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5.7.17

De proverbios, dichos, refranes y máximas

Se pueden decir muchas cosas. Se pueden lanzar mil frases al aire. Podemos decirlas porque sí, porque nos apetece, para adoctrinar o simplemente para aconsejar. Podemos soltar tonterías sin sentido ni lógica, sin tener ni puta idea de lo que hablamos.

Podemos soltar algo como: “Mira siempre las estrellas, pero nunca olvides encender la luz”. O podemos darle la vuelta: “Enciende la luz siempre, pero tampoco te olvides de mirar hacia las estrellas”. Frases bonitas, proverbios con su lado positivo, esos mantras que repetimos como si fueran la fórmula mágica.

Pero hay una que siempre me ha parecido especialmente brillante: “Al fin hemos encontrado a nuestro enemigo, y resulta que nuestro enemigo somos nosotros mismos.”

Hace mucho tiempo escuché una frase latina (latina de la de verdad, no de la de alguna canción de reggaetón) que decía: “Nec amor nec tussis celatur”, o lo que en nuestro lenguaje de andar por casa y zapatillas viene a ser: “Ni el amor ni la tos se pueden esconder.”

Esa verdad hoy está un poco pasada de moda. Porque ahora hay algo que no se puede ni quieren esconder: el poder.

Cuando escucho a alguien entonar el “Gaudeamus igitur, iuvenes dum sumus”, ese clásico “alegrémonos pues aún somos jóvenes”, ya no me suena igual.

Recuerdo un libro viejo que circulaba hace años, del que no logro recordar el título, pero que básicamente nos enseñaba a triunfar en la vida. Decía que si no puedes vencerlos, únete a ellos. Maquiavelo, ese filósofo renacentista cuya escultura seguramente os mira desde algún rincón, ya avisaba: no castigues a la fiera que no podrás aniquilar.

Camus lo dijo y muchos le creyeron: “El hombre rebelde es el que dice siempre no.” Lo que Camus jamás dijo, o al menos yo no he leído, es que algunos de esos que ayer se proclamaban rebeldes, diciendo no a todo, son hoy los déspotas de siempre. Y lo más curioso es que siguen diciendo que no. Por decir, o por no.


23.2.11

Mi vago e infantil recuerdo del 23-F


 Retrotraerse en el tiempo treinta años no es tarea fácil, sobre todo para alguien que por aquel entonces aún no había alcanzado ni la edad de hacer la primera comunión. Y, sin embargo, algunos recuerdos de aquella fecha —que pasó a la historia de nuestro país más como una bochornosa efeméride que como lo que pudo haber sido— siguen flotando en la memoria como fragmentos borrosos de una película mal montada.

No tengo una imagen clara del 23 de febrero de 1981. Es lógico: era un niño de tercero de la extinta E.G.B., y por mi cabeza no pasaban ni la política, ni los partidos, ni los bandos, ni mucho menos el eterno conflicto de las dos Españas. Y tampoco falta que me hacía. Según cuentan mis padres, aquella tarde la pasé en casa de mi abuela. Ellos estaban en Zafra, en una de tantas revisiones oftalmológicas a las que debía acudir mi padre por los problemas que arrastraba desde hacía años. La noticia del "asalto" al Congreso les pilló allí, en la sala de espera de una clínica, y fue un familiar quien les alertó por la radio de lo que estaba ocurriendo. Sin pensarlo mucho, pusieron rumbo de vuelta a casa. Algo gordo pasaba, y el cuerpo lo sabía.

Yo, sin embargo, no recuerdo nada de aquella tarde ni de esa noche. Supongo que para mí fue un día más, en la casa de mi abuela, con merienda y dibujos animados. Mi padre, como tantos otros españoles, se pasó la noche pendiente de la radio y de la televisión, tratando de entender si todo aquello que con tanto esfuerzo se iba construyendo —aquello llamado democracia— no iba a ser arrojado por el retrete por cuatro exaltados, cuatro nostálgicos de tiempos oscuros en los que mandaban sin más ley que su voluntad, sin más orden que su uniforme.

No guardo recuerdos del 23-F en sí, pero sí de la mañana siguiente. Mi madre dudaba si llevarme o no al colegio. Había rumores de que no habría clases, o de que la situación no estaba del todo clara. Pero al final, con la intervención del rey durante la madrugada y el ambiente algo más tranquilo, decidió mandarme al cole. Al fin y al cabo, en el pueblo no se notaba nada raro, a pesar de que por entonces existía uno de los acuartelamientos militares más importantes de la región —hoy ya desmantelado del todo— y aquello podía haber tenido otro color si las cosas hubieran salido mal.

Para mí, un golpe de Estado no era más que una expresión lejana. Me sonaba a lo mismo que la Feria del Queso de Trujillo: algo importante para los mayores, pero que a mí me interesaba más bien poco. Lo que sí recuerdo con claridad son los corrillos en la calle, los comentarios cruzados entre vecinas, las frases que se repetirían durante años: “¡Que se sienten, coño!” o “¡Quieto todo el mundo!”. Aquellas palabras, más tarde icónicas, ya entonces circulaban entre risas nerviosas y miradas aún tensas.

