Se habló en este blog de...

30.4.07

Un año de blog


La verdad, en un principio no creí que esto de bloggear cumpliera ni tan siquiera unos meses, pero casi sin darme cuenta ya ha pasado un año desde el primer post de este blog. Eso me hace ver una vez más lo efímero, breve e inmisericorde que es el tiempo.
Pero lo acataremos como tantas y tantas cosas que hemos de aceptar unas con más y otras con menos resignación. Continuaremos bloggeando con más o menos asiduidad ya que hasta el momento el universo blog me ha proporcionado muchas más satisfacciones que ingratitudes...Muchas gracias a todos los que de vez en cuando le echais un vistazo a estas pobres y sencillas letras.

29.4.07

Mstislav Rostropovich


Me piden que como en muchas ocasiones rindo tributo a todos aquellos personajes que de una u otra forma despiertan mi admiración, en esta ocasión muestre o reconozca la labor de uno de los más geniales y prolíficos músicos de los últimos tiempos. Y no le falta razón ya que tanto por su labor profesional como humana lo tiene más que merecido, no sólo a nivel de este humilde y sencillo blog.
Hace un par de dias a los 80 años y a causa de una larga y delicada enfermedad que hasta ahora no ha sido desveleda por ninguno de sus allegados tanto familires como profesionales, falleció Mstislav Rostropovich, Violonchelista, tal vez considerado como el más grande de los actuales y sucesor de la escuela de Pau Casals. También fué un prestigioso director de orquesta,poniéndose al frente de las mejores del mundo, además de pianista y genial compositor.
Nacido en Bakú,actual Azerbaiján en marzo de 1927 ha estado ingresado desde el 12 de abril hospital de Moscú, donde tuvieron que someterle a una intervención quirúrgica de urgencia.
En el año 1974 tuvo que salir clandestinamente de la entonces Unión Soviética por defender los derechos humanos y no compartir las ideas gubernamentales de aquellos tiempos. Regresó en 1990 con Gorvachov todavía en el poder. Se le concedió el premio Príncipe de Asturias de la Concordia en 1997, junto con el violinista Yehudi Menuhin.
Entre muchas de sus obras interpretado para violonchelo de los principales y más célebres compositores contemporáneos, tales como la Sinfonía concertante en mi menor, opus 125 de Serguéi Prokófiev, los dos conciertos para violonchelo de Dmitri Shostakóvich y la Cello Symphony o la Sonata para violonchelo y piano de Benjamín Britten. Sin duda los amantes de la música clásica han perdido a un genio y todo un referente y maestro del Violonchelo, el intrumento que más prestigio le dió en su larga y dilatada carrera.

27.4.07

Heaven

Bryan Adams, mucho, muchísimo más que "Everything I do" el tema que, digamos lo popularizó a nivel mundial ya que fué la canción principal de la banda sonora de una pésima película sobre Robin Hood que por áquel entonces, año 91, protagonizara el cotizadísimo Kevin Costner.
Esta canción "Heaven" es uno de esos temazos imperecederos, parece que el tiempo no pasa por ella. Bryan Adams es todo un currante del rock. Canadiense de nacimiento, creo que puede rondar los 47 o 48 años, pero empezó en el mundo de la música muy jovencillo ya que su primer disco data de 1980 aunque su primer número uno no lo alcanzó hasta cuatro años después con este tema precisamente, incluido en el disco "Reckless" una de esas cintas de cassette grabadas que tantas y tantas veces escuché en aquellos años de adolescencia.
El video es de una reciente actuación en directo, este mismo año, en el afamado festival Viña del mar que se celebra en Chile. En fin que hoy ha tocado esta canción canturrearla toda la mañana mientras curraba y es por ello que le rindo este pequeño tributo.
Oh, thinkin' about all our younger years,
There was only you and me,
We were young and wild and free.
Now nothin' can take you away from me...

25.4.07

Babel


He tardado algo en verla desde su estreno, ya que parecía que era otra más de esas películas que se resisten y al final va pasando el tiempo y hasta llegas a perder el interés. Algo así me sucedió con "Wall Street" de Oliver Stone película que al fin puder ver hace no mucho tiempo y data de ¡¡1987¡¡...
Pero finalmente este no ha sido el caso y he podido disfrutar de una auténtica joya cinematográfica, uno de esos regalos visuales que ya casi no esperas que se produzcan. Y es que "Babel" es una película con fuerza, con mucha fuerza visual, donde las emociones y el drama son casi palpables. No voy a reventar el argumento a quien no la haya visto aún, pero diré que son cuatro historias independientes unas de las otras pero que todas al final tienen un vínculo que les une, un simple, fatal, inocente e inoportuno disparo. Aunque el factor sorpresa no es lo que más le caracteriza a la película ya que practicamente sabes lo que va a ocurrir, pero no deja de ser un guión bastante elaborado y hasta un pelín complejo. La banda sonora también acompaña a hacerla un poquitín más grande. Su director, el Mexicano Alejandro Gonzalez Iñárritu (21 gramos) ha dejado de sr una promesa.
Por cierto, actúa Brad Pitt y creo que bastante bien en esta ocasión.

