O lo que es lo mismo, casi cinco días completos. He de decir que todo, todito todo lo que tenía en la agenda se ha cumplido con creces, incluida alguna sugerencia de última hora que me hizo Álvaro Dorian Grey —que, en principio, no pensaba realizar—, pero que terminó siendo un acierto. Lo único que se me ha quedado en el tintero ha sido la exposición de los tesoros sumergidos de Egipto. Aun así, no me pesa demasiado, ya que en su día tuve la suerte de visitar ese país fascinante y contemplar con mis propios ojos muchas maravillas que, con toda seguridad, estarán a la altura —o por encima— de lo que allí se muestra. Y, además, honestamente, ya no había tiempo para más.
No sé, pero ando algo descolocado, un tanto fuera de órbita. Octubre, después del paréntesis vacacional, ha volado entre viajes, planes y eventos varios. Se ha esfumado como el viento que hoy peina esta tierra. Supongo —y casi deseo— que noviembre sea un mes algo más sosegado, que permita pisar el freno y recuperar cierto equilibrio, aunque con esto nunca se sabe.
En estos días me comprometo a escribir una crónica más detallada de mi estancia en Madrid, que tal vez se convierta en varios posts. Muchas de las cosas que he visitado, contemplado o vivido durante estos días merecen un relato aparte, un espacio más amplio, porque no son sólo anécdotas: son momentos memorables.
Tengo la sensación de haberme sacado una pequeña espinita, una deuda pendiente con la capital. En 2004, cuando vivía y trabajaba allí, no llegué a disfrutar como ahora de su oferta cultural, de su ocio, de sus rincones. Tampoco es que en este viaje lo haya exprimido todo, haría falta más tiempo (y más presupuesto) para exprimir Madrid hasta la última gota. Pero sí he podido saborearla con calma, sin agobios ni prisas, como se saborean las cosas buenas.
Y ahora, ya de vuelta, reafirmo esa verdad tan sencilla como poderosa: no hay nada como tu propia casa.
8 comentarios:
Por lo que veo has disfrutado de ese viaje aunque no hayas podido recorrer todo lo que hubieses querido. Me alegro tanto, Alberto...
Yo , lo primero que hubiese ido a ver son precisamente esos tesoros sumergios de Egipto. Ese país es mi asignatura pendiente... Mi pasión.
Noviembre irá poniendo la inercia necesaria para normalizar la vida, ya verás.
Un besazo, y a la espera quedo de essos posts en que menudees el viaje que has hecho y podamos compartirlo un poquito contigo.
Cuando pasé por el Prado, miré a ver si estabas entre los que hacían cola en el museo. No sé si te vi.
Me alegro que te lo hayas pasado en grande, guapo!
Y nada, esperamos tus crónicas, lo sabes ;)
Besicos
Increíble que hayas podido hacer tantísimas cosas. Menudo record!!
Pues ya nos contaras. Si vienes otra vez avisa con tiempo y te enseño más sitios y nos tomamos algunas cañas donde el bacalao es estupendo.
No me importa servir de guía de mi propia ciudad.
Espero que te lo hayas pasado genial.
Saludos y salud
cuenta lo de "Crepula" y el foxterrier del vecino, je,je
es Genial
Que bueno, fijate, naci en Madrid y apenas la conozco, me trajeron para Sevilla con días y después he ido pero casi siempre de pasada, en diciembre planeo ir un fin de semana también con concierto incluido, espero disfrutarlo aunque no creo que me de tiempo a ver tanto como me gustaría. Así que espero impaciente tus comentarios de tu viaje.
que envidiable viajecito :D
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