El desconcierto fue aún mayor al llegar al colegio. Cada niño contaba una versión diferente de lo sucedido, como si hubiéramos asistido a mil películas distintas: que si ETA había matado al rey y a Suárez, que si los franquistas habían asesinado a todos los del Congreso, que un guardia civil se había vuelto loco y había matado a diestro y siniestro... Un auténtico cacao mental. Y luego, al volver a casa a la hora en que normalmente ponían alguno de esos programas soporíferos de las tardes, descubrí que estaban emitiendo una película de Danny Kaye, una comedia titulada El asombro de Brooklyn. Así que, en mi lógica infantil, pensé: “¿Y por qué no podría haber un golpe de Estado todos los días si eso significa que echan pelis chulas por la tele?”. Cosas de la edad.

La intentona pasó, y poco a poco la vida volvió a su cauce. En apenas unas semanas, comenzaron a circular miles de cintas de casete llenas de chistes sobre lo ocurrido. Se escuchaban en los coches, en las casas, en los bares. Aquello que pudo haber sido otra de las páginas más oscuras de nuestra historia, acabó quedando para muchos como un episodio surrealista, casi de opereta, protagonizado por unos cuantos nostálgicos armados de ridículo y pistola.

Con el tiempo, fui comprendiendo el verdadero alcance de aquel día que de niño no supe interpretar. Lo que entonces me pareció un circo con uniforme, me provoca hoy una mezcla de vergüenza, pena y desasosiego. Vergüenza por lo que intentaron imponer unos cuantos, creyéndose dueños del destino de todos. Pena porque cuando este país empezaba por fin a desperezarse de un letargo de cuarenta años, hubo quien quiso volver a sumirlo en la oscuridad. Y desasosiego porque, aunque han pasado décadas, aún hay quien sueña con imponer sin convencer, como se hizo tantas veces a lo largo de nuestra historia.

La foto que acompaña esta entrada es de aquel curso de 1981. Viéndonos en ella, con nuestras caritas de niños que no sabían nada de nada, está claro que no entendimos de qué iba la película. La de las Cortes, quiero decir. Porque la de Danny Kaye, esa sí, esa nos gustó a todos.

21.11.10

Circunstancias

Pues sí, es cierto. Me lo comentaban hace poco en una distendida charla, y no me hizo falta ser un iluminado de tres al cuarto para saber que, efectivamente, llevaban razón. Me dijeron algo así:

“A veces el ser humano cambiaría todo lo que tiene por todo lo que desea; pero todo cuanto posee es él mismo. A veces para bien, a veces para mal. Y el cambio, a ese precio, siempre va a resultar irrealizable”.

Palabras ciertas. Una vez más nos recuerdan —o “nos percatan”, que diría alguno con verbo andaluz y trago en mano— que somos y estamos aquí por una suma de circunstancias, normas, costumbres y demás vicisitudes que ya venían puestas de fábrica. ¿Injusto? Más que posible. Pero aceptar tanto a uno mismo como a esas condiciones irreemplazables puede ser, con suerte, un síntoma de buena salud mental. O al menos, de resignación digna.

Aceptar el simple y sencillo hecho de seguir disfrutando de la vida sin evaluar constantemente a los demás, sin estar más pendiente del otro que de uno mismo, ya es bastante. Pobrecillo —y “tonto-gilipoyas”, como decía Pérez, QEPD— el que desea el mal ajeno para su propio bien... Amén.


26.10.10

¿Y si toca?

Es curioso cómo, año tras año, la campaña de Navidad se adelanta sin pausa. En la mayoría de los supermercados, ya podemos contemplar estanterías rebosantes de turrones, mantecados, polvorones, alfajores y demás exquisiteces de toda índole que, inevitablemente, hacen que nuestra báscula aumente sus dígitos de manera preocupante tras el 6 de enero.

En cuestión de días, comenzaremos a presenciar en televisión una avalancha de anuncios dirigidos al público más consumista, incitándonos a gastar sin mesura antes y durante las fiestas navideñas, bajo el lema no escrito de que así demostraremos el afecto hacia nuestras familias y seres queridos.

Por otro lado, está la lotería... ¿a quién no le ofrecen papeletas y participaciones, con o sin recargo? En ellas se pueden ganar premios tan diversos como cuantiosos, desde la esperada cantidad en efectivo hasta abundantes cestas navideñas, lotes de productos electrónicos, un crucero por el Caribe, una bicicleta o incluso la entrada para un concierto de un coro polifónico. Personalmente, y sin siquiera haber llegado a octubre, ya he sucumbido y he comprado, generalmente con compromiso —aunque en ocasiones sin él—, varias participaciones y papeletas.

Sí, tres, cuatro o cinco euros no parecen gran cosa, pero si al término del sorteo del 22 de diciembre hacemos cuentas, descubriremos que con el dinero invertido en esas participaciones, de las cuales no nos ha tocado absolutamente nada, bien podríamos habernos regalado algún capricho.

Porque no nos engañemos: cuando alguien del trabajo nos ofrece una participación, caemos en la tentación sobre todo por temor a que, si no la compramos, el compañero de al lado gane y nosotros, que tuvimos la oportunidad, nos quedemos sin nada. Esa es la realidad. Pensamos en no comprarla, pero al ver al de al lado con su papeleta, no podemos evitar preguntarnos: ¿y si toca?

En la fotografía, mi hermano Fernando, que, como se puede observar, ya adquirió su primer décimo de lotería de Navidad a principios de agosto en Ribadesella, durante nuestras vacaciones asturianas, y quiso inmortalizar el momento por si acaso... por si toca.