23.4.07

El encuentro que sí existió


Se produjo hace unas semanas en La Habana. Fidel y Gabriel García Marquez tuvieron un breve encuentro en el cual volvieron a reafirmar su vieja amistad que mantienen desde hace décadas y donde quedó patente el buen ritmo de recuperación del lider cubano.Se confirma: Fidel Castro está cada vez mejor, y en la medida en que su recuperación avanza, vuelve a la carga con la obsesividad y omnipresencia que le caracterizan. Dos genios y dos figuras. Que espere la sepultura.

20.4.07

Tengo una pregunta para usted.


¿Usted y los suyos son así de verdad o se lo hacen?

18.4.07

¿No más Padrinos?


En la rueda de prensa de presentación de "El Padrino, Colección DVD" que se celebró en junio de 2001, alguien de los allí presentes le preguntó al director de la genial trilogía sobre una posible cuarta parte de El Padrino. Francis Ford Coppola contestó simplemente: "No habrá un Padrino IV". Cuando se le preguntó: "¿Seguro que no?", se limitó a repetir "No habrá un Padrino IV" y se echó a reír. "Pero nunca se sabe..."

17.4.07

Breakers

Pues eso, veinte años, como veinte soles...Hace un par de semanas dando un paseíto por Badajoz no podía creer lo que veían mis ojos. Debajo de unos soportales cerca a el teatro López de Ayala ví a unos chicos practicando un baile que pensaba que a estas alturas ya se encontraba en el más lejano y perdido de los ostracismos, "Break Dance".
Y claro viéndolos de lejos pensaba que tal vez serían unos puretas treintañeros con sus canas y calvas (yo entradillas sólo,je,je) de mi generación que se habían reunido para rememorar viejas aficiones y comprobar si aún les quedaba algo de aquella elasticidad de la que hacían gala por aquellos años.
Pero no, eran chicos mucho más jovenes, casi quinceañeros diría yo que al ritmo de esta canción revivían aquellos años de mitad de los ochenta en los cuales esta tendencia o movimiento alcanzó su punto más álgido.
Ya se sabe que las modas son como el autobús 69, que van y vienen, y esa es la duda que tengo, que no sé si es el comienzo del resurgir de este movimiento o es simplemente el capricho de unos chavales homenajeando algo que por lógica no vivieron pero han visto en cualquier programa de televisión o peli ochentera. Curioso también que la música no fuese actual ya que pude reconocer este "Holiday rap" que tanto gustó a los Breakers de la época y que no era ni más ni menos que una adaptación de uno de los primeros éxitos de la incombustible Madonna. El video merece la pena verlo tan sólo por las pintas de los raperos.

16.4.07

Cuando la realidad supera la ficción


Todos de alguna u otra manera recuerdan la película dirigida en 1985 por Sylvester Stallone "Rocky IV", en la cual una mole venida del este llamado Ivan Drago aterrizaba en los Estados Unidos para desafiar a los más temidos y bravos púgiles. En un combate de exhibición le quita la vida a el excampeón Apollo Creed y reta a el actual Rocky Balboa a otro combate esta vez en Rusia que no es más que una visión del propio Stallone del mito de David y Goliath en la época más delicada de la guerra fría, pero esta vez a base de ostias en vez de piedras.
Pues bien hoy en día aunque lo de la guerra fría ya es historia, no hace mucho que aterrizó otra mole también venida de Rusia llamado Nikolai Valuev que con solo verle en foto ya da miedo. Es el campeón de los pesados más alto y voluminoso de la historia con sus 2,13 m. y sus 148 kilos. Algunos puristas de "el noble arte" dicen que con mastodontes como estos la categoría reina del pugilismo pierde mucho y cada vez se estilará menos el campeón bravo, duro y fornido a lo Myke Tyson. No sé el caso es que hace unos minutos este post se me ha reventado (tiene cojones) al enterame que Valuev perdió la otra noche por puntos y cedió la corona a un tal Chagaev (otro Ruso), y su intento por romper el record de 49 victorias sin derrotas de Rocky Marciano se le fué al traste. El palmarés de Valuev se queda en 46-1, con una pelea sin decisión , lo que tampoco está nada mal.
En fín de todas maneras seguiremos al Ruso con el rabillo del ojo ya que esto seguro que no queda ahí.

