Pequeño espacio de evasión para desordenar reflexiones,inquietudes,cabreos,comeduras de tarro,añoranzas,recuerdos,música,lectura y algunos que otros eventos consuetudinarios que acontencen en las rúas.Y por supuesto...cine.
Se habló en este blog de...
18.8.06
García Lorca 70 años después.
Por desgracia en los próximos tres años se cumplirá el 70 aniversario de muchas atrocidades cometidas en este pais.
"En la madrugada de ta dia como hoy del año 36,Federico García Lorca fue sacado del Gobierno Civil donde había estado retenido dos días largos. Según un testigo casual, lo llevaban esposado a un maestro de escuela de Pulianas: Dióscoro Galindo González. Iban "de paseo", un eufemismo estremecedor, y el coche o el camión o el vehículo que fuera se dirigió hacia las afueras, hacia Víznar, a escasos kilómetros de Granada. Allí permanecieron encerrados unas horas, imposible decir cuántas, pero lentas, horas lentas debieron de ser, en la planta baja de un edificio que había sido residencia de verano para la chiquillería granadina, convertido en la última parada de quienes habían llegado al final del camino.Además del maestro de Pulianas, acompañaban a Lorca dos banderilleros anarquistas: Joaquín Arcollas Cabezas y Francisco Galadí Melgar. Estuvieron engañados todo el rato: les había dicho que a la mañana siguiente irían a reparar carreteras, algo así. Pocos minutos antes de la saca, la verdad. Y uno de los custodios contó luego que invitó a Lorca a rezar, pero éste no recordaba ninguna oración, y que él lo ayudó con un Yo pecador, y que sintió alivio con la plegaria.¡Que subáis al camión!, tuvieron que ordenarles en un momento dado. Y los condenados subieron, ¡cómo no hacerlo! El vehículo arranca y enfila un camino no muy ancho; yo imagino baches. No se oye ningún rumor. En las noches de agosto, el mundo es casi mudo. El camión frena, acelera, frena y al poco se detiene junto a unos olivos. ¡Que bajéis!, ordenan. Y los condenados bajan, ¡qué hacer si no! Si era noche cerrada, se ayudaron de los faros del vehículo; si empezaba a clarear, no haría menester ningún auxilio: bastaba con apuntar a los bultos.Según parece, a Lorca lo remataron de un pistoletazo en la nuca pues se resistía a morir el muy cabrón, se resistía…. Los verdugos regresaron a Granada –¿con prisa? ¿sin ella?– dejando los cadáveres descansando en una almohada de sangre. Ahora les tocaba a los enterradores, que tampoco debían andarse con muchos miramientos: un agujero donde cupieran los cuatro fiambres, uno encima de otro, y la tierra justa para cubrir esa vergüenza. Nada más. (Ian Gibson)
La muerte de Lorca no fue el resultado del azar, sino la puesta en práctica del programa de exterminio con el que las fuerzas nacionales pretendían borrar del mapa a los opositores de una España anacrónica ,ellos llamaban eterna, y que implantaron, aún, su buen medio siglo. En su magnífico libro sobre la Guerra Civil, Anthony Beevor escribe: "La represión que llevaron a cabo los nacionales no fue tanto la consecuencia de los enfrentamientos como uno de los requisitos del golpe de estado". Y es que, aunque algunos historiadores no estén de acuerdo, no creo que la calificación de "exterminio"le venga grande a aquellos hechos.
Si muero,
dejad el balcón abierto .
El niño come naranjas.
(Desde mi balcón lo veo.)
El segador siega el trigo.
(Desde mi balcón lo siento.)
¡Si muero,
dejad el balcón abierto
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