
Hay ciertas ocasiones en la vida en las que uno intuye, casi con certeza, que se arrepentirá profundamente si no acude. Son esas citas marcadas por una sensación extraña, difícil de explicar, como si el tiempo te estuviera advirtiendo: “Si no vas, te lo vas a reprochar”. Ayer por la mañana, al leer en el periódico que el escritor e hispanista Ian Gibson iba a dar una conferencia en Badajoz, supe de inmediato que ese era uno de esos momentos. Lo supe con esa clase de certeza que no admite debate interno. Y así fue como, sin pensarlo demasiado, decidí recorrer los más de 120 kilómetros entre ida y vuelta. ¿Mucho para una simple conferencia? Puede. Pero no era una conferencia cualquiera. Era una oportunidad. Y no quería dejarla escapar.
Mi entusiasmo tenía razones bien fundadas. Este año había leído dos de sus obras más brillantes: Ligero de equipaje y Cuatro poetas en guerra, ambas tan apasionantes como esclarecedoras. También había disfrutado de su participación en el documental Lorca, el mar deja de moverse, y revivido en un suspiro la extraordinaria serie de televisión Lorca, muerte de un poeta, cuyo guion contó con su colaboración. Así que la ocasión se presentaba como una forma de cerrar —o quizá de abrir— un ciclo personal de descubrimiento y admiración hacia su figura.
Me presenté con tiempo en el Palacio de Congresos de Badajoz, con la esperanza de encontrar un buen sitio. Lo encontré. Primera fila. Desde ahí, con una cercanía casi simbólica, pude escuchar y observar al hombre que durante décadas ha buceado en los silencios de nuestra historia, que ha perseguido incansablemente las huellas de Federico García Lorca por barrancos, archivos y cunetas, con una mezcla de rigor académico y pasión humana difícil de igualar.
La conferencia giró en torno a la memoria histórica, el auto del juez Garzón y, sobre todo, a la necesidad urgente —ética, política, cultural— de recuperar los restos del poeta granadino. “Lorca fue y sigue siendo el mejor embajador de España en todos los tiempos, el poeta y dramaturgo más famoso, más amado, más traducido”, afirmó Gibson con emoción contenida. “Y como su biógrafo, quiero saber cómo murió. Tenerlo como un perro en una cuneta todavía me parece una vergüenza para este país”, sentenció con ese acento tan suyo, irlandés y profundamente español a la vez, que ya se ha vuelto familiar para muchos de nosotros.
Al terminar la charla, tuve la fortuna de acercarme a él. Me firmó, con una sencillez conmovedora, mi ejemplar de Ligero de equipaje. Y para mi sorpresa, me pidió que recitara en voz alta unos versos de Antonio Machado que aparecen en las primeras páginas del libro. Lo hice, con el temblor de quien se sabe observado, pero también con la alegría íntima de estar compartiendo unos segundos con alguien que ha sido faro para tantos en la oscuridad del olvido. A nuestro alrededor, otros asistentes esperaban su turno para saludarle o conseguir una dedicatoria. Pero en ese instante breve, sentí que no había nadie más.
Ian Gibson es, para mí, un ejemplo raro y luminoso de claridad, transparencia y compromiso. Un irlandés de nacimiento, pero quizás el español más lúcido que haya conocido en estos últimos tiempos. Su manera de entender nuestra historia, su empeño por dar voz a los que fueron silenciados, su defensa incansable de la memoria... todo en él tiene algo de necesario, de urgente, de valiente.
Hice algunas fotos —que pronto compartiré—, pero más allá de las imágenes, me quedo con la vivencia. Con la emoción de esa noche. Una noche para recordar. Una de esas en las que, al volver a casa por la carretera, sabes que has hecho lo correcto. Que estuviste donde tenías que estar.
14 comentarios:
Curiosos, coincide con la finalización del proceso de crímenes de guerra contra Franco...
Si, es una vergüenza, pero claro, hay intocables...
Besicos
¡Qué suerte! Hace unos años, cuando él no era tan conocido, en la feria del Libro de Madrid me acerqué a la caseta donde estaba, no había nadie y le pregunté pq no había gente. Me miró y me digo, señalando el libro que no he podido recordar cual era, a los españoles os cuesta recordar... Ahí quedó todo, con ese español guiri me senti un poco mal y me marché... Hoy, si le vuelvo a ver le recordaré aquellas frases y le daré la razón.
Saludos y salud
Una suerte la tuya, porque este hombre nos ha enseñado a los españoles muchas cosas de nuestra historia. Y nadie podrá decir de él que está actuando por intereses personales o por traumas propios.
Me alegra que lo pasaras bien y disfrutaras del momento!!
Un besote
Desde luego, tuviste mérito, porque 120 kms tienen su miga... Pero esta es una de esas ocasiones únicas en la vida que uno no se perdona desaprovechar, y por lo que veo, no te has arrepentido en absoluto de hacer kms... :-) Qué gustazo de conferencia tuvo que ser, qué emotivo ese momento en que te firmó el libro y te hizo recitar esos versos, y qué cierto es que, los realmente grandes, nunca intentan parecerlo.
Besos, Alberto, en espera quedamos de las fotos.
Belén: Pues sí, los ha habido y por desgracia los habrá.
Álvaro: Por suerte no todos los Españoles somos así. Muchos si queremos recordar, y sobre todo que no queden en el olvido todas las víctimas de aquel genocidio y los familiares que sufrieron la represión durante décadas. Emotivo y significativo ha sido que la conferencia se celebrase en el palacio de congresos de Badajoz, donde hasta hace pocos años estuvo ubicada la plaza de toros antigua, un lugar donde fueron asesinadas más de 3000 personas en Agosto de 1936 por el simple hecho de oponerse al golpe de estado militar. Esa plaza nunca tuvo que ser derribada quedar como símbolo de lo que jamás debe volver a pasar. Un saludo.
Cecilia Alameda: Este hombre es el vivo ejemplo de lo que es justo y necesario en este país para que de una vez por todas cicatrizen algunas heridas. Por desgracia hay un sector muy amplio que no lo ve así y eso me da mucha pena. Besos.
Lluna: Muchas gracias. Más que pasarlo bien, fué toda un experiencia bastante enriquecedora. Besos.
Calle Quimera: Ocasiones así no hay que dejarlas pasar, al menos para mí. El momento de recitar llos versos de Machado sin duda fueron muy especiales, sobre todo viniendo del hombre que ha elaborado la mejor biografía de uno de los mejores poetas de todos los tiempos. Las fotografías si tengo tiempo las colgaré esta semana. Un abrazo.
Siempre merece la pena. Besos.
Este fin de semana ha aparecido un artículo en Público, te dejo el link:
http://www.publico.es/estaticos/pdf/23112008.pdf
página 12. Se titula Badajoz y directamente me acorde de tí. Espero que te guste.
Saludos y salud
Cada día me sorprendes mas, en serio.
Jamás en mi vida se me hubiera ocurrido coger el coche e irme a una conferencia, asi tan de sopetón.
Me alegra que te gustara.
UN beso :D
Vuelvo por aquí a indicación tuya. Cuando colgaste esta entrada yo no había leído el libro. Que me ha parecido fantástico. ¡Que bien escrito está! Abarca todo: historia, crítica literaria, sentimientos.
Voy a escribir otra entrada contando lo de Guiomar, que yo no conocía en todas sus dimensiones el frustrado romance de Machado con esta mujer.
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