12.4.07

Rojos


Me río al ver como en el año 2007, bien entrado ya el siglo XXI, todavía hay quien de modo despectivo califica como "Rojos" a todo aquel que tiene una tendencia, un pensamiento, una filosofía , cierta afinidad o en cualquier caso simple simpatía y tradición electoral izquierdista.
Pues a mí sinceramente, me gusta el término o definición ya que el "Rojo" es el color de la sangre (aunque también afirman que la hay azul, pero yo no me lo creo), y la sangre es vida. Pinte su vida de color "Rojo".

10.4.07

Supermán II...ahora sí.


.

Si me hubieran dicho hace unos meses que tendría la oportunidad de disfrutar de una nueva película de Superman protagonizada por Christopher Reeve y Margot Kidder, no lo habría creído ni en sueños. Pero hete aquí que, tras indagar un poco, descubrí la curiosa historia que rodea a esta secuela.

Resulta que Richard Donner, director original y alma mater de las dos primeras películas de la saga, tuvo que abandonar el proyecto por diferencias y tensiones con los productores justo cuando tenía la segunda entrega casi rodada al completo y de un tirón. Para suplir su ausencia, entró en escena Richard Lester, quien tomó las riendas de la dirección.

Aquí viene la curiosidad legal y gremial: el sindicato de directores de Estados Unidos exige que, para que un director pueda firmar una película como suya, debe haber rodado al menos más de la mitad del metraje total. Esto da vía libre a Lester para, a su antojo y sin demasiadas explicaciones, regrabar escenas, cambiar elementos del guion original y, en definitiva, hacer y deshacer según le vino en gana, ignorando incluso algunas partes esenciales del trabajo que dejó Donner.

Así, esta “nueva” película de Superman no es sino un híbrido peculiar, un batiburrillo de la visión de dos directores con estilos y propósitos diferentes, en donde se refleja más el capricho del último que la continuidad original.

Un episodio más en la larga y tortuosa historia del cine de superhéroes, donde detrás de la pantalla a menudo hay mucho más drama que en la propia ficción.




Ante este panorama, Gene Hackman decidió abandonar el rodaje, y los productores, en modo “rata de laboratorio”, eliminaron a Marlon Brando por considerarlo excesivamente costoso, pese a que ya había rodado varias escenas. Así, en la versión estrenada en 1980, ni siquiera aparece Brando; además, algunas escenas de Hackman fueron falseadas con un doble de espaldas y una voz impostada, y se añadieron numerosos elementos que Donner no había contemplado en su guion original.

Pero, a pesar de todo, la película se estrenó y fue un éxito.

Hace unos meses, supongo que tras hacer las paces con el hijo del productor original, a Richard Donner le propusieron montar su película tal y como la concibió. Se recuperó todo el material perdido, incluidas las escenas de Brando, se añadieron efectos especiales modernos, pero con el cuidado de respetar la estética de la época, y el resultado fue, sencillamente, espectacular.

No hay escena de la Torre Eiffel, y el desenlace es muy diferente, ofreciendo una visión alternativa de la historia que vimos hace décadas.

Emocionante y bastante nostálgico ha sido para mí acompañar esta nueva versión desde el principio hasta el final. Me parece de justicia, y personalmente lo agradezco, que Donner se acordara de lo más esencial antes de que comenzaran las imágenes, con una dedicatoria en los primeros rótulos:

“THIS PICTURE IS DEDICATED IN LOVING MEMORY TO CHRISTOPHER REEVE WITHOUT WHOM WE WOULD NEVER HAVE BELIEVED THAT A MAN COULD FLY.”

Un recuerdo imborrable para un actor que, sin duda, hizo volar la imaginación de todos.

9.4.07

El pasado siempre vuelve

O si no que se lo pregunten a los personajes minuciosamente escudriñados en el laborioso y eficaz programa Hormigas blancas, al cual ya hice referencia cuando dedicaron un especial a la Preysler.

Este vídeo, que descubrí hace poco en la excelente web de cine Antiegos, no tiene desperdicio. Merece la pena aguantar sus diez minutos de duración para comprobar cómo, en la mayoría de las hoy estrellas mundiales del cine, la música o la televisión, no todo fue glamour ni estilo en sus inicios.

Todos hemos sentido alguna vez esa vergüenza ajena al ver fotografías o vídeos propios de hace años, aunque estos se limiten a nuestro entorno más íntimo. Pues imagínense la sensación de personajes tan “evolucionados” como la señora Beckham, Britney Spears, o ese Ricky Martin “a lo Pantoja”, cuando les recuerdan algunos de sus trabajitos de juventud.

