Hace unas semanas, los amantes de la danza creyeron ver hecho realidad un sueño largamente esperado. En YouTube comenzaron a circular unas secuencias en blanco y negro, supuestamente fragmentos de una película de 1912, donde se podía observar al gran Vaslav Nijinsky, considerado por muchos el mejor bailarín del siglo XX, interpretando, entre otras piezas, la emblemática obra La siesta del fauno.
La noticia generó un revuelo enorme. La posibilidad de contemplar en movimiento la legendaria técnica y expresión de Nijinsky, captadas con los primeros rudimentarios aparatos cinematográficos, parecía un hallazgo histórico sin precedentes. Sin embargo, no todos los expertos creyeron en la autenticidad de las imágenes. Se sabía que los bailarines y coreógrafos de la época eran bastante reacios a ser filmados. Los cinematógrafos de entonces ralentizaban la velocidad real del movimiento al proyectar las imágenes, lo que distorsionaba la esencia y el ritmo del baile, algo que para ellos no resultaba digno de mostrar.
Poco después se descubrió la verdad: lo que se había presentado en YouTube no era más que un montaje digital. Mediante sofisticados procesos informáticos, se habían creado breves secuencias de baile a partir de viejas fotografías de Nijinsky y su época. Un trabajo de gran calidad técnica que logró engañar incluso a muchos expertos y aficionados, deseosos de creer que, por fin, habían hallado las filmaciones perdidas del bailarín ruso en París.
Finalmente, una estudiosa, coreógrafa y exbailarina, experta en la obra y vida de Nijinsky, puso al descubierto el engaño. Su profundo conocimiento de las fotografías y movimientos del artista le hizo sospechar de la verosimilitud de las imágenes. Ella fue quien señaló las incongruencias y diferencias con la técnica original, desmontando la ilusión que había capturado a tantos.
Así, aunque la tecnología permita hoy recrear maravillas imposibles, este episodio nos recuerda la importancia del rigor y la honestidad en la preservación y divulgación del legado cultural. Y, a pesar de la decepción, la leyenda de Nijinsky continúa intacta, viva en la memoria y el corazón de quienes aman la danza.

La historia y la leyenda de Nijinsky otorgaban a estas supuestas imágenes una dosis extra de expectación y valor histórico. La carrera del bailarín ruso fue, en efecto, bastante breve: tuvo que retirarse con tan solo 28 años debido a graves problemas mentales que, en aquella época, la medicina no supo diagnosticar ni tratar adecuadamente. Nijinsky falleció años después, a los 60, tras pasar el resto de su vida internado en numerosos hospitales psiquiátricos y asilos, lejos de los escenarios que tanto amó.
El autor de esta farsa digital se defendió alegando que nunca tuvo la intención de presentar los videos como auténticos, y que el error estuvo en fecharlos erróneamente en 1912. Comparó su obra con la licencia creativa que Steven Spielberg se tomó al dar vida a dinosaurios que, por supuesto, nunca existieron en la realidad actual.
En fin, aquí tenéis uno de los videos que desataron la polémica. Personalmente, aunque no soy un experto en danza, no puedo evitar notar que, por muy primitivas y rudimentarias que fuesen las máquinas cinematográficas de 1912, la figura del célebre bailarín se ve demasiado artificial en la secuencia.
Este episodio pone sobre la mesa un debate importante sobre los límites entre la recreación artística, la tecnología y la responsabilidad en la difusión cultural. Porque, más allá de la técnica, está el respeto hacia la memoria y la autenticidad de figuras tan emblemáticas como Nijinsky.

3 comentarios:
ayssssss entre el traslado y lo que no es el traslado no he tenido mucho tiempo de pasear por los blogs.
me ha ido bien para desconectar de todo pero ahora ya lo echo de menos, jejje
siempre con tus posts llenos de noticias interesantes....imagino está el video pero desde el trabajo no hay manera de verlo...luego en casita...
Besotes
Está bien que se inventen, se recreen, se manipulen las imágenes con fines artísticos. Pero sin engañar al receptor.
Que interesante lo que planteas, debe ser ese anhelo de los seguidores que los hace ver como "real" un video que claramente es montaje, es como una secuencia de fotos, una interpolación de movimiento. Pero hay algo de querer capturar esa magia, que es como el anhelo de trascendencia humana, que rodea toda nuestra existencia, en particular la de los seres que admiramos, la de los artistas. Es como unintento por retener esa esencia, esa belleza.
Pienso en lo afortundos que son los que alguna vez pudieron ver a Nijinsky bailando, bueno cuantos años han pasado, probablemente estén muertos, incluso los niños de entonces, se llevaron ese secreto. Ese ese paso del tiempo que aterra. Y la historia, la impresión que se va heredaando.
Es lindo todo eso, extraño pero lindo.
Abrazo !
P.D: Casualidad o qué, pero ayer psé por acá aunque no opiné, y al rato recibo una visita tuya en mi casa de letras.
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