de lo ético—. Eso es algo en lo que creo que coincidimos muchos.

No sé si finalmente el vencedor será Barack Obama, como vaticinan prácticamente todas las encuestas. Tampoco puedo asegurar que su mandato vaya a ser brillante. Pero sí sé algo: peor que lo vivido en los últimos ocho años es difícil hacerlo.

Y por eso, aunque mi voz tenga poco peso al otro lado del Atlántico, tengo puestas muchas esperanzas en este hombre. El mundo necesita un cambio real, no solo de discurso. Y desde hace décadas no se había visto tanta expectativa global, tantas ilusiones compartidas desde una esquina del planeta a otra.

Ojalá no nos equivoquemos.
Ojalá no nos defraude.
Ojalá, por una vez, el cambio sea de verdad.


2.11.08

El templo de Debod


Tantas veces lo había visto en televisión, cine, prensa y en todas las ocasiones anteriores que había ido a Madrid, que nunca se me había ocurrido visitar este pequeño trozo de Egipto en el corazón de la capital española.

Este templo, con una antigüedad de unos 2.200 años, fue un obsequio del gobierno egipcio a España como agradecimiento por la ayuda prestada en los años sesenta para salvar el templo de Abu Simbel, que peligraba con sucumbir bajo las aguas tras la construcción de la mastodóntica presa de Asuán. Así, fue laboriosamente desmontado pieza a pieza y trasladado a Madrid, donde fue reconstruido e inaugurado en 1972.

Gracias a la recomendación de mi amigo bloguero Álvaro Dorian Grey (Pensamientos de un Eucariótico —no dejéis de pasar por su blog—), fui a visitarlo al caer la tarde y, además del templo, pude contemplar unas vistas maravillosas de Madrid, especialmente la que podéis ver en la foto inferior, donde se aprecian el Palacio Real y la Catedral de la Almudena.

Ha sido la primera vez que lo visito, pero sin duda no será la última.

31.10.08

Una pareja de miedo


Mansión de Mandacrest, en la campiña inglesa, a finales del siglo XIX. Lord Edgard, un eminente egiptólogo, tras la muerte en extrañas circunstancias de su primera esposa, Ira Vamp, se ha vuelto a casar en segundas núpcias con la actriz de teatro londinense Lady Margaret.
Asisten a Lord Edgard su fiel criado Nicodemus, que se ocupa de los establos, y Grétula, ama de llaves de toda la vida en Mandacrest. Ella siempre ha estado enamorada de Lord Edgard y evidentemente no le tiene ningún aprecio a la nueva señora de la casa.
El recuerdo de la difunta Ira Vamp es imborrable, un retrato suyo sigue presidiendo el salón y Lord Edgard incluso piensa que su espíritu sigue habitando en la casa. Una desapacible noche, Grétula en animada charla, le contará a lady Margaret una terrible historia acontecida hace años en Mandacrest...
...y no cuento más, ya que se trata de la divertidísima obra de teatro "Una pareja de miedo" que pude disfrutar el pasado domingoy que actualmente se está representando, ya por segundo año consecutivo, un exitazo de público, en el teatro Reina Victoria de Madrid, con la desternillante actuación de Josema Yuste en el papel de Grétula y Lord Edgard y de Florentino Fernández como Nicodemus, Lady Margaret, Fimósis y princesa Pelotari. Para una noche como la de hoy, Halloween, que año a año nos van metiendo por los ojos, sería más que ideal ver esta representación, echarte unas buenas risas y tal vez hasta pasar un pelín de miedo. Buuuuuhhhh¡¡¡

30.10.08

118 horas en Madrid

O lo que es lo mismo, casi cinco días completos. He de decir que todo, todito todo lo que tenía en la agenda se ha cumplido con creces, incluida alguna sugerencia de última hora que me hizo Álvaro Dorian Grey —que, en principio, no pensaba realizar—, pero que terminó siendo un acierto. Lo único que se me ha quedado en el tintero ha sido la exposición de los tesoros sumergidos de Egipto. Aun así, no me pesa demasiado, ya que en su día tuve la suerte de visitar ese país fascinante y contemplar con mis propios ojos muchas maravillas que, con toda seguridad, estarán a la altura —o por encima— de lo que allí se muestra. Y, además, honestamente, ya no había tiempo para más.

