Si buscas una tarde relajada para ver una película tranquila, esta no es la más adecuada. Lo que comienza como una excursión a bordo de un yate de lujo para un grupo de antiguos compañeros de clase se convierte en una auténtica pesadilla cuando, por un descuido, olvidan bajar la escalerilla antes de lanzarse a nadar.
Tras múltiples intentos fallidos, se encuentran totalmente incapaces de subir de nuevo al barco, quedando a la deriva a millas de la costa. La tensión aumenta cuando una de las integrantes del grupo revela su auténtica fobia al agua, y la situación se vuelve aún más angustiosa al tener a un bebé a bordo.
Cuando finalmente parecen asimilar la gravedad de la situación, el estrés y la desesperación hacen que comiencen a atacarse entre ellos. La lucha por sobrevivir se intensifica, con cuerpos agotados intentando mantenerse a flote mientras la batalla por regresar al yate toma un giro cada vez más oscuro y terrible. Lo que iba a ser una agradable reunión se transforma en una lucha encarnizada por la vida.
Aunque en España la película se titula "A la deriva", ha sido comercializada como la secuela de "Open Water". Y aunque ambas comparten la angustiosa situación de estar atrapados en el mar, las historias son independientes y nada tienen que ver más allá de ese punto.
Para los amantes del cine de supervivencia y situaciones extremas, esta película ofrece lo que se espera: tensión constante y un desafío humano a la desesperada. En resumen, visto lo que se está proyectando últimamente, no está nada mal.
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