15.12.09

A fumar a la puta calle

Sí, soy de los que se alegran —y mucho— del endurecimiento de la ley antitabaco. No porque quiera convertir a los fumadores en apestados sociales, ni porque los considere víctimas de su propia adicción, ni mucho menos por marginarlos. Esto no va de eso. Esto va de respeto.

Cada uno con su cuerpo puede hacer lo que le venga en gana. Faltaría más. Estamos en un país libre, y eso incluye el derecho a fumar. Pero la libertad, como todo en la vida, termina donde empieza la de los demás. Y ahí está el quid de la cuestión.

El problema no es que alguien fume, sino que lo haga invadiendo espacios comunes. Porque, seamos claros: el humo no se queda flotando sobre la cabeza del fumador como una nube privada. El humo se expande, se mete en los pulmones ajenos, en la ropa de los niños, en el aliento de quien no ha fumado nunca pero comparte mesa, bar o vagón con alguien que sí lo hace.

Y lo peor es que, durante años, la falta de respeto ha sido sistemática. ¿Cuántas veces hemos tenido que aguantar que alguien encendiera un cigarro en la sobremesa de un restaurante, en el interior de un bar cerrado, en la sala de espera de una estación, sin ni siquiera preguntar si molestaba? Lo normalizó la costumbre, pero no por ello era aceptable.

Por eso me parece de justicia que se prohíba fumar en cualquier establecimiento cerrado de uso público. Porque no se trata de castigar a nadie, sino de protegernos todos. No hay ninguna razón lógica por la que un no fumador tenga que salir de un local con la garganta irritada y la ropa apestando a tabaco.

A menudo escuchamos a los defensores del tabaco tirar de comparaciones: “el alcohol mata más”, “la comida basura también es perjudicial”, “hay contaminación en las ciudades”. Y sí, todo eso es cierto. Pero lo que no parece que entiendan es que ni el vino ni los Big Mac me afectan directamente cuando el de al lado se los mete entre pecho y espalda. Su elección no me envenena a mí. El humo, sí.

Nadie ha prohibido fumar. Simplemente se ha delimitado dónde. Lo pueden seguir haciendo en la calle, en sus casas, en espacios abiertos, en lugares donde no afecten la salud de terceros. Así de sencillo. Así de justo.

Y sí, ojalá la ley se aplique con firmeza, con sanciones reales. Porque el civismo no puede depender siempre de la buena voluntad individual. A veces, hace falta una norma que recuerde lo que debería ser obvio: que la libertad no significa que los demás tengan que respirar tus adicciones.


24.11.09

Little Susie

"Little Susie" no es solo una canción. Es también una historia triste, terrible y profundamente trágica. Muchos oyentes de Michael Jackson han sentido la desolación que transmite este tema incluido en su álbum HIStory: Past, Present and Future, Book I, pero pocos conocen que su origen se inspira, al menos en parte, en un caso real que estremeció a Estados Unidos en los años 70.

Los hechos se remontan a 1973, en el estado de Montana. La pequeña Susie Jaeger, de tan solo siete años, desapareció una noche de junio mientras dormía en una tienda de campaña junto a su familia, que se encontraba disfrutando de unas vacaciones de verano. Fue como si se la hubiera tragado la tierra. Nadie vio nada. Nadie escuchó nada. La cremallera de la tienda estaba abierta desde dentro. La angustia de la familia fue inmediata, pero las búsquedas intensivas por parte de la policía y del FBI no arrojaron resultados durante meses.

Un año después, en un giro inquietante y macabro, Marietta Jaeger, la madre de Susie, recibió una llamada anónima. Era el secuestrador. Durante la conversación telefónica, la madre, con una templanza sobrehumana, logró mantenerlo en línea el tiempo suficiente para que los agentes del FBI rastrearan la llamada. Fue una pista crucial.

El autor del crimen resultó ser David Meirhofer, un joven de 23 años, aparentemente normal, que terminó confesando no solo el secuestro, violación y asesinato de Susie pocas horas después de llevársela, sino también otros tres homicidios cometidos en el mismo condado. Tras su confesión, Meirhofer se suicidó en su celda apenas cinco horas más tarde.

La historia de Susie Jaeger dejó una profunda huella en la sociedad estadounidense. Y aunque Michael Jackson nunca llegó a confirmar que su canción "Little Susie" estuviera directamente inspirada en este caso concreto, las coincidencias son notables: la historia de una niña inocente, olvidada, cuyo final fue el silencio; una crítica al desinterés del mundo; un lamento musical por la pérdida de la inocencia.

“Little Susie” comienza con un arrullo triste, casi fúnebre, acompañado de una caja de música y un coro infantil, y sigue con una estructura narrativa casi teatral, en la que se describe a una niña que muere sola, sin que nadie note su ausencia… hasta que ya es demasiado tarde.

La canción se convierte así en un homenaje, no solo a Susie, sino a todas las víctimas invisibles que caen en un mundo que a veces parece mirar hacia otro lado. Una elegía en forma de música.