Imprescindibles, por cierto, las escenas de la diva Céline Dion, George Clooney y John Travolta, entre otros. Momentos impagables que nos recuerdan que hasta las grandes estrellas tuvieron un pasado… digamos, menos brillante.

4.4.07

La leyenda de José Tomás

De toros poco entiendo, sin heredar una afición y una sabiduría paterna que seguramente supera a la de muchos puristas que se acomodan en el siete de Las Ventas. Quizá por eso, desde un discreto segundo plano, siempre me han llamado la atención los entresijos de la fiesta.

Ayer escuché en televisión que vuelve José Tomás, toda una extraña y fascinante leyenda viva de la tauromaquia. De él se dice, entre los más viejos y doctos aficionados, que "ni ha nacido ni nace un torero así".

Mucho se habla de José Tomás como un hombre enigmático, reservado, casi tímido, con aficiones poco comunes más allá del toreo. Cuentan que, antes de alguna corrida importante, se le veía en el centro de Madrid, tranquilo, jugando a las máquinas de petaco sin mostrar el menor signo de nerviosismo, casi desapercibido para quienes le rodeaban.

Dicen también que en la plaza parecía tener la mente en otro mundo: un torero "ido", distraído, incluso despistado. Pero, cuando llegaba la hora de la verdad, se plantaba en el lugar exacto donde iba a pasar la bestia, la miraba fijamente y parecía desafiarla con leves susurros. Veía la muerte pasar a centímetros de su cuerpo, sin el más mínimo atisbo de miedo.

Puro arte. O al menos eso sostienen los entendidos, lo nunca visto desde tiempos de Manolete o Belmonte —y ya habían pasado lustros desde entonces.

Esa forma de jugarse la vida, muchas veces innecesariamente, es lo que ha convertido a José Tomás en una leyenda que roza lo místico, envuelta en un blindaje absoluto sobre su vida privada, de la cual se sabe poco o nada, pese a los rumores y especulaciones que nunca han tenido confirmación.

En 2002, tras siete temporadas en la cima, se retiró en el más absoluto silencio, sin razones aparentes. La afición, especialmente la madrileña, quedó desolada, aguardando año tras año un regreso que parecía ya improbable. Pero el milagro ha ocurrido: este año anunció su vuelta a los ruedos el próximo 17 de junio en la Monumental de Barcelona, cobrando, según dicen los que conocen el negocio, no menos de 20 millones de las antiguas pesetas por tarde.

Dicen que no vuelve por dinero. Pero la duda está en la leyenda que ha tejido durante estos años de ausencia, y en si podrá volver a maravillar a la afición con tardes míticas que engrandezcan aún más su leyenda.


1.4.07

Rambo a los 60 años

Es una película ya bastante machacada y ajada, pero hace un par de días decidí volver a ver Rambo, o como prefieren en España, Acorralado parte 2. A pesar de que la han emitido en televisión un sinfín de veces, sólo recuerdo haberla visto un par de veces en mi vida. La primera fue cuando se estrenó en cines, allá por 1985 —aunque, como era lo habitual, tardaría unos meses en llegar a nuestras pantallas, dada la pésima oferta cinematográfica de entonces. La segunda vez, creo que fue en vídeo, un par de años después, durante aquellas maratonianas sesiones que organizaban mis hermanos y sus amigos en aquella reducida salita del piso de Santa Catalina.

Con el paso de los años, el film ni ha ganado ni ha perdido: es lo que era, una película más de la última época de la Guerra Fría. La historia es simple, muy simple, a pesar de que el guion lleva la firma no sólo de Sylvester Stallone sino también del oscarizado James Cameron, director de Titanic. Los personajes principales parecen más bien robots, incluso Richard Crenna, que interpretaba al coronel Trautman.

Pero hay que reconocerle un mérito: Stallone tenía, por aquel entonces, un olfato comercial bastante efectivo. Y a pesar de todo, Rambo sigue siendo una buena película de acción bélica, con ese mensaje patriótico tan característico de los estadounidenses.

Todo esto viene a cuento por el reciente comienzo del rodaje de la cuarta parte de las aventuras de John Rambo. En la fotografía que acompaña —creo que tomadas “de estrangis” por algún paparazzi camuflado en la selva tailandesa— se puede ver a Stallone caracterizado, con peluca incluida, porque cuando estrenó Rocky Balboa hace apenas tres meses llevaba el pelo corto, y no, ni a Beckham le crece así en tan poco tiempo.

