Ayer a mediodía, mientras papeaba unos pimientos asados acompañados de cous-cous, veía el informativo de Antena 3, que venía aliñado, más o menos, con lo de siempre: los cabronazos de Jarrai, el espectáculo cómico-humorístico de los del PP, el conflicto en Irak y las sesudas y minuciosas pesquisas que está llevando a cabo la policía en Fago, ese pueblecito en el que se han “acisquilado” al alcalde por vete tú a saber qué motivo (peli al canto, seguro). Pues bien, entre tanta noticia alentadora, emitieron unas breves imágenes del concierto que la noche anterior había ofrecido el grupo Europe en Bilbao. Y claro, uno no pudo más que dejarse llevar por la nostalgia ochentera, esa que te atrapa sin avisar y te zarandea con una sonrisa boba en la cara. Rememoré aquellos días del 87 en los que todos mis amigos, compañeros y conocidos nos sabíamos al dedillo todas y cada una de las canciones del disco que llevaba el mismo título que su tema más famoso: The Final Countdown. Ya digo, todos teníamos aquel disco de una forma u otra. Los más afortunados en vinilo, otros en cassette original, los más humildes con una copia grabada o comprada en el mercadillo dominical (que ya había piratería mucho antes de internet, no nos engañemos). Los más osados del barrio lucían aquellas greñas heavylongas que meneaban al compás de las canciones más cañeras del grupo —que las había, y muy buenas—, aunque el sector más purista del heavy de entonces los mirara por encima del hombro, tildándolos de lights y demasiado comerciales. Ayer, cuando en el informativo soltaron un fragmento de "Superstitious" —de un disco posterior al mítico The Final Countdown— no pude evitarlo: me lancé a entonar con más entusiasmo que acierto ese estribillo que aún tengo tatuado en el lóbulo musical: Keep on walkin’ that road and I’ll follow, Keep on callin’ my name, I’ll be there... And if a mirror should break, it’s easy to take, 'Cause deep down I know that you care... I’m not superstitious... Y justo al terminar de cantar, entre pimiento y cucharada de cous-cous, me di cuenta —con cierta ternura resignada— de que aunque uno aún conserve algo de greñas (sean rockeras o no), ya han pasado 20 años desde aquello. Ni uno más ni uno menos.
2 comentarios:
Veo que estás ya en la fase copleromanriqueña de "Cualquiera tiempo pasado...", pero está bien recordar aquellos tiempos. Algunos por lo menos pueden seguir luciendo greñas. ;-)
Musicalmente creo que si fueron mucho mejores.De hecho pocos años después empezó la cosa a degenerar hasta la fecha en la cual entre triunfitos y demás bazofia apenas se salvan tres pelagatos.Pero bueno, ahí siguen estando esas canciones para el disfrute de los "puretas" y de los que sepan valorarlas.
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