La madre de Susie Jaeger, desde aquel trágico día en que perdió a su hija, se ha convertido en una luchadora incansable. Pero no por venganza, sino por justicia. Desde entonces ha dedicado su vida a una causa que para muchos podría parecer contradictoria: la abolición de la pena de muerte. A través de conferencias, artículos y entrevistas, ha defendido con valentía que el asesinato legalizado por el Estado no es la solución, ni siquiera en los casos más atroces.

Utiliza su propia experiencia como madre de una víctima para sustentar su convicción. Ella, que podría haber sido la primera en exigir sangre por sangre, eligió un camino más difícil pero más humano. “Los seres queridos que nos han sido arrebatados merecen más que estos asesinos sean sancionados por el Estado”, ha dicho en más de una ocasión. “Crear más víctimas y sufrimiento en las familias no soluciona nada. Nos rebajamos al nivel de lo que tanto deploramos”. Una entereza admirable, un ejemplo de dignidad que muchos no alcanzan siquiera a comprender.

La historia de Susie Jaeger siempre conmovió profundamente a Michael Jackson. Cuando ocurrieron los hechos, él era apenas un niño, pero ya entonces mostraba una sensibilidad especial hacia el sufrimiento ajeno, sobre todo el de los más vulnerables. Décadas más tarde, en 1995, aquella herida silenciosa inspiraría una de sus composiciones más sombrías y emotivas: “Little Susie”.

No es, ni de lejos, uno de los temas más conocidos de Michael. No sonó en las radios, no tuvo videoclip oficial, no fue número uno en las listas. Pero quienes lo han escuchado con atención —especialmente conociendo la historia que late detrás de cada nota— saben que es una de sus piezas más desgarradoras. Desde el arrullo inicial con una caja de música, pasando por un coro etéreo y una melodía que se clava como una plegaria triste, “Little Susie” es un réquiem en forma de canción.

Fue incluida en HIStory: Past, Present and Future, Book I, un álbum en el que Jackson mezclaba grandes éxitos con composiciones nuevas cargadas de crítica social, introspección y dolor. “Little Susie” es, sin duda, una de las más personales. La letra habla de una niña olvidada por todos, cuya muerte sólo es descubierta cuando ya es tarde. Una crítica al abandono, a la desidia, a un mundo donde la inocencia no siempre es protegida.

Aunque no cuenta con un videoclip oficial, dejo a continuación un montaje realizado por un fan que ha sabido captar el espíritu de la canción de manera excepcional. Una muestra más de cómo el arte puede mantener viva la memoria, incluso la de aquellos cuyas voces fueron silenciadas demasiado pronto.


30.7.09

Asesinos de mierda

No sois más que un puñado de cobardes. Asesinos, psicópatas, escoria humana sin ideas propias, marionetas al servicio de unos cuantos que os manejan a su antojo como muñecos de trapo. Tenéis el cerebro lavado, vacío de pensamiento, incapaces de comprender el poder de la palabra. No sabéis convencer, solo imponer. No sabéis construir, solo destruir.

Reclamáis unos supuestos derechos sin tener la dignidad de defenderlos con argumentos. Queréis imponeros por la fuerza donde la razón os da la espalda. Aterrorizáis a una sociedad cansada, harta de mirar por encima del hombro, de andar con miedo por las calles. Buscáis adeptos entre los más vulnerables, entre los jóvenes sin rumbo, entre quienes no tienen sueños ni esperanzas, solo un agujero negro por futuro.

Dais asco. Pero, sobre todo, dais pena.

Fanáticos de mierda, exaltados sin causa, ladrones de vidas ajenas, mafiosos de cloaca. Hijos de puta —con todos los respetos para una profesión que muchas mujeres ejercen con una dignidad infinitamente superior a la vuestra—. Vosotros, y también los que os apoyan, directa o indirectamente. Los que callan, los que no se atreven a poner los puntos sobre las íes. Cómplices todos.

Ojalá pudierais sentir una mínima parte del dolor que sembráis. El vacío de esas familias a las que les habéis arrebatado a sus seres queridos. Pero esa es, precisamente, la diferencia entre vosotros y nosotros: que jamás os pagaríamos con vuestra propia moneda. Porque valoramos la vida. Porque entendemos lo que significa una persona para quienes la aman, para quienes aún sienten algo en las entrañas.

También vosotros tenéis madres, padres, hermanos, incluso hijos. Y no os gustaría ver sus cuerpos despedazados por una bomba cobarde. Pero esa empatía, ese mínimo sentido de humanidad, os queda demasiado lejos.

No sé si existe Dios. No sé si hay justicia más allá de la que fabricamos los hombres. Pero sí sé lo que deseo con todas mis fuerzas: que no volváis a saber lo que es una mañana luminosa, una salida de sol, una risa al aire libre, una tarde de paseo, un café con los amigos.

Todas esas cosas sencillas y maravillosas que ya no podrán disfrutar esos dos jóvenes asesinados. Ni sus familias. Nunca más.


23.5.09

Patrick Swayze: "Estoy vivo"

Por todos es ya sabido la dura batalla que está librando el actor Patrick Swayze contra una enfermedad terrible, de la cual muy pocos logran salir con éxito. Pero lejos de tirar la toalla, Patrick ha decidido seguir trabajando en los proyectos en los que estaba inmerso antes de recibir el diagnóstico.

