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14.7.17

Porque los viejos rockeros nunca mueren

Pues no, nunca mueren.
Como bien decía Miguel Ríos, el rock and roll no solo no ha muerto, sino que a veces resucita con más fuerza que nunca, justo cuando más lo necesitamos.
Y este año, que musicalmente se estaba deslizando hacia lo insustancial, hacia ese terreno blando del pop reciclado y los hits de usar y tirar, ha empezado a oler —por fin— a pólvora, a cuero, a escenario en llamas. A rock del bueno. A ROCK con mayúsculas.

Claro, es que después del año pasado, con los conciertos de Bruce Springsteen y Paul McCartney, parecía que cualquier intento de levantar el vuelo iba a quedarse a medio gas. Pero no. El rock, como los viejos samuráis, siempre tiene una sorpresa guardada en la manga.

Y vaya sorpresa: los Scorpions.
Sí, los mismísimos Scorpions, con su leyenda a cuestas y sus eternos himnos que han puesto banda sonora a tantas vidas.
¿Quién me lo iba a decir? Que los iba a ver en vivo, cuando llevan anunciando su retirada más veces que los Rolling Stones una gira mundial.
Y lo mejor: sin tener que ir a Madrid o a ninguna capital de esas que suelen acaparar a los dinosaurios sagrados del rock. No. Aquí. En esta Augusta ciudad.
Desde aquel evento de 2008 con Iron Maiden como cabeza de cartel, no se vivía algo así. Un terremoto eléctrico de esta magnitud.

Es verdad que en los últimos años hemos visto desfilar por aquí a grandes artistas. Sí. Pero en lo que a ROCK con alma y cicatrices se refiere, lo cierto es que el calendario ha estado más bien desnutrido.
Hasta ahora.

Porque no solo serán los Scorpions.
Medina Azahara —maestros en lo suyo, herederos del rock andaluz más genuino—, también estarán ahí. Y, por supuesto, nuestros Bucéfalo, incombustibles, irreverentes, más de 30 años pateando escenarios como quien respira.

Así que ya sabéis: pilas puestas y a pasarlo bien.
No solo por la música, sino por el ritual, por la liturgia del rock en directo, por los recuerdos que nos gritarán desde cada riff.
Porque los puretillas, sí, también tenemos derecho a vibrar con los nuestros. A gritar. A sudar. A recordar quiénes fuimos.

Porque I know, it’s only rock and roll… but I like it.
Vaya que sí.



Hoy la radio habló de aquellos tiempos 
En que el rock le dio a la juventud un sino nuevo.
Y siento que la historia se repite 
Pues los viejos rockeros nunca mueren...

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