A mi juicio, esta secuela llega muy, pero que muy tarde. Espero que la acción de la película se adapte a nuestros días, tal como hizo con Rocky: mostrando los achaques y problemas de una persona de su edad. Y que las escenas de Stallone caracterizado al estilo ochentero sean sólo una especie de intro o flashback de batallitas pasadas.

Con la última entrega del “potro italiano” sorprendió —y hasta agradó—, pero con esta nueva tengo mis dudas.

27.3.07

¿Vuelve Forrest Gump?


odo —o casi todo— el mundo ha visto Forrest Gump, esa inolvidable fábula moderna que conquistó al público y a la crítica a mediados de los años 90. La película, dirigida con brillantez por Robert Zemeckis, no solo se alzó con seis premios Óscar —incluyendo el de mejor actor para Tom Hanks y mejor director—, sino que se convirtió en un auténtico fenómeno cultural. Hanks, en estado de gracia tras Philadelphia, se ganó definitivamente un lugar en el panteón del cine gracias a su interpretación de ese hombre sencillo cuya vida, casi por accidente, se cruza con los grandes hitos de la historia reciente de Estados Unidos.

Lo que muchos desconocen es que Forrest Gump está basada en una novela homónima escrita por Winston Groom. Y que, años después del éxito abrumador de la película, el autor publicó una continuación titulada Gump & Co.. En ella, el entrañable Forrest continúa su viaje por el absurdo y el asombro, interactuando esta vez con figuras destacadas de los años 80 y 90, desde Ronald Reagan hasta actores de Hollywood o estrellas del pop. La novela, con un tono algo más paródico y autorreferencial que la original, amplía el universo de Gump sin perder del todo su ternura característica.

El guionista Eric Roth —responsable del libreto original y ganador del Óscar por él— llegó a adaptar esta segunda parte para la Paramount Pictures hace ya más de una década. Sin embargo, problemas legales relacionados con los derechos de autor mantuvieron el proyecto en suspenso. Hoy, tras años de silencio, los rumores sobre su posible reactivación han vuelto a emerger. Al parecer, los obstáculos legales han sido finalmente resueltos, lo que abre la puerta, al menos en teoría, a una potencial secuela cinematográfica.

Y claro, la pregunta se impone: ¿volvería Tom Hanks a meterse en la piel de Forrest, ese personaje que ya forma parte del inconsciente colectivo? ¿Contaría la producción con la dirección de Zemeckis, pieza fundamental del engranaje que hizo posible la magia del original? De momento, no hay confirmaciones oficiales, pero el interés está servido.

Si algo nos enseñó Forrest Gump es que la vida es como una caja de bombones: nunca sabes lo que te va a tocar. Tal vez, en esta ocasión, nos vuelva a tocar una historia capaz de conmovernos, hacernos reír, y reconciliarnos —aunque sea por un rato— con la humanidad.


19.3.07

Kevin Carter. La fotografía que le costó la vida

El fotógrafo de guerra Kevin Carter captó una de las imágenes más estremecedoras del siglo XX en Sudán, en marzo de 1993. Durante más de veinte minutos, contempló una escena que condensaba el horror y la indiferencia del mundo: una niña desnutrida, desplomada sobre la tierra árida, apenas con fuerzas para respirar, mientras un buitre la acechaba a unos metros, esperando pacientemente su agonía. Carter, cámara en mano, aguardó en silencio el momento preciso para inmortalizar el símbolo perfecto del desastre humanitario.

Tras tomar varias fotografías, se alejó del lugar. Una de aquellas imágenes sería portada de The New York Times y, al año siguiente, le valdría el Premio Pulitzer. Dos meses después de recibir el galardón, Kevin Carter se suicidó. Tenía 33 años.

La pregunta que le perseguiría hasta el final era tan sencilla como devastadora: “¿Y después, ayudaste a la niña?” La respuesta, que nunca pudo dar sin ser incomprendido, encerraba un dilema moral profundo. Carter no ayudó a la niña. Si lo hubiera hecho, si se hubiera implicado, no habría captado aquella imagen. No habría dado testimonio.

Y ahí reside el nudo trágico de la historia. Porque esa fotografía —una de las más impactantes jamás publicadas— sacudió conciencias, provocó protestas, despertó donaciones, y obligó a mirar donde antes nadie quería mirar. Pero también lo destruyó por dentro. Nadie, ni su entorno más cercano, logró comprender del todo el conflicto ético al que se enfrentaba: si intervenía, salvaba una vida. Si no lo hacía, podía salvar miles.

Carter no fue indiferente. Fue víctima de su propia sensibilidad, de la contradicción de querer denunciar el mal sin poder remediarlo directamente. Fue testigo de un mundo donde el horror sucede a plena luz del día y donde la ayuda, muchas veces, no llega.

