
.
Cuando apenas había leído unas pocas páginas de Gomorra, empecé a comprender el precio que está pagando su autor, Roberto Saviano. Y es que este libro no es una novela al uso. Como dice la frase publicitaria, es un viaje al corazón del imperio económico y del sueño de poder de la Camorra, la mafia napolitana.
Desde la corruptela sin límites en el puerto de Nápoles —que controla casi la totalidad de la mercancía mundial procedente de China— hasta los negocios más cruentos, sucios ajustes de cuentas, venganzas e intereses que abarcan desde las esferas más bajas hasta las más altas, Saviano destapa una realidad brutal.
Se necesita un valor enorme para escribir una obra así. No por narrar hechos que muchos hemos escuchado en prensa, radio o televisión, sino por dar nombres y apellidos, revelar familias, infiltrados y asesinatos. Expone la red de poder que mueve la guerra entre clanes por controlar absolutamente todo.
En primera persona, Saviano relata los negocios más sangrientos de esta tela de araña que cubre Nápoles y alrededores. Desde el vertido ilegal de residuos tóxicos en terrenos que luego se venden, causando graves daños a la salud de los habitantes, hasta las amenazas, chantajes y violencia constante que sufren quienes están atrapados en ese infierno.
Saviano sabía dónde se metía, lo que iba a contar. Jamás imaginó que su libro sería un éxito internacional, con más de dos millones y medio de ejemplares vendidos, y es precisamente ese éxito lo que le ha condenado a una suerte de muerte en vida.
Hoy, con menos de treinta años, Roberto Saviano vive en paradero desconocido, protegido las 24 horas del día por escoltas policiales y sin poder pasar dos noches seguidas en el mismo lugar.
En una reciente entrevista declaró: “Lo que más molesta a la Camorra no es exactamente la palabra, sino la palabra cuando genera tensión... La palabra como tal, así a secas, les trae sin cuidado; lo que no soportan es que esa denuncia tenga tantos lectores. Esa es la diferencia entre Rushdie y yo. A Rushdie lo condenaron con una fetua por haber escrito Los versos satánicos; a mí me han condenado porque el libro se ha leído mucho. Es el éxito lo que me ha condenado a muerte.”

11 comentarios:
Supongo que lo estará pensando mucho. El éxito, el reconocimiento universal, el dinero, la fama ¿merecen la pena si hay que sacrificar la vida privada, la intimidad, la libertad? Creo que si Saviano pudiera volver atrás, renunciaría al éxito que le ha condenado a un tipo de vida terrible. Su mérito es enorme, porque ha puesto en evidencia la penosa vida que llevan muchos de sus compatriotas, pero a cambio de un sacrificio que espero que no sea de por vida.
Me creas una gran curiosidad.
interesante libro... tenía pensado leer otros pero trataré de buscarme este
gracias :D
Cecilia Alameda: Totalmente de acuerdo contigo. Él sabía en el terreno que se metía, aunque por su condición de escritor joven, pensó que su libro apenas pasaría desapercibido y no levantaría el revuelo que ha levantado. De todas maneras, ha hecho que mucha gente sea consciente de la triste y cruda realidad que vive esa parte de Italia. Besos.
Drea: Pues ya sabes. A despejar esas dudas. Besos.
Kato: Supongo, no lo sé, que también estará disponible en tu tierra. Merece la pena su lectura. Un abrazo.
Me imagino que acabaré leyéndolo, pero esperaré a que acabe esta moda sobre él.. pero es curioso el personaje, si...
Besicos
Belén: Más que moda, yo diría que es otro atropello hacia la libertad de expresión y sobre todo hacia la dignidad de las personas. Parecido a lo que le sucedió a Salman Rushdie. Penoso. Besos.
Yo ando pasando sus páginas en estos momentos, aunque con el poquito tiempo que me queda libre ultimamente, digo yo que aun tendré para un par de semanas. De momento me está sorprendiendo.
Habrá que leerlo
Estoy con este libro en este momento y llevaba tiempo que un libro no me enganchaba como éste. Estoy "picado".
Es demasiado caro el precio que está pagando el autor... He vistop varios artículos que le han hecho y es increible como vive.
Saludos y salud
Publicar un comentario