No sé, pero ando algo descolocado, un tanto fuera de órbita. Octubre, después del paréntesis vacacional, ha volado entre viajes, planes y eventos varios. Se ha esfumado como el viento que hoy peina esta tierra. Supongo —y casi deseo— que noviembre sea un mes algo más sosegado, que permita pisar el freno y recuperar cierto equilibrio, aunque con esto nunca se sabe.

En estos días me comprometo a escribir una crónica más detallada de mi estancia en Madrid, que tal vez se convierta en varios posts. Muchas de las cosas que he visitado, contemplado o vivido durante estos días merecen un relato aparte, un espacio más amplio, porque no son sólo anécdotas: son momentos memorables.

Tengo la sensación de haberme sacado una pequeña espinita, una deuda pendiente con la capital. En 2004, cuando vivía y trabajaba allí, no llegué a disfrutar como ahora de su oferta cultural, de su ocio, de sus rincones. Tampoco es que en este viaje lo haya exprimido todo, haría falta más tiempo (y más presupuesto) para exprimir Madrid hasta la última gota. Pero sí he podido saborearla con calma, sin agobios ni prisas, como se saborean las cosas buenas.

Y ahora, ya de vuelta, reafirmo esa verdad tan sencilla como poderosa: no hay nada como tu propia casa.


24.10.08

Me voy a ver a mis héroes

Me voy hasta el miércoles a pasar unos días en la capital de España. Son muchas las cosas que tengo en la agenda para hacer.

La primera y principal razón del viaje es el concierto que mañana sábado ofrecen Queen + Paul Rodgers en el Palacio de los Deportes, sin duda un evento que me ilusiona como a un niño el día de Reyes. Aunque será la segunda vez que los vea en directo —tras aquel mítico concierto en el mismo escenario en abril de 2005— no podía dejar pasar la oportunidad de volver a disfrutar de dos de mis héroes musicales: Roger Taylor y Brian May.

También tengo intención de visitar el Museo del Prado para ver la exposición de Rembrandt. De paso, y ya que está al ladito, quiero recorrer el Jardín Botánico, conocer el Museo Thyssen —que nunca he visitado— y volver a ver el Reina Sofía, que siempre guarda alguna que otra sorpresa.

Por último, me gustaría visitar la exposición de los tesoros sumergidos de Egipto que hay en el Matadero de Legazpi.


Pasear por Malasaña, visitar por última vez antes de su cierre definitivo el mercado de Fuencarral en enero, tomarme algún vermú de grifo, comer oreja a la plancha, ver a algún antiguo compañero de fatigas laborales y, si es posible, ir a ver la obra de teatro Una pareja de miedo con Florentino Fernández y el genial Josema Yuste, que te partes de risa.

Eso, al menos, es lo que tengo en mente… aunque ya veremos cuántas cosas hago y si hay fuerzas para todo.

Quizá desde allí pueda actualizar el blog, aunque dependerá del tiempo y las ganas. A pesar de que son cinco días completos, curiosamente no los considero unas minivacaciones, sino una oportunidad para disfrutar de cosas que, lógicamente, no veo todos los días.

Así que sí, me gusta ir a Madrid.

We will, we will, rock you… ¡¡¡Vamos allá!!!

21.10.08

La sombra del viento


Este pasado mes vacacional, entre otras lecturas, cayó en mis manos el ya célebre y archiconocido La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón.

He de reconocer que no soy muy dado a leer libros que ya vienen mediáticamente condicionados por su enorme éxito. Más de diez millones de ejemplares vendidos, traducciones a decenas de idiomas, premios por doquier... Cuando algo sobrepasa esa delgada línea de lo “normal”, empiezan a surgir las voces críticas que lo tildan de sobrevalorado. Ocurre en todo: música, cine, deporte… Cuando algo gusta sólo a unos pocos es original y exquisito; cuando gusta a la mayoría, se convierte —para algunos— en un producto de masas y, por tanto, en algo prescindible. A todos nos gusta sentir que descubrimos cosas por nosotros mismos, y si algo que nos gusta también gusta a todo el mundo… pues ya no somos tan guays.