Durante estos 18 meses de lucha, ha sido víctima —como ya he comentado AQUÍ y también AQUÍ en ocasiones anteriores— de múltiples rumores y noticias falsas sobre su estado de salud. La más reciente, hace apenas unos días, cuando una prestigiosa emisora de radio estadounidense anunció su fallecimiento tras la publicación de unas fotografías duras, donde se hacía evidente su delicado estado físico. Fotografías que, por respeto, aquí no tendrán cabida.

Ya debe ser suficientemente difícil y doloroso vivir y pelear contra esta enfermedad, como para tener que estar continuamente demostrando que todavía tienes fuerzas para seguir adelante. Que los rumores se propaguen como la pólvora en estos tiempos de comunicación vertiginosa —y no siempre fiable— obliga a Patrick a aparecer en imágenes para desmentir esas noticias infundadas.

En la fotografía que acompaña a este texto, podemos ver al actor hace apenas unos días, junto a su esposa, en su rancho de Nuevo México. Allí asegura estar terminando una autobiografía que se publicará este otoño, en la que narra, entre otras cosas, este duro y difícil proceso vivido durante el último año y medio.

Quien no quiera entender las cosas, sin necesidad de leer entre líneas, que no lo haga. Pero que respeten y dejen vivir lo que le quede de vida a una persona que nunca ha vendido su privacidad, ni se ha caracterizado por una vida escandalosa, y que está demostrando una entereza y fuerza dignas de admiración… con un par de cojones.


7.1.09

Un tipo con luces

Lo de este tipo roza lo inaudito. En una reciente entrevista concedida a Vanity Fair, ha soltado una perla que deja sin palabras: asegura que la victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de EE.UU. es “un exotismo histórico” y “un previsible desastre económico”.

Pero no se detiene ahí. Por si no fuera suficiente, añade que George W. Bush es “un gran estadista” que está atravesando “la hora de la ingratitud” en su despedida. Cuesta decidir si lo más asombroso es su desfachatez o su desconexión de la realidad.

No sorprende viniendo de alguien con una trayectoria marcada por posiciones reaccionarias, rancias e intolerantes. Y ni siquiera merece el desprecio: porque incluso eso sería otorgarle más atención de la que merece. A veces el silencio es la única respuesta digna ante tanta desfachatez.

En fin… teniendo en cuenta que todavía hay quienes se atreven a negar el Holocausto, declaraciones así, por delirantes que sean, dejan de sorprender. Pero no por eso deben dejarse pasar.

Porque de donde no hay, no se puede sacar.

4.1.09

2009 ¿el año de la esperanza?

No puede haber justificación posible para un ataque de tal magnitud. En pleno siglo XXI, resulta devastador comprobar que estas barbaries siguen ocurriendo ante nuestros ojos, con la misma crudeza de siempre.

A menudo pensamos en la guerra como algo lejano, como imágenes en blanco y negro que pertenecen a los libros de historia. Pero no es cosa del pasado. Sigue sucediendo. Y lo más desesperanzador es que nadie parece hacer nada por evitarlo.

Comenzamos un año cargado de esperanzas, de anhelos de mejora colectiva, de cambios necesarios… pero lo cierto es que este inicio no puede ser más sombrío.
Un mal comienzo. Para todos.




14.12.08

Ryan White

Esta tarde, mientras intentaba combatir con todos los medios posibles un incipiente catarro que casi me derriba en el primer asalto, leía en un periódico regional un artículo sobre la discriminación que aún hoy sigue sufriendo la enfermedad del SIDA, tanto en el ámbito laboral como en el social, donde todavía abundan los prejuicios y, sobre todo, la ignorancia.

Al instante me vino a la cabeza la figura de Ryan White, un personaje que en España apenas tuvo trascendencia, pero que en Estados Unidos alcanzó gran repercusión mediática.

Para quienes no lo conozcáis, Ryan White era un joven hemofílico que, a causa de una transfusión de sangre contaminada con el virus del SIDA, contrajo la enfermedad. Fue diagnosticado en 1984, cuando todavía las vías de transmisión no estaban del todo claras y existía una gran confusión y desinformación generalizada.

Ryan comenzó a sufrir la discriminación y el rechazo de los padres de los otros alumnos y de la mayoría de los profesores del colegio donde estudiaba. Incluso llegaron a manifestarse frente al centro para evitar que pudiera seguir educándose con el resto de jóvenes. Aunque los médicos emitieron un comunicado asegurando que no había riesgo de contagio, Ryan tuvo que abandonar el colegio. Además, recibió amenazas, insultos y desprecios, y una orden judicial le prohibió volver.

En su entorno más cercano, en su barrio, se propagaron mentiras y bulos terribles: que Ryan mordía y arañaba a otros jóvenes, que escupía en alimentos de supermercados y restaurantes de comida rápida. La presión llegó a tal punto que un día una bala atravesó el cristal de una ventana de su casa, lo que forzó a toda su familia a mudarse a otra localidad.

Esto desencadenó una larga y sufrida batalla legal que pronto fue recogida por los medios de comunicación. Ryan fue requerido en numerosos programas, entrevistas y periódicos. Poco a poco fue superando su timidez para participar en campañas educativas sobre la enfermedad, actos benéficos y se convirtió en un auténtico abanderado en la lucha contra el SIDA. Fue el primero en mostrar que se podía convivir con los enfermos sin problema, aunque siempre con las precauciones necesarias para evitar contagios.