En su nota de despedida escribió:
"Estoy deprimido... sin teléfono... sin dinero para el alquiler... sin dinero para la manutención de mi hija... sin dinero para las deudas... dinero. Estoy perseguido por los vívidos recuerdos de asesinatos y cadáveres y rabia y dolor... de niños hambrientos o heridos, de locos armados, de verdugos... Me voy para reunirme con Ken."

Kevin Carter no fue un héroe ni un villano. Fue un testigo. Un hombre que miró demasiado tiempo al abismo… y el abismo terminó por devolverle la mirada.


18.3.07

Alfredo Landa se despide

Uno de esos actores que todos, de alguna forma, sentimos “como de la familia” ha decidido bajar el telón de su carrera. Ha compartido con nosotros cientos de tardes frente al televisor, especialmente en aquellos años en que las “españoladas” dominaban la programación de TVE y nuestras casas se llenaban de risas, ocurrencias, besos robados y pícaros enredos con final feliz. Alfredo Landa, el eterno pícaro con alma de galán tímido, ha dicho adiós a los escenarios y a las cámaras a los 74 años.

Se marcha con elegancia, con la misma naturalidad con la que aparecía en pantalla. “Cuando se pierde la pasión, hay que decir adiós, tranquilamente”, ha declarado, con esa mezcla de firmeza y lucidez que sólo otorgan los años y el oficio vivido a fondo. Ni Spielberg ni Scorsese lo harían cambiar de opinión, dice. Y le creemos. No busca aplausos de última hora, ni vueltas triunfales. “No voy a ser como los toreros, con todos los respetos”, añade, dejando claro que para él, el final no es un número más en taquilla, sino un gesto, una decisión íntima y firme. “Toda mi vida he pensado que un apretón de manos tenía más valor que cualquier frase. Me voy con un apretón de manos”.

Se despide también con una reflexión amarga, aunque lúcida, sobre el estado actual del cine: “el mensaje que ahora me llega del cine es que no hay amor, no hay talento y no hay creatividad”. Tal vez tenga razón. Tal vez ya no existan personajes como los suyos, ni historias que miren al espectador con la complicidad de quien sabe que la vida, aun siendo dura, merece ser contada con ternura, ironía y humanidad.

Afortunadamente, el Festival de Málaga ha sabido rendirle homenaje en vida, algo poco habitual en este país donde tantas veces preferimos los panegíricos a título póstumo. Más de cien películas —El crack, Los santos inocentes, La vaquilla, El bosque animado, La marrana…— quedan como legado de un actor irrepetible, versátil, popular y profundo, que supo evolucionar desde la comedia más costumbrista hasta el drama más contenido, sin perder nunca esa verdad tan difícil de fingir.

Desde este pequeño rincón, mi homenaje personal. No sólo a uno de los actores más queridos de nuestro cine. También, y sobre todo, a uno de los mejores. Que usted disfrute de su merecido descanso, Don Alfredo. Y gracias por tantas historias, por tantas emociones, por tanto cine. Nos queda su memoria viva, encendida en cada escena.


14.3.07

Se vende el castillo de Drácula

No es broma. El castillo en el que residió —al menos durante parte de su inquietante existencia— Vlad Tepes, más conocido como Vlad el Empalador, figura histórica que inspiró a Bram Stoker para dar vida al eterno conde Drácula, ha salido al mercado inmobiliario. Así, como quien vende un dúplex en la periferia o un apartamento con cocina americana. La diferencia, eso sí, radica en el precio... aunque, siendo sinceros, tal y como está el mercado inmobiliario en España, pronto dejará de ser tan abismal.

Tras la caída del régimen de Ceaușescu en 1989, la princesa Ileana —quien durante años vivió exiliada— volvió a Rumanía con la firme intención de recuperar su legado patrimonial. Uno de sus principales objetivos: el castillo de Bran, una joya de piedra encaramada en los Cárpatos y con siglos de historias reales y ficticias clavadas en sus muros. No fue fácil. Hubo que enfrentarse a un sinfín de trámites, litigios, gestiones y burocracia rumana de la más densa. Pero en mayo del pasado año, por fin, la familia Habsburgo recuperó su propiedad tras desembolsar unos modestos 20 millones de euros. Peccata minuta para quien se precie de tener linaje y ambición.

El plan, naturalmente, era venderlo por una cifra bastante más elevada, alegando que el mantenimiento del castillo no es precisamente como el de una casa de campo en La Vera. Ya hay inversores interesados y propuestas para convertirlo en parque temático. No se sabe aún si rendirá culto a Vlad Tepes, figura histórica de oscura brutalidad, o al conde Drácula, icono pop, gótico y eterno, amante del buen vino... si es rojo y con cuerpo.

