
Curiosa pero cierta la similitud de la frase con los hechos acontecidos. Me resulta cuando menos anecdótico, pero en estos días he recibido condolencias como si de un allegado se tratase. Tanto en persona, por teléfono, por SMS, por E-mail, por el messenguer...Todo el que me conoce, sobre todo quien me conoce desde hace ya bastantes años, puede dar fe de que he seguido la trayectoria de Michael Jackson a través de todo este tiempo. En sus momentos más delicados, lo defendí de todas las acusaciones que vertieron sobre él, tanto el público, como en privado, por activa y por pasiva. Estaba más que seguro que era inocente de todo lo que se le acusaba. Es más, nunca llegúe a entender como se podía hacer un linchamiento público de una persona, uno de los más grandes artistas que han pisado la faz de la tierra, que fué toda una fuente de inspiración para millones de jóvenes de su época, y que siempre luchó a favor de los derechos humanos, de los niños y abanderó grandes campañas contra los más necesitados ¿o ya no se acuerdan de We are the world?. Su nombre estuvo dos veces como candidato al premio Nobel de la paz, pero de eso tampoco se acuerdan ya. Se dice que ahora tenía grandes deudas, pero pocos dicen que sus donaciones a todas esas causas suman más de 300 millones de dólares, cantidad con la cual hubiese saldado más que de sobras esas deudas.

Ahora sale a la palestra el primer niño por el que fué acusado de abusos en 1993, ya convertido en un adulto y declara que Michael jamás abusó de él, que fué su padre el que le chantatajeó y se hizo de una enorme suma de dinero por ello, más de 20 millones de dólares. Como si eso no estuviese claro, y sólo veían otra cosa los que querían verlo.En cuanto al segundo niño, todos saben los antecedentes de estafa, extorsión y robo que tenían sus padres y aún así Michael se prestó a ayudarles economicamente en el tratamiento contra el cancer que ese niño tenía. Y así se lo pagaron.
Es una puñetera pena que todo esto se reconozca a pocos días de su muerte. Al menos nos queda la satisfacción a los que siempre creímos en la inocencia de un Peter Pan sempiterno.