Su causa llamó la atención de numerosas personalidades del deporte, el cine y el espectáculo que se unieron a su lucha. En 1989 se rodó un telefilme basado en sus vivencias, en el que el propio Ryan tuvo un pequeño cameo interpretando a otro enfermo.



Aunque a Ryan, cuando le diagnosticaron la enfermedad en 1984, le dieron tan solo seis meses de esperanza de vida, logró llevar una vida —más o menos normal— hasta la primavera de 1990, cuando su salud comenzó a deteriorarse. A finales de marzo de ese año fue ingresado por una infección respiratoria.

Ryan White falleció el 8 de abril de 1990, con apenas 18 años.

Unos meses después de su muerte, el Congreso de los Estados Unidos firmó una ley conocida como Ryan White CARE Act, que establecía ayudas económicas para las comunidades más desfavorecidas y afectadas por el SIDA, tanto para los enfermos como para sus familiares más directos, con el fin de hacer un poco más llevadera esta terrible y absurda enfermedad.


Fueron muchos los homenajes y reconocimientos que Ryan recibió tras su muerte. Michael Jackson, que en vida le regaló un Ford Mustang descapotable rojo con el que iba al instituto, le compuso la canción “Gone Too Soon” (Se ha marchado demasiado pronto), que es la que suena de fondo para quienes os tomáis la molestia de leer este post.

Elton John donó parte de los derechos de autor de una de sus canciones más célebres para la lucha contra el SIDA. Su madre creó una fundación con su nombre que aún hoy sigue recaudando fondos para ayudar a los más necesitados a combatir esta enfermedad.

Leía este artículo esta tarde y me doy cuenta de que la lucha de Ryan continúa. A pesar de cientos de campañas publicitarias y avances médicos, todavía persisten la ignorancia, el prejuicio y la discriminación. Y, como él mismo decía, nunca se debe bajar la guardia contra esta enfermedad.

16.10.08

Say It´s not true


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Hace pocas semanas se publicó el nuevo trabajo de Queen + Paul Rodgers, The Cosmos Rock. Aunque todos sabemos que Queen, tal y como fue concebido, se apagó un día de noviembre de 1991, Brian May y Roger Taylor —tal vez el mejor guitarrista y el mejor batería del mundo— decidieron, después de muchos años, que el legado de Queen debía seguir sonando. No solo para quienes fueron seguidores del grupo en vida de Freddie Mercury, sino también para los miles de jóvenes que, sin siquiera haber nacido en aquellos años, sienten y admiran la música de la Reina del Espectáculo tanto como los de siempre.

Hace tres años, le dieron voz de nuevo a esos míticos temas con la genial figura de Paul Rodgers, un cantante experimentado, con miles de batallas musicales a sus espaldas, tanto en solitario como al frente de grupos legendarios como Free y Bad Company. Nos regalaron aquella gira inolvidable, de la cual tuve la suerte de presenciar en vivo el concierto que ofrecieron en el Palacio de los Deportes de Madrid el 1 de abril de 2005.

Ahora, con material nuevo, continúan su singladura. Aunque en los conciertos los temas clásicos siguen siendo los protagonistas, incluyen algunos temas del nuevo disco, que demuestran que el espíritu de Queen sigue más vivo que nunca.



Es el caso de este "Say It's Not True", que aunque ya fue interpretado en directo en 2005, ahora aparece grabado en estudio en el nuevo disco. Para mí es uno de los temas más hermosos que he escuchado en los últimos tiempos. En él, el tema del SIDA y lo que ha supuesto en las dos últimas décadas se trata con todo el respeto que merece.

Aunque no hace una referencia directa, es, una vez más, un claro homenaje a quien fue, no sé si el más grande, pero sin duda una leyenda del espectáculo, a quien, diecisiete años después, seguimos echando muchísimo de menos.

Disfrutad de la maestría de estos músicos que, en su madurez, siguen dando lo mejor de sí mismos.

¡¡Qué poquito me queda para volver a verlos de nuevo en directo!!

29.4.08

El cementerio militar Alemán de Yuste


¿Un cementerio de Soldados Alemanes de la primera y segunda guerra mundial junto al monasterio de Carlos V?. La verdad, pensé que me tomaban el pelo la primera vez que tuve constancia de dicho lugar, pero en efecto, era cierto. En la semana santa de 1998 y aprovechando que pasabamos los días festivos de acampada en la comarca de la Vera en la provincia de Cáceres, entre otras muchas actividades, excursiones y visitas a pueblos que realizamos, era parada obligatoria visitar el Monasterio de Carlos V, lugar donde el monarca más poderoso de la historia pasó sus últimos días cuando todavía no se habían terminado de realizar sus obras de acondicionamiento hasta que falleció a causa de unas fiebres palúdicas el 21 de septiembre de 1558.

A escasos metros según me contaron se encontraba el cementerio de soldados Alemanes. Y así era, en un lugar tan discreto y oculto que casi pasamos de largo con el coche. El lugar sobrecoge, no por tener un aspecto tenebroso, macabro y mortuorio. Sobrecoge e impresiona por la sencillez, el orden y la humildad en que están colocadas la tumbas. En dichas tumbas reposan los restos de soldados alemanes de la I y II Guerra Mundial. No hay ningún tipo de simbología o apología de nada. Allí simplemente reposan los restos de soldados alemanes que murieron en acción de guerra.

