En Burgos, entre muchas otras exquisiteces gastronómicas, destacan sus famosas morcillas, que no voy a negar que están para chuparse los dedos en cualquiera de sus variedades. Pero haciendo un poco de patria, debo decir que la mejor morcilla del mundo la tenemos bien cerquita, en Guadalupe.
Es casi una obligación, al visitar esta preciosa localidad, degustar en alguno de sus bares o restaurantes situados en la plaza o alrededores, una tapita o ración de esta delicia.
En la foto podéis ver una de esas “tapitas” que me metí entre pecho y espalda este domingo mientras disfrutaba de la imponente fachada del monasterio y del excelente día que nos acompañó a Juanjo y a mí.
Si alguna vez pasáis por Guadalupe, no dejéis pasar la oportunidad de probar esta joya gastronómica que, sin duda, hará las delicias de vuestro paladar.
Fotografía: Alberto López Cordero
3 comentarios:
Guadalupe... bella fachada y... buena pinta esa morcilla... Apunto el sitio.
saludos y salud
Siempre se ha tenido la chacina extremeña como la mejor, debe de ser por algo, y desde luego esa morcilla parece estar demostrándolo. Qué buena pinta tiene...
Combinar turismo y gastronomía es un verdadero placer, y ya veo que te dedicaste a ello.. :-)
Besos.
Habrá que conocer Guadalupe!!!
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