Glenn Ford, uno de los últimos mitos vivientes de la época dorada de Hollywood, ha fallecido a los 90 años. Su legado en la pantalla grande es vasto y admirable, con una filmografía que incluye títulos icónicos como Semillas de maldad, Los cuatro jinetes del apocalipsis, La casa de té de la luna de agosto, El desertor del Álamo, Cimarrón, Un gánster para un milagro, La batalla de Midway y Supermán.
Sin embargo, si hay un papel por el que Glenn Ford será recordado por encima de muchos otros, es su inolvidable interpretación en Gilda (1946), junto a la legendaria Rita Hayworth, un film que se ha convertido en clásico imprescindible y que marcó un antes y un después en el cine noir y en la construcción del mito hollywoodiense.
Su presencia en pantalla, esa mezcla de carisma discreto y fuerza interior, convirtió a Ford en uno de los actores más emblemáticos de su generación, capaz de transitar desde el drama al western, la acción o el romance con una naturalidad que pocos han sabido igualar.
Descanse en paz Glenn Ford, cuyo nombre permanecerá para siempre grabado en la historia del cine.
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