Entre ellos destaca los 38 marinos de la tripulación del submarino U-77, que el 28 de marzo de 1943 fue hundido cerca de las costas de Cartagena por dos aviones Hudson ingleses. Sólo 9 tripulantes lograron sobrevivir, el resto, incluido el capitán que iba al mando descansan eternamente en este camposanto.
Fué el dia 28 de marzo de 1943, a las 11:15 horas cuando dos aviones Hudson británicos, pertenecientes a la escuadrilla 48 y 223 hundieron frente a las costas de Cartagena el submarino aleman U-77, al mando del Oberlleutnant Otto Hartmann.
Los ingleses lanzaron contra la nave 4 cargas de profundidad y una bomba que fueron suficientes para hundir el submarino.
Hay una placa en la entrada del cementerio que dice así:

"En este cementerio de soldados descansan 28 soldados de la Primera Guerra Mundial y 154 de la Segunda Guerra Mundial.
Pertenecieron a tripulaciones de aviones que cayeron sobre España, submarinos y otros navíos de la armada hundidos. Algunos de ellos murieron en hospitales españoles a causa de sus heridas. Sus tumbas estaban repartidas por toda España, allí donde el mar los arrojó a tierra, donde cayeron sus aviones o donde murieron.
El Volksbund en los años 1980-1988 los reunió en esta última morada inaugurada en presencia del embajador de la República Federal de Alemania en un acto conmemorativo hispano-alemán el 1 de junio de 1988.
Recordad a los muertos con profundo respeto y humildad."


Este post está dedicado a todos los que perdieron su vida en cualquiera de las guerras, da igual el bando, religión o ideología. Y a mis amigos de CALLE QUIMERA, ya que de un comentario de su blog surgió la idea.

11.3.08

El poster definitivo de Indiana Jones.


O eso espero. En realidad hoy había añadido un post conmemorativo del cuarto aniversario del atentado en Madrid, pero no sé por qué razón los videos de Youtube no están por la labor de subir hoy y lo harán cuando le vengan en gana, así que es posible que mañana cuando me levante estén los dos posts que intenté subir del 11-M junto a un video con una preciosa canción de Elena Bugedo Titulada "De madrid al cielo" que realmente es conmovedora y otro de prueba que no tiene nada que ver.
Así que debido a esos problemillas técnicos ajenos a mí, aquí os dejo el cartel, creo que definitivo, de "Indiana Jones y el reino de la calavera de cristal" donde se puede apreciar claramente el toque George Lucas ya que recuerda a los carteles de la primera trilogía de Star Wars y sigue manteniendo la más pura tradición de los tres anteriores "Indys". ¡Qué ganas de verla ya¡.

20.2.08

Fidel


Y mientras tanto,
estrépito de andamios,
pateras y naufragios,
desvelan nuestro sueño.
Y mientras tanto,
si hoy se cae La Habana,
¿el día de mañana
quién será nuestro dueño?

26.12.07

SMS Navideños


Cierto es que la tradición de la postal Navideña manuscrita ha decaido bastante en los últimos años a consecuencia de las nuevas tecnologías y principalmente por el teléfono movil que con un simple mensajete de nosécuantos caracteres ahorra a el personal el tener que comprar las tarjetas, escribirlas y mandarlas a su correspondiente destino. En estos días uno recibe infinidad de mensajes curiosos felicitando las fiestas. Aquí pongo algunos de los que me han resultado más graciosos y ocurrentes y que aún podeis utilizar para felicitar a vuestros allegados.

"Este año los Reyes Magos no van a llegar a tu ciudad ya que tenían contratados servicios con nuestra compañía. Disculpen las molestias y Feliz Navidad. Fdo: AIR MADRID!"

"En estas fechas de paz y amor la SGAE te recuerda que a partir de 2008 todo lo relacionado con la Navidad lleva canon. ¡Gracias a todos y Feliz Año"

"¿Has comprado ya el regalo de estas navidades? Lo que va a triunfar son los muñecos de los duques de Lugo... Se venden por separado :-) ¡Felices Fiestas!"

"Aviso a toda la población: el simulacro de Paz y Amor ha finalizado. Guarden los langostinos, insulten a sus cuñados y disuélvanse"

"Cubatica nuestro que estás en el vaso a través de la boca abriéndote paso. Santificados sean tus grados. Vengan a nosotros tus efectos. Hágase tu voluntad así en el bar como en el pub. El pedo nuestro de cada noche, dánosle hoy. Perdona nuestras mezclas como nosotros perdonamos los garrafones. No nos dejes beber Buckler sin alcohol y libranos del Bitter Kas. Amén. Feliz Navidad"

"Detenido el alcalde de Belén por recalificar el portal. Los Reyes Magos están implicados. El niño nacerá en 1 chalet. Papá Noel se presenta como fiscal. ¡Feliz Navidad!"

"El Gobierno recomienda comer conejo esta Navidad. Haz Feliz a un conejo y dale una zanahoria para que él también se coma algo. Feliz Nochebuena del conejo".

"Hola soy Edu. He cumplido 18 y estoy en una clínica de desintoxicación. El dinero rápido no hace la felicidad. Confórmate con seguir ganándolo lentamente en 2008".