De hecho, el libro ni siquiera lo compré yo. Lo compró Marta una mañana, estando en Badajoz. Me mandó un mensaje que decía: “La sombra del viento, ¿lo tenemos?”. Le respondí que no, que era un superéxito de un tal Zafón, pero que no figuraba en nuestras estanterías. El ejemplar que trajo era una edición especial, incluso con un CD de banda sonora compuesta por el propio autor, inspirada tanto en los personajes como en la Barcelona de los años 50 que tan bien retrata.

Durante los días en La Antilla, tras varias lecturas gozosas y amenas, Marta aún no había terminado con La sombra del viento. Una tarde, empecé a ojear las primeras páginas por puro aburrimiento... y ya no pude parar. Cuando ella lo soltaba, yo lo agarraba por el otro lado. Así estuvimos unos días, compartiendo historia y páginas como si se tratara de una novela a cuatro manos.

No voy a contar nada del argumento. No por hacerme el misterioso, sino porque está tan bien armado, tan cargado de todo —amor, drama, humor, misterio, odio, mucho odio— que lo mejor es descubrirlo por uno mismo. El que quiera saber algo, que se lo lea. Yo, salvo contadas excepciones, no presto libros.

Tal vez para muchos no sea una obra maestra —después de terminarla me puse a leer críticas por ahí, y los culturetas y puristas de la red le dan palos hasta en la portada—, pero eso, sinceramente, me da igual. Para mí, La sombra del viento ha sido una bocanada de aire fresco. Una obra de lenguaje sencillo, pero a la vez fluido, elegante, con momentos de una belleza narrativa tremenda, con una trama que no decae y personajes que se quedan contigo. Daniel Sempere, Penélope, Nuria Monfort, Fermín Romero de Torres, el inspector Fumero… y, por encima de todos, Julián Carax, el escritor maldito que uno llega a sentir tan real como si existiera, como si viviera justo al otro lado de la página.

A veces hay libros que no cambian tu vida, pero sí tus vacaciones. Éste ha sido uno de ellos.


Un libro, en definitiva, que engancha, que atrapa desde las primeras páginas y que, lo más importante, puede despertar o reavivar la afición a la lectura en más de uno. Porque al fin y al cabo, tanto la literatura como el cine, la música o el deporte no dejan de ser espacios de ocio, de disfrute, pequeñas ventanas por las que asomarse para olvidarse, aunque sea por un rato, de todo lo demás. Y La sombra del viento, a fe que lo consigue.

Mi enhorabuena al autor por dos razones. La primera, por haber logrado que su historia conmueva, atrape y emocione a tantos millones de personas en todo el mundo. Y la segunda, no menos importante, por haber conseguido algo que está al alcance de muy pocos: hacerse millonario escribiendo literatura. Algo que ya era difícil antes y que hoy, con tanto ruido y tan poco tiempo, se me antoja una auténtica proeza.

Porque si un libro logra que alguien que no leía comience a hacerlo, que alguien que leía poco redescubra el placer de la lectura, o que simplemente te haga cerrar la última página con una sonrisa o un suspiro... entonces ha cumplido de sobra su cometido.


17.10.08

Se hace justicia 72 años después


"Los vencedores de la Guerra Civil aplicaron su derecho a los vencidos y desplegaron toda la acción del Estado para la localización, identificación y reparación de las víctimas caídas de la parte vencedora. No aconteció lo mismo respecto de los vencidos que además fueron perseguidos, encarcelados, desaparecidos y torturados por quienes habían quebrantado la legalidad vigente al alzarse en armas contra el Estado, llegando a aplicarles retroactivamente leyes (...) tanto durante la contienda, como después, en los años de posguerra, hasta 1952".

-Pedir a los Registros Civiles certificado de defunción de Francisco Franco y otros 34 responsables "del derrocamiento del Gobierno legítimo de España".

- Reclamar al Ministerio del Interior la identificación de los máximos dirigentes de Falange Española entre el 17 de julio de 1936 y 1951.

- Formar un grupo de expertos para estudiar, analizar y dictaminar sobre el número, lugar, situación e identificación de las víctimas en el periodo.

- Formar un grupo de Policía Judicial que pueda acceder a registros públicos o privados para obtener información.

- Autorizar 19 exhumaciones solicitadas por las asociaciones demandantes.

