
Curioso y casual. Hace un par de días, mi "primo" Jesús Polo, entre otras interesantes y amenas anécdotas musicales, me contaba la fascinante historia de Robert Johnson. Yo conocía algo de la diabólica leyenda que gira en torno a él, pero poco más.
Robert Johnson fue uno de los más grandes intérpretes de blues de toda la historia, a pesar de morir con tan solo 27 años y de haber grabado apenas 29 canciones.
Su fallecimiento sucedió en circunstancias misteriosas y controvertidas. Unos aseguran que fue envenenado con whisky por un marido celoso, dueño de un bar donde Johnson solía actuar. Otros apuntan a que murió de neumonía, y algunos mencionan la sífilis como causa. Su certificado de defunción indica que falleció el 16 de agosto de 1938 en Greenwood, Mississippi, y curiosamente no se le realizó ninguna autopsia.
Solo se conservan dos fotografías de Robert Johnson, y hay quienes aseguran que transmiten una atmósfera casi diabólica. Incluso se llegó a decir que aparecía durante unos segundos en una vieja película de los años 30. Sin embargo, esto fue desmentido después, ya que en esa película se podía leer el cartel de un film rodado dos años después de su muerte.
La leyenda de Robert Johnson sigue siendo parte fundamental del mito del blues y la música estadounidense, una historia de talento, misterio y tragedia que continúa fascinando a generaciones.

Pero la leyenda más siniestra y oscura que rodea la figura de Robert Leroy Johnson es, sin duda, la que dice que vendió su alma al diablo en el cruce de las autopistas 61 y 49, en Clarksdale, Mississippi. A cambio, obtuvo el don de interpretar el blues como nadie más, recibiendo la llave que le abrió las puertas del conocimiento musical y una técnica guitarrística increíblemente virtuosa.
Se afirma que su pacto con el diablo le otorgó talento y, a cambio, le dejó tan solo ocho años de vida para disfrutar de ese don.
Curiosamente, todo esto me lo contó mi primo Jesús el sábado por la tarde. Y, casualmente, el domingo a la misma hora, mientras veía la película de Joel y Ethan Coen O Brother, Where Art Thou?, apareció un personaje inspirado libremente en la leyenda de Robert Johnson. ¿Casualidad?
Por cierto, la leyenda también dice que aún hoy en día, muchos aseguran haber visto a un viejo guitarrista negro tocando en ese mismo cruce de las autopistas, como un espectro que nunca se fue.