Pues bueno este es mi top Navideño en lo que a SMS se refiere aunque yo no sé vosotros, pero sigo prefiriendo la típica felicitación vía postal de toda la vida a pesar de algunas de estas genialidades a través de las todavía nuevas tecnologías.

21.12.07

Las mentiras de la prensa


Leo con asombro el artículo que el periódico "HOY" publica sobre el accidente de un compañero en la mañana de ayer. Dice así:
-------------------------------------------------------------------------------------MERIDA
Un repartidor de Correos sufre un accidente en la calle Holguín
Se dañó la clavícula al caer de un ciclomotor y necesitó asistencia médica, por lo que una ambulancia le trasladó al Hospital
21.12.07 - C. J. VINAGRE
Susto en las puertas de Correos. Estaba convocada una jornada de huelga, pero la noticia no era esa. Un joven repartidor, de los que a diario coge el ciclomotor para distribuir los envíos postales, se cayó alrededor de las diez y media de la mañana, por motivos que se desconocen y se dañó una clavícula en la calle Holguín. Al poco tiempo, se reclamó auxilio médico y se presentó una unidad medicalizada, que lo trasladó al Hospital.
El accidente se produjo en el lugar en el que los repartidores de Correos aparcan sus ciclomotores. Con el herido, que llevaba casco, en el suelo, sus compañeros fueron los primeros en auxiliarle, a la vez que proferían algún insulto y palabras de menosprecio al fotógrafo del HOY cuando intentaba realizar su trabajo.
Este diario solicitó más información sobre el accidentado al Servicio Extremeño de Salud, pero no recibió respuesta.
Quejas
El Ayuntamiento ha enviado una comunicación a la dirección de Correos en la ciudad solicitando que los repartidores que usan habitualmente los ciclomotores circulen a una velocidad adecuada por las zonas peatonales.El escrito llega tras las quejas de varios vecinos.
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Ante tal desinformación y ristra de mentiras y dado que representantes sindicales y personal que debería ser responsable de desmentir dicho articulillo hacen oidos sordos o la técnica del avestruz me decido a responder a quién haya redactado esa historieta y comentarlo en la opción que tiene ese artículo publicado en prensa escrita y en la edición digital en www.hoy.es en la sección de Mérida. Y digo lo siguiente:

No es cierto que los trabajadores de Correos insultasen a el fotógrafo de hoy cuando se hallaba realizando su trabajo.Las increpancias que no insultos vinieron de algún viandante que voluntariamente junto a los compañeros del herido le socorrieron en los primeros instantes del suceso y viendo al fotografo ante los evidentes gestos de dolor del accidentado le invitaron a no molestar y a no causar más alarma entre los curiosos que se agolpaban. Los motivos del accidente no fueron el exceso de velocidad ni ningun tipo de imprudencia como se quiere dar a entender a la gente en este artículo. Las verdaderas razones fueron el sobrepeso que portaba la cajonera trasera de la motocicleta ya que por estas fechas el volumen de correo se triplica, y nada más arrancar y apenas recorrer no más de tres o cuatro metros se levanto la rueda delantera y al caer el compañero de Correos no puedo controlar la motocicleta y cayó con todo su peso sobre el tobillo y la parte inferior de las piernas, sin causarle ningún tipo de daño en la clavícula como señalan en el artículo. A día de hoy no se ha recibido ningun comunicado ni ninguna queja vecinal por el supuesto exceso de velocidad de los repartidores de Correos de Mérida que realizan su trabajo de la mejor manera posible dentro de sus posibilidades. Hay que informar mejor. Firmado Alberto López.

15.12.07

El Himno de España, ¡qué caña¡

Hace tiempo que salió a concurso la letra del Himno de España, según dicen y más que nada para que cuando se gana una medallita en unos campeonatos deportivos (de futbol lo dudo) o juegos olímpicos no se vean a los deportistas Españoles sin canturrear el hinmo y con el típico "chinto chinto tochintochin tochinto chinto chintochin". Pues bueno, creo que de las miles de letras que han participado ésta es la más adecuada y con la que más se va a sentir identificada el personal y quien diga que no miente cual bellaco. El artista en cuestión se llama Rafa Corega y desde luego merece un sitio en el olimpo de los Freaks. Sólo son dos minutillos de video y os aseguro que no os vais a arrepentir.

4.11.07

Ya es casualidad


El recorte no sé si calificarlo como curioso o como suceso inaudito. El caso es que lo de este hombre aparte de puñetera casualidad ya es tener muy pero que muy mala suerte.

20.10.07

Lo han cogido

El monstruo llamado Christopher Neil, de 32 años y profesor de inglés en varios colegios internacionales de Asia, fue objeto hace unos días de una búsqueda internacional tras la publicación por parte de Interpol de sus fotografías para su identificación. Este individuo está acusado de abusar de multitud de menores en varios países y, para mayor atrocidad, llegó a exhibir sus fotografías en la red con su rostro distorsionado para burlar la justicia.

Ahora, por fin, ha sido detenido en Tailandia. Es hora de que responda ante la ley y pague por todos sus crímenes. Y si es posible, que cumpla condena en una cárcel tailandesa del estilo de la que se muestra en “El expreso de medianoche”.

Bravo a la colaboración ciudadana y a las fuerzas de seguridad que han hecho posible esta captura. Que sirva de advertencia para todos los que cometen semejantes actos: no escaparán de la justicia.