Yo, por mi parte, ya he hecho números. Sólo me faltarían unos 100 millones de euros —nada que no resuelva una buena primitiva— para hacerme con él. Prometo ser un propietario ejemplar: empezaría por alicatar la sala de ataúdes, sanear la cripta y convertir la torre oeste en salón de baile. Imaginen ustedes los fines de semana rurales con vistas a los Cárpatos, copas de sangre (o de Rioja, que viene a ser parecido) y noches eternas al ritmo de Bauhaus o The Cure.

Así que ya saben. Si algún alma caritativa desea contribuir a esta noble causa, acepto donativos. A cambio, prometo invitaros a la inauguración. Dress code: capa negra, mirada penetrante y mucha, mucha sed.


12.3.07

The Connells - '74-'75

Hoy me acordé de esta canción y del magnífico video que la acompaña. Los años, esas unidades de medida...

11.3.07

De Madrid al cielo


En humo, la ciudad se despierta
En la desolación y el desconsuelo
De voces rotas y miradas yertas
Marzo se llenó de miedo

Sin más necesidad que seguir vivos
Enterraremos hoy a nuestros muertos
Tantos brazos se quedarán vacíos
Y heridas tantas almas, tantos cuerpos

Llenaremos las calles por ti
Prenderemos velas a nuestro paso
Con las manos blancas y así
De Madrid al cielo, que no os olvidamos

Nuestras almas la voz y la palabra
Nuestra meta continuar unidos
Y sembrar el camino de esperanza
Luchando por la paz que hoy elegimos

Dibujaremos interrogaciones
Cubriremos Atocha de claveles
De nuevo habrá quién viaje en los vagones
Y quien espere en los andenes

Lloraremos de rabia por ti
Limpiarán la lágrimas el odio
Hoy vestida de luto Madrid
Y con ella el mundo un poco más roto

Lloraremos de rabia por ti
Limpiarán laS lágrimas el odio
Hoy vestida de luto Madrid
Y con ella el mundo un poco más roto

Llenaremos las calles por ti
Prenderemos velas a nuestro paso
Con las manos blancas y así
De Madrid al cielo, que no os olvidamos
De Madrid al cielo, que no os olvidamos

ELENA BUGEDO.

Nadie olvida

Hoy, tres años después de aquel terrible día vemos como todo sigue igual de politizado y manipulado tanto por unos como por otros. Que cada cual lo vea desde el punto de vista que le de la gana, pero que a nadie se le olvide.

7.3.07

García Márquez, 80 años de un genio


El autor de esta fotografía, Francis Giacobetti, estaba fascinado desde siempre por el escritor de lengua española. El día convenido para la sesión fotográfica esperaba en su estudio a una gran comitiva que acompañase a el premio Nobel de literatura de 1982. En su lugar se encontró a un hombre discreto que intentaba averiguar el piso mirando en los buzones. "¿Viene solo?", le preguntó. El escritor le contestó con una media carcajada: "No se extrañe, llevo ya cien años de soledad".

6.3.07

Adios maestro.

Hay un librito que suelo ojear con frecuencia, como quien visita a un viejo amigo cuya ironía no envejece: La cadena, de José Luis Coll. Más que un diccionario, es un juego de espejos lingüísticos, un artefacto de humor inteligente, sencillo en apariencia, pero afilado como un bisturí. Coll, con mirada aguda y verbo preciso, encadenaba palabras y definiciones como eslabones de una reflexión lúdica, crítica, a veces sarcástica y en ocasiones —sí, también— lírica. Con él, el lenguaje volvía a ser una fiesta y una trampa, una verdad disfrazada de chiste o un chiste que escondía verdades incómodas.

Uno de los ejemplos que mejor resume su ingenio:

RETROCEDER: Intentar llegar al lugar de donde nunca debimos haber...
SALIDO: Dícese del hombre que hace el amor frecuentemente con su propia...
ESPOSA: Argolla metálica que se aplica a las muñecas del reo, o mujer que hace reo al...
MARIDO: Héroe...

Y así, palabra tras palabra, frase tras frase, La cadena nos atrapaba con la sutileza de quien ha observado mucho y ha juzgado poco, pero ha entendido todo.

Hoy, José Luis Coll ha fallecido en Madrid a los 75 años. Se va un nombre imprescindible del humor español del siglo XX. Para el recuerdo queda su inconfundible tándem con Luis Sánchez Pollack, el inimitable Tip. Juntos, Tip y Coll fueron una revolución sin estruendos: elegancia, ingenio, juego de palabras y una mirada absurda —pero lúcida— sobre la vida cotidiana. Una pareja cómica de las que ya no se estilan, capaces de convertir una conversación sin sentido en alta literatura del disparate.

