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26.10.10

¿Y si toca?


Es curioso como cada año andelantan más la campaña de Navidad. En la mayoría de supermercados ya podemos ver estanterías repletas de turrones, mantecados, polvorones, alfajores y demás delicias de todas las texturas y sabores que hacen que nuestra báscula incremente sus dígitos peligrosamente transcurrido el 6 de Enero. En pocos días comenzaremos a ver en televisión infinidad de spots dirigidos hacia el público más consumista, para que antes y durante las fiestas de Noel gastemos y gastemos para así demostrar lo que queremos a nuestras familias y seres queridos.
Por otra parte está la lotería...¿a quién lo le ofrecen papeletas y participaciones, con o sin recargo? en ellas podemos optar a premios de lo más variopintos, además de la pertinente pasta, abundantes cestas de Navidad, lotes de productos electrónicos, un crucero por el caribe, un bicicleta o hasta un concierto de un coro polifónico. Yo personalmente aún sin finalizar el mes de octubre ya he picado y he comprado con o sin compromiso, generalmente con, varias participaciones de Lotería y papeletas. Que sí, que tal vez, tres, cuatro,o cinco euros no supone nada, pero si pasado el sorteo del 22 de diciembre echamos cuentas podremos comprobar que con el dinero que nos hemos gastado en esas participaciones y de las cuales no nos ha tocado absolutamente nada, bien podríamos habernos dado un caprichito. Porque no nos engañemos, cuando en este caso alguien del trabajo te ofrece algún tipo de participación, caemos en la tentación más que nada por si al de al lado le toca y tu que has tenido la oportunidad en tus manos te quedas sin nada. Esa es la realidad, pensar que no lo vas a comprar, pero cuando ves al de al lado piensas..¿Y si toca?.
En la fotografía mi hermano Fernando que como podemos ver ya compró su primer décimo de lotería de Navidad a principios de agosto en Ribadesella en nuestras vacacionas Asturianas y quiso que inmortalizara el momento por eso, por si toca.

18.10.10

De otoños y rutinas


Retomar la rutina de blogear cuesta, de eso me estoy dando cuenta, ya que a finales de agosto y previo a mi segunda parte de las vacaciones estivales prometí volver a la blogosfera. Pues bien, finalmente no han sido un par de semanas, ni tres, ni cuatro, ha sido algo más, pero supongo que después de una larga temporada de inactividad vale más retomar la costumbre de escribir de una manera lenta pero progresiva que de golpe y porrazo. No pretendo bordar todos y cada uno de mis posts, ni tan siquiera mantener una estructura a la que agarrarme y seguir, tan sólo escribir por el mero placer de hacerlo, de plasmar como siempre de una manera mediocre y vulgar algunas de las cosas que a veces pasan por mi cabeza y que tal vez se reflejan en mis quehaceres y rutinas diarias. El otoño llegó una vez más, con su alfombra marrón tendida en las aceras y como en cada ocasión comienza una nueva temporada cargada de incógnitas. A estas alturas de la vida uno ya no sabe si sumar o descontar otoños. Da igual, a veces simplemente con estar, y viendo el panorama general podemos sentirnos más que satisfechos. Levamos anclas.