Me pregunto qué opinión tendría de esta película si la hubiera visto cuando se estrenó, por el ya algo lejano año 2001. Y es que veinte años casi, dan para mucho. Ni somos ni seremos los mismos que éramos a comienzos de este crispado siglo. A lo largo de estas dos décadas, hemos sufrido todo tipo de preocupaciones, congojas, intranquilidades, temores, entusiasmos, satisfacciones, desengaños, decepciones.
Una gran mayoría de los que formaban parte de nuestras vidas en aquel tiempo ya no lo hacen. Algunas amistades se fueron amarilleando como las viajas fotos en papel en blanco y negro. Otras terminaron de una manera brusca e inmediata, vete a saber la razón, culpa mía, culpa tuya, que más da. Las cosas a veces terminan de la misma manera que comienzan, sin saber cómo ni por qué.
No hablemos ya los cambios de derroteros o los virajes que da el amor en tantos años. Tantos que si atisbamos desde la elevación que te da el tiempo, casi ni te reconoces en la gran mayoría de matices que los "quereles" de la vida te ofrecen en plena juventud.
Los años, esas unidades de medida que siempre te advierten, pero que nunca perdonan, pero que te ofrecen de lo bueno y de lo malo toda una miscelánea de pericias veteranas a las que haces caso o no, según sea el propósito o razón a tratar.
"Lucía y el sexo", película dirigida por Julio Medem y protagonizada por Paz Vega, Tristán Ulloa y Najwa Nimri entre otros, que tenía un tanto mitificada e idealizada sin haberla visto. Hoy, esta mañana de domingo, se terminó el mito, se terminaron las incertidumbres y concluyeron las valoraciones vanas e inservibles que tiene pensar u opinar para ti de algo que no has visto o ese lugar que no has visitado. Mi opinión, me la guardo, o más bien la dejo arrinconada en el año 2001, una década que comenzó con el atractivo y la fascinación que dan los años venideros a esa edad. Casi tanto como tenía el comienzo de este 2020 que nos ha sacudido sin ninguna clemencia.
"Lucía y el sexo", si no la has visto aún y pretendes hacerlo, viaja por un rato a 2001. La vida entonces, era mucho más sencilla y tranquila de lo que es ahora.
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