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30.11.10

Fútbol y crisis


Curioso es que en tiempos de crisis el partido de ayer entre el F.C Barcelona y el Real Madrid se ha convertido en el evento futbolístico más visto en la historia de la televisión de pago en España. Más de un millón y medio de espectadores vieron el partido en Gol Televisión, mientras que la otra de las opciones Canal + liga casi alcanza el millón de telespectadores. Todo esto sin contar los millones de seguidores que no tienen en casa estos canales de pago y que lo hicieron en el bareto más próximo a su domicilio. Y es que ya sabemos, crisis haberla, pues haila, pero para determinadas cosas la crisis nos la pasamos por el forro. Véanse ferias, fiestas, puentes, vacaciones veraniegas y pubs de fin de semana donde a la peña no le cuesta trabajo o penas rascar mínimo 5 euros por copa. Ayer pasó más de lo mismo, el Nou camp a reventar un lunes a las 21,00, quien no pudo ver el match en su casa, pues ya se las apañó para ir a casa de un familiar, amigo, compañero o vecino. Las peñas tanto de los blancos como de los blaugrana, que hay un par de ellas en España, hasta la bola, y el que no tiró de ninguna de estas opciones, pues a lo clásico, transistor a la oreja o internet enchufado y a seguir la contienda tan ricamente. Y es que el fútbol no resuelve problemas, no reduce el paro, no sube el sueldo, no readmite a los que han sido despedidos por regulación de empleo o por ajustes de plantilla, no incrementa el subsidio de desempleo, no reduce el índice de robos, de delincuencia, de violencia de género. El fútbol, fútbol es. Once tipos en gallumbos disputándose la posesión de un esférico con la única intención de traspasar tres maderos que delimitan el final de cada extremo del terreno de juego. Sencillo, pero a la vez complejo por las cifras que maneja, por el pastizal que mueve, y sobre todo, porque si por el espacio de tiempo de dos horas consigue hacer olvidar a la gente todos esos problemas que les martillean a diario, para mi ya merece el mayor de los respetos. Habrá a quien no le guste, a quien no le entusiasme, o a quien sencillamente le de igual. Otros gustos más divertidos o aburridos tendrán, pero de lo que no tengo la menor duda es que en tiempos de crisis, tanto el fútbol como otros eventos lúdicos y ociosos sirven de vía de escape para quien los problemas forman parte de su día a día. Aunque apagados los focos nada cambie.

26.11.10

Tras los pasos de Carlos V


Las fotografías tienen ya algo más de un año y no sé la razón por las cuales finalmente no las publiqué en su día en este blog, aunque si que lo hice en "Extremadura perdura". Pues bien, pertenecen a la ruta senderista entre los pueblos de Tornavacas y Jarandilla de la Vera, llamada Ruta de Carlos V que realizamos los miembros fundadores del club de senderismo "La cabra Juliana". Se supone que el trazado de dicha ruta es el mismo que realizó en 1556 en su último tramo el emperador Carlos V y su séquito para dirigirse a su retiro definitivo hacia el Monasterio de Cuacos de Yuste 28 Kilómetros entre bosques, montañas, caminos empedregados, subidas escarpadas, bajadas destrozarodillas, matorrales, riachuelos...una experiencia fabulosa para el que guste estar en pleno contacto con la naturaleza. No confundir con la ruta de El Emperador, que va desde Jarandilla hasta el monasterio de Carlos V en Cuacos de Yuste, mucho más corta y facil de realizar

23.11.10

Los hermanos Frog


Más de veinte años matando vampiros debe resultar muy largo, o al menos eso es lo que supongo que piensan los hermanos Frog. La cosa viene de largo, allá por 1987 cuando en aquella mítica película "The lost boys" (Jóvenes ocultos),Sam Emerson (Corey Haim) conoce a dos chicos de Santa Carla, Edgar (Corey Feldman) y Alan Frog (Jamison Newlander). Los hermanos Frog regentaban la tienda local de cómics. Tras descubrir que Sam es un recién llegado a la ciudad le obligan a llevarse un par de cómics de vampiros, a pesar de sus protestas de que no le gustan los cómics de horror, le explican que esa lectura un día podría salvarle la vida...hoy en día, 2010, los hermanos Frog siguen luchando contra los chupasangres, y el eje central de las dos últimas de la saga se centra en la figura de Edgar Frog, de como el paso del tiempo, la pérdida de amigos y la más absoluta de las soledades le han convertido en un tipo hosco, serio y malumorado.El tiempo no perdona, ni siquiera para los personajes ficticios que han formado parte de tu adolescencia y ahora, de alguna manera siguen acompañándote a traves de los años, como si esa cruzada contra los no muertos formara parte de tu existencia. Será que hoy tengo el día un poco Friki, pero, ¿quien no lo es?. Ahora resulta que a el que le gusta el cine es un friki del cine, a el que le gustan los comics es un friki de los comics, a el que le gusta la pesca es un friki de la pesca y el que es un fumador empedernido es un friki del tabaco. Ya no hay aficiones, hay frikismo. Pues sí, "semos" frikis, ¿y qué?. Los hermanos Frog también son Frikis, los que les han visto durante años y los que más que seguro, lo seguirán haciendo, pues tal y como está el panorama cinematográfico, no es de extrañar que por mucho que estas abaratadas secuelas desvirtuen el film original siempre habrá quien demande estas aventuras para pasar ese rato desenfadado y sin complicaciones que todos buscamos en algún momento de la semana. Los hermanos Frog han vuelto y espero que lo sigan haciendo.
En la parte de arriba los hermanos Frog en un fotograma de "The Lost boys" (Jóvenes Ocultos) de 1987 y en la inferior otra de "The lost Boys, the third" (Jóvenes Ocultos, sed de sangre) de 2010.

21.11.10

Circunstancias


Pues sí, es cierto, me lo comentaban hace poco en una distendida charla y no me hizo falta ser un iluminado de tres al cuarto para saber que efectivamente es verdad. Me dijeron algo así:
En ocasiones el ser humano cambiaría todo lo que tiene por todo lo que desea; pero todo cuanto posee es él mismo, a veces para bien, a veces para mal, y el cambio a ese precio siempre va resultar irrealizable.
Palabras ciertas que una vez más nos percatan que somos y estamos por una serie de circunstancias, normas, costumbres y demás vicisitudes así establecidas. ¿Injusto?, es más que posible, pero a menudo aceptarse tanto a uno mismo como a esas circunstancias irreemplazables puede ser un síntoma de salud mental, aceptar el simple y sencillo hecho de seguir disfrutando de la vida sin evaluar a los demás, sin estar más pendiente del otro que de uno mismo. Pobrecillo, y "tonto-gilipoyas" (que diría Pérez QEPD) el que desea el mal de los demás para su propio bien...amén.