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6.10.08

Todo tiene un un final


Es una lata el trabajar, todos los días te tienes que levantar...decía una animosa canción de Luis Aguilé. Y sí, claro que es una lata, no el levantarse, el ir a trabajar, porque si es para algún cachondeo o viajecito de placer, no nos cuesta trabajo ninguno levantarnos a la hora que haga falta para hacer la maleta en un plis plas y salir pitando.
Hoy ha sido el primer día laboral desde que comenzase las vacaciones allá por el lejano 29 de Agosto y si digo la verdad, por más que busco el síndrome postvacacional, no lo encuentro por ninguna parte, incluso no me ha costado nada de nada recuperar la "regularidad" que anuncian en spots de cereales con fibras. Eso sí, después de comer me ha vuelto a entrar ese sopor y pesar de párpados que ni la presencia de la Pataki harían levantarlos, aunque ahora tengo que controlar que ese espacio de tiempo en el mundo de la inconsciencia sea más breve, más que nada para poder entrar sin esfuerzo ninguno en el nocturno y cotidiano mini viaje a el reino de Hades.
Pilas cargadas, soltamos amarras y empezamos a surcar ya con total plenitud la temporada 2008-2009. Cantaría la salve marinera, pero hace ya tantos años que no la entono que casi no recuerdo ni la letra, pero ni aquí hay mar, ni yo dejaría de ser un tipo de secano.

12 comentarios:

Mundos Azules dijo...

Jamás he entendido ese tipo de sindromes postvacacionales, ni jamás los he sufrido. Me cuesta siempre el tener que ir a trabajar, pero lo mismo el primer día de trabajo que el último.

Me imagino que no será más que un invento de tantos para que al vago se le llame menos vago.

Alberto López Cordero dijo...

Zánganos hubo y habrá amigo Salva. Cuesta levantarse, pero es lo que tenemos los pobres si queremos llevarnos algo de manduca a la boca.

Belén dijo...

Pues muy bien, la verdad es que yo también me regulo muy bien después de las vacas, quizá estás como mas despistado, pero nada que no se solucione con un buen café ;)

Y ánimo con las siestas, hijo,si es que es un placer que poco nos dura jajajajajaj

Besicos

Unknown dijo...

A mí me sientan mal los cambios, soy maniática del orden hasta para eso. Creo que volver al trabajo en cierto modo supone un alivio, el de volver a lo seguro.

Unknown dijo...

yo si creo tener ese síndrome postvacacional....

es algo complicado hacer los cambios de hora y cosas así!

Herodes Antipas dijo...

Niño. A poquito a poco, y siempre de frente, como los buenos capataces. Que eso del síndrome post-vacacional es muy malo, jejeje.
Un fuerte abrazo, cómo siempre.

Truman dijo...

Pues yo no quiero trabajar nunca, espera: NUNCA!!!...Así mejor...ni madrugar(ni para viajar)...
El trabajo (asalariado se entiende) me parece una ful de estambul (así, en miníscula)...

Bueno, ya comenté por tu blog...
;)

Salud!

Vintage dijo...

Yo como no tengo vacas no tengo sindromes, en serio antes existian tantas tontadas???
muakkkkkkkkkkk

CarmenS dijo...

Mejor para ti que no te cueste incorporarte al tajo. Porque hay personas que sufren muchísimo. Sólo pensar que dentro de poquitas horas me tengo que levantar.... aggg

Anónimo dijo...

Que bueno que no te pertuba el llamado sindrome ;) que no es otra cosa que querer seguir de vacaciones. Feliz inicio laboral y mucha energía.

Un abrazo

Insumisa dijo...

Es feo eso de que se nos terminen las vacaciones. Pero por otra parte, sin el trabajo como contraparte, no disfrutarías las vacaciones como lo haces.

Saludos desde el desierto y gracias por pasar a dejar tu comentario en mi blog.

Besitos

Álvaro Dorian Gray dijo...

Bienvenido al mundo laboral. Ahora, si tienes compañeros, a contar las vacaciones como cuando eramos chicos...jejeje.
¡A ganarte el sueldo!!!!!
Un saludo y salud.