También nos deja sus brillantes intervenciones en programas de debate —donde hacía del comentario agudo un arte—, sus colaboraciones radiofónicas, sus artículos cargados de sátira, y sus otros libros no menos celebrados, como Epitafios o El eroticoll, donde la mordacidad y el ingenio se daban la mano con un toque de provocación.

En su memoria, seguiré felicitando a mis amigos el día de su cumpleaños con otra de sus definiciones brillantes, heredada de ese libro que tanto disfruto:

AÑOS: Unidades de medida que advierten, pero no perdonan.

Nos deja uno de los grandes. Un artesano de la palabra, un domador de la lógica, un observador tierno y feroz de la condición humana. Gracias por enseñarnos que el humor también puede ser una forma de inteligencia. Que la tierra te sea leve, maestro.

2.3.07

Cinco títulos para un mismo film.

Poco antes del estallido de la Segunda Guerra Mundial, el alto mando alemán inició una investigación tan secreta como delirante sobre los poderes sobrenaturales. Viejas leyendas hablaban de una raza de guerreros que no usaban escudos ni espadas, porque su fuerza, decían, provenía directamente de la tierra. Mientras Alemania desplegaba sus engranajes bélicos, las SS reclutaban en la sombra a un puñado de científicos para crear el arma definitiva: el soldado invencible. Se dice que los cuerpos de soldados muertos en combate eran enviados a un laboratorio clandestino cerca de Koblenz, donde eran objeto de siniestros experimentos. Rumores de la época hablaban de escuadrones alemanes que peleaban sin armas, aniquilando con las manos desnudas. No se sabe quiénes fueron, ni qué fue de ellos. Lo único cierto es que, de todas las unidades de las SS, hubo una cuyos miembros jamás fueron capturados…

Así comienza Shock Waves, película dirigida en 1977 por un tal Ken Wiederhorn. Lo confieso: esa introducción me atrapó. Toquetea sin disimulo en los cajones oscuros del ocultismo nazi, ese magma de mitología y paranoia que ha alimentado novelas, documentales, conspiranoias de bar y —cómo no— las correrías arqueológicas de Indiana Jones.

Últimamente me ha dado por bucear en esa gloriosa e injustamente menospreciada serie B de toda la vida. Me refiero a esos films de ciencia ficción de los 50 y 60 —plagados de criaturas atómicas y platillos que cuelgan de hilos— o a aquellos títulos bélicos y terroríficos que nos mantenían hipnotizados en las sesiones matinales gratuitas de los sábados, cortesía del ayuntamiento, allá por los primeros ochenta, en la casa de la cultura, donde el sonido rebotaba más que las pelotas Nivea de la feria.

El problema con Shock Waves comienza cuando uno intenta buscar información. Resulta que la criatura tiene hasta cinco títulos distintos, dependiendo de dónde y cómo se la mire. En los créditos iniciales, en su idioma original, se presenta como Shock Waves, mientras una voz en off en español —sobria pero cómplice— nos la vende como Ondas de choque. Hasta ahí, todo bien. El lío empieza cuando ni en la filmografía de Peter Cushing ni en la de John Carradine aparece tal título. En Estados Unidos, sin ir más lejos, se la conoce también como Death Corps, un nombre mucho más preciso si uno tiene en cuenta que el argumento gira en torno a un comando de zombis nazis de las SS, diseñados en laboratorio y sumergidos en un prolongado letargo bajo las oscuras aguas del océano. Hasta que, claro, algún imprudente perturba la siesta y los muchachos deciden salir a estirar las piernas.

Pero la cosa no termina ahí. En España también se ha distribuido bajo los títulos de Terror en las aguas y La isla de los nazis submarinos, que suena a chiste de Gila pero va en serio. En fin, títulos para todos los públicos.

Lo cierto es que, más allá de estas piruetas de nomenclatura, Shock Waves merece una oportunidad, aunque solo sea por ver a un Peter Cushing en piloto automático y a un John Carradine ejerciendo de viejo sabio loco mientras se toma un daiquiri al borde de una piscina infestada de zombis. Es cierto que aguantar la risa resulta complicado —incluso en los momentos teóricamente tensos— pero es que esto no es solo una película: es un monumento kitsch, una cápsula de serie B con sabor a celuloide rancio y a gloria nostálgica.

Una de esas joyitas imperfectas que, precisamente por sus costuras mal cosidas, brilla como solo puede hacerlo lo que no pretende ser perfecto.