Por triste que parezca, aún hay quien considera que el auto de el juez Garzón y la recuperación de la memoria histórica es abrir heridas del pasado. Sin duda esta gente no sufrió ninguna pérdida en la guerra y no andan buscando como cientos de miles de Españoles los restos de sus padres y abuelos, para darles de una vez por todas un entierro y descanso digno, no apilados en una fosa de una carretera o en el muro de cualquier cementerio.

16.10.08

Say It´s not true


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Hace pocas semanas se publicó el nuevo trabajo de Queen + Paul Rodgers, The Cosmos Rock. Aunque todos sabemos que Queen, tal y como fue concebido, se apagó un día de noviembre de 1991, Brian May y Roger Taylor —tal vez el mejor guitarrista y el mejor batería del mundo— decidieron, después de muchos años, que el legado de Queen debía seguir sonando. No solo para quienes fueron seguidores del grupo en vida de Freddie Mercury, sino también para los miles de jóvenes que, sin siquiera haber nacido en aquellos años, sienten y admiran la música de la Reina del Espectáculo tanto como los de siempre.

Hace tres años, le dieron voz de nuevo a esos míticos temas con la genial figura de Paul Rodgers, un cantante experimentado, con miles de batallas musicales a sus espaldas, tanto en solitario como al frente de grupos legendarios como Free y Bad Company. Nos regalaron aquella gira inolvidable, de la cual tuve la suerte de presenciar en vivo el concierto que ofrecieron en el Palacio de los Deportes de Madrid el 1 de abril de 2005.

Ahora, con material nuevo, continúan su singladura. Aunque en los conciertos los temas clásicos siguen siendo los protagonistas, incluyen algunos temas del nuevo disco, que demuestran que el espíritu de Queen sigue más vivo que nunca.



Es el caso de este "Say It's Not True", que aunque ya fue interpretado en directo en 2005, ahora aparece grabado en estudio en el nuevo disco. Para mí es uno de los temas más hermosos que he escuchado en los últimos tiempos. En él, el tema del SIDA y lo que ha supuesto en las dos últimas décadas se trata con todo el respeto que merece.

Aunque no hace una referencia directa, es, una vez más, un claro homenaje a quien fue, no sé si el más grande, pero sin duda una leyenda del espectáculo, a quien, diecisiete años después, seguimos echando muchísimo de menos.

Disfrutad de la maestría de estos músicos que, en su madurez, siguen dando lo mejor de sí mismos.

¡¡Qué poquito me queda para volver a verlos de nuevo en directo!!

14.10.08

Montijo. Iglesia parroquial de San Pedro Apostol y foto oficial de la Coral Montijana


Con motivo de mi visita a Montijo este pasado sábado, aproveché la ocasión para estrenar —más o menos en serio— mi nueva cámara réflex digital. El resultado es el que veis aquí, tras algún que otro toquecillo posterior, claro está. Fue también el día en que se realizó la foto oficial de la Coral de la localidad, así que el ambiente era especialmente animado.

La imagen superior corresponde a la Iglesia Parroquial de San Pedro Apóstol. Según he podido leer, fue construida siguiendo el estilo gótico y, de acuerdo con un documento parroquial, se terminó en 1574. Posteriormente fue restaurada en el siglo XVII, manteniéndose intacta la nave baja —el brazo inferior de la cruz latina— y añadiéndose la nave transversal y la cabecera o capilla mayor, que configuran actualmente su planta en forma de cruz.

Los muros de esta nave baja están construidos con mampostería, reforzados en sus ángulos y arcos interiores por sillares de granito, y apuntalados exteriormente con cuatro sólidos contrafuertes de sillería granítica. A los pies de esta nave, sobre un zócalo también de sillares, se alza la esbelta torre, dividida en cuatro tramos. Justo a los pies de la torre se abre la puerta principal, un arco de medio punto sobre el que campea, entre dos leones rampantes, el escudo marmóreo de los Portocarrero, mecenas de la obra y patronos por derecho de la parroquia.

El templo cuenta con otras dos puertas: una en el lado norte, hoy clausurada, y otra en el lado sur, la más utilizada y decorada. En el interior se reparten numerosas capillas y retablos, entre los que destacan: la Capilla de la Inmaculada Concepción, los retablos de la Virgen del Carmen, de San Blas, de San Vicente de Paúl, de Nuestra Señora del Rosario, el Retablo Mayor y el